✨ Un sentimiento que nos une

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Habían pasado algunos días, tras los hechos acontecidos en el muro Sina.
En dónde a pesar de los nobles intentos por tener una batalla digna contra zeke jaeger, reiner, bertholdt y otros titanes, estos no dudaron en atacarlos sin piedad, llevándose consigo, demasiadas vidas, desde jóvenes reclutas, fieles soldados, así como dos personas en particular. Quienes marcaron profundamente el corazón de la nueva líder de la tropa de exploración.
Los pocos sobrevivientes, se encontraban recuperándose. Algunos habían tenido heridas considerables, otros tan solo ligeras fracturas, desgarres en sus músculos, así como contusiones.
Hanji, era una de las principales que debía estar recuperándose, ya que la herida recibida en su ojo izquierdo, era bastante delicada. Aunado a esto dentro de unos días más tendría una reunión con la reina Historia, así como con la asamblea general. Para recibir oficialmente su nuevo cargo, Comandante del cuerpo de exploración

Sin embargo, a pesar de sus grandes intentos por descansar, había demasiadas cosas que aún la atormentaban.
En pleno ocaso, decidió ir a la parte del cuartel, en dónde se encuentran resguardadas, las lapidas de todos aquellos valientes soldados, quienes murieron en el campo de batalla. No se atrevía a llevar flores, puesto que eso sería como admitir que no fueron importantes para ella. 

Nanaba, Mike, eran algunos de los nombres que podía distinguir con gran facilidad, pasando su mano, sobre aquella placa metálica. Cuándo su mano freno en seco, al sentir la textura del grabado, de dos nombres que recientemente habían sido añadidos Erwin Smith y Moblit Berner.

Dos de las personas más importantes de su vida, a quiénes había amado tanto.

- Nunca creí que vería sus nombres grabados en esta dolorosa placa.- Admitió con mucha pesadez la castaña.

Mientras seguía perdida en sus pensamientos, a pesar de todo lo que sentía. Había algo en su interior, que no le permitía llorar. Lamentablemente su corazón estaba tan destrozado que ella no podía ser realmente sincera con sus sentimientos y en lugar de ello, tan solo los estaba reprimiendo. Además ahora tendría un cargo importante, para lo cual debía estar preparada y comportarse de acuerdo a la altura. Por lo tanto los sentimientos innecesarios, era algo que debía ser descartado por el bien de la humanidad.

- No es necesario que sigas ocultando tu presencia.- expreso Hanji con una tonalidad demasiado neutral.

- ¿Cómo supiste que estaba aquí?, cuando me asegure de no emitir el más mínimo ruido.- expreso Levi, bastante intrigado. Mientras se acomodaba el pañuelo del cuello.

- Supongo que haber perdido parcialmente uno de mis sentidos, me ha hecho agudizar los otros.- admitió con cierta pesadez en sus palabras, mientras tocaba ligeramente la venda que cubría su ojo izquierdo.

- Comprendo... Sin embargo entiendo a la perfección que, no deberías estar en este lugar, al menos no por ahora, tu salud Hanji, sigue siendo delicada.- expreso Levi, mientras se ponía frente a ella.

- Descuida estoy bien.- dijo Hanji, tratando de esbozar una sonrisa fracasando terriblemente en su intento. Puesto que cualquier persona que lo viese, sin duda se daría cuenta que estaba mintiendo.

Hubo unos momentos de silencio, mientras ambos soldados se encontraban observando fijamente aquella placa. Mientras los repentinos cúmulos de nubes estaban formándose, el color de las nubes era de un gris que iba intensificándose cada vez más, lo cual solo podía significar bastante lluvia.

Destellos de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora