Hazme explotar (Katsuki Bakugou y tú )

4. Luego hablaremos

Los días fueron transcurriendo con normalidad. Las clases eran bastante exigentes y todos nos esforzábamos por convertirnos en grandes héroes.

En el entrenamiento de hoy por fin pondríamos a prueba nuestros trajes. Tenía muchas ganas de probármelo y comprobar si había hecho una buena elección con el diseño.

Al entrar a clase, vi que Uraraka, Iida y Deku ya estaban allí y me acerqué a saludarlos. Eran los compañeros con los que más relación tenía y empezaba a considerarlos mis amigos. También hablaba con bastante frecuencia por chat con Todoroki, aunque en persona se mantenía más distante.

Al fondo del aula pude ver a Bakugou, que conversaba de forma más o menos tranquila con un chico pelirrojo. Se llamaba Kirishima y era el único al que el rubio parecía tolerar. Su mirada se cruzó un instante con la mía.

En ese momento, aparecieron por la puerta Aizawa-sensei y All Might, que venían a recogernos para llevarnos al entrenamiento. Mientras nos dirigíamos a los vestuarios, comentabamos la emoción que sentíamos por poder estrenar nuestros trajes.

Llegué al vestuario y abrí mi maletín. Dejé escapar un pequeño grito de sorpresa. Era exactamente cómo lo había imaginado. Me lo coloqué rápidamente.

Se trataba de un mono color azul agua de manga larga y pantalón largo, adornado con burbujas un poco más claras. Estaba hecho de un material impermeable y se ajustaba a mi cuerpo, permitiéndome mucha libertad de movimiento. También llevaba un cinturón con cápsulas en forma de gota para guardar pastillas de rehidratación instantánea. Completaban el conjunto una visera transparente para proteger mis ojos de las salpicaduras y unas botas hasta la rodilla, con un degradado de azul oscuro a claro.

Salimos de los vestuarios, comentando qué nos parecían los trajes de los demás.

- Uraraka, ¡esas botas son increíbles! - dije observándolas cuidadosamente.
- A mí me encanta tu cinturón - contestó animada.
- Muchas gracias, ¡es muy práctico! - le sonreí y me giré hacia Midoriya - Deku, ¡estás genial!
- Oh, gr...gracias - miró al suelo avergonzado - me lo compró mi madre y... - empezó a explicar.
- ¡No le mientas! - escuché la voz de Bakugou, que pasaba por detrás de mí- ¡Parece un maldito conejo verde!

Me di la vuelta para mirarlo, con la intención hacer algún comentario desagradable sobre lo que él llevase puesto. Pero, al verlo, no fui capaz decir nada. Su traje de héroe era increíble, le quedaba extraordinariamente bien y reflejaba a la perfección su personalidad y su quirk. Me limité a mirarlo con desaprobación.

- Ni caso, Deku - coloqué mi mano sobre el hombro de Midoriya.
- Bueno, un poco sí que pareces un conejo - comentó Uraraka en voz muy baja.
- Vale, - miré con detenimento su máscara- igual un poco sí - reconocí riéndome.

Deku también soltó una carcajada y nos preparamos para la clase.

Nos repartieron un brazalete a cada uno. Íbamos a realizar un ejercicio por parejas, peleando dos contra dos al azar. Ganaría el equipo que antes consiguiese quitarle los brazaletes a sus contricantes. Una vez nos quedásemos sin brazalete, deberíamos abandonar la pelea.

Como compañero me tocó Todoroki, lucharíamos contra Uraraka y Bakugou. Decidimos ir a planear nuestra estrategia.

- Bueno, explícame bien cómo funciona tu quirk - me pidió Todoroki.
- Controlo el agua. Puedo expulsarla de mi cuerpo a través de las manos, si la hago salir de forma muy concentrada puede cortar como una cuchilla. Pero al hacerlo, me voy quedando sin líquido y necesito rehidratarme.
- Comprendo - asintió Todoroki pensativo.
- Por eso, - continué - prefiero utilizar el agua que encuentro a mi alrededor, en un charco, un río o incluso la lluvia. Puedo darle la forma que quiera, crear olas, remolinos,... ¿Y tú?
- Yo hago hielo - respondió sencillamente, encogiéndose de hombros.
- Eso ya lo sé, - no puede evitar reírme - esperaba una explicación más detallada. ¿Qué me dices de la otra parte de tu cuerpo?
- Esa no la utilizo nunca. - se puso muy serio de repente - Es una decisión personal, prefiero no hablar del tema.

Parecía que había tocado un tema delicado, preferí no insistir más. Terminamos de definir la táctica que usaríamos y esperamos nuestro turno.

La batalla tuvo lugar en uno de los edificios de la zona de pruebas. Todoroki y yo pusimos en marcha nuestro plan.

Seríamos los primeros en atacar, y lo haríamos sin descanso para que ellos se viesen obligados a defenderse constantemente. Debería aprovechar un momento en el que ambos se lanzasen contra Todoroki para cortar sus brazaletes a distancia con mi cuchilla de agua, haciéndo que éstos se soltasen de sus brazos. Sonaba sencillo.

La estrategia estaba funcionando, y finalmente tuve la oportunidad de cortarles los brazaletes. Lo conseguí con el de Uraraka, que me miró triste y abandonó el edifico en silencio. Pero Bakugou comprendió enseguida mis intenciones y se lanzó contra mí sin darme tiempo a reaccionar.

- ¡¿Pensabas que podrías derrotarme con una táctica tan absurda, inútil?! ¡Yo soy mucho mejor que eso!- me tiró al suelo y él cayó encima de mí sujetándome las muñecas con fuerza.
- Oh, vaya, ¡cómo se esperaba del gran Bakugou Katsuki! - le contesté con ironía, mirándole a los ojos mientras intentaba soltarme.

Todoroki corrió hacia nosotros y disparó su ataque contra Bakugou, pero a éste le dio tiempo a esquivarlo. Se puso en pie y retrocedió, preparándose para seguir peleando.

Utilicé el agua de una tubería cercana para crear una ola y arrojarla contra él antes de que pudiese lanzar su explosión, haciéndole chocar contra una columna.

En ese momento, el techo que se encontraba sobre la columna comenzó a temblar y se derrumbó sobre Bakugou, sepultándolo. Me quedé paralizada. ¿Cómo había podido ocurrir aquello? Estaba segura de que el golpe no había sido tan fuerte. O al menos, no intencionadamente. ¿Tan poco control tenía sobre mi quirk? Palidecí de pronto.

- ¡Bakugou! - grité asustada, acercándome a los escombros.
- ¡Cuidado, puede ser peligroso! - Todoroki me cogió del brazo, impidiéndome avanzar.

Una gran explosión emergió de aquellos restos de ladrillos. Bakugou salió de allí, todavía de pie, pero ensangrentado y tambaleándose. A penas pudo dar un paso hacia nosotros antes de desplomarse inconsciente en el suelo.

- ¡Mierda!¡No, no! - me solté del agarre de Todoroki y corrí hacia él - Bakugo, ¿me oyes? Por favor, ¡reacciona! - exclamé con desesperación.
- Tranquila, ____, no ha sido culpa tuya - susurró Todoroki con suavidad, caminando hacia mí.
- ¡Claro que es culpa mía! - no pude contener las lágrimas.

El edificio entero empezó a temblar. Entraron Aizawa-sensei y All Might por la puerta.

- Hay que salir de aquí, ¡ya! - gritó Aizawa-sensei.

All Might cargó a Bakugou y corrimos hacia la salida. Solo nos habíamos alejado unos pocos metros del edificio cuando éste se vino abajo por completo.

Mientras corríamos hacia la enfermería, Aizawa-sensei me miró, muy serio.

- No dominas tu poder como pensaba, esto ha sido muy peligroso. Creo que me equivoqué contigo. Luego hablaremos - dijo fríamente.