25. Vamos a hablar

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Desperté en la cama del hospital, ver tanta luz de golpé me molestó y gruñí mientras parpadeaba con fuerza. Mi madre, que estaba a mi lado, me miró con alivio al darse cuenta de que había abierto los ojos.

- ¡____, por fin! - me acarició la mejilla con suavidad.
- Mamá... - sonreí ligeramente, todavía un poco aturdida.
- ¿Cómo te encuentras? Me han contado lo que hiciste, fue muy peligroso - me regañó preocupada - Llevas dos días inconsciente, cariño.
- Lo siento, siento muchísimo haberte preocupado, mamá. - me incorporé, lo cierto era que a penas notaba una ligera molestia - Estoy bien, tranquila.
- Menos mal... - suspiró.

Nos abrazamos con cariño durante unos instantes.

- Tienes unos buenos amigos, han venido a visitarte muchas veces - señaló un montón de flores y globos a los pies de mi cama.

Me emocioné al ver todo aquello. Uno de los globos tenía forma de All Might, enseguida supe que aquel era de Deku. Una gran sonrisa se dibujó en mi rostro.

- Y Bakugou...
- ¡Katsuki!¡¿Está bien?! - mi corazón dio un vuelco al recordar el estado en el que se encontraba cuando terminó la pelea.
- Le cuesta un poco andar, pero sí. - me miró dulcemente - Él no se ha separado de ti ni un segundo, cielo. Hace un par de horas le obligué a irse a descansar, aunque estoy segura de que no tardará en volver.

Respiré hondo y me tranquilicé.

- Es testarudo, ¿eh? - gruñó - Estaba muy preocupado por ti y me ha costado horrores convencerle para que se fuera - calló durante unos segundos y me miró con complicidad - ¿Estáis juntos, verdad?

Asentí, sonriendo y ruborizándome.

- Me alegro - me devolvió la sonrisa - Nos hemos conocido un poco mejor estos días y creo que os puede ir muy bien, ¿sabes? Es un gran chico. - me acarició la cabeza - Voy a avisar al médico - dijo suavemente.

Unos minutos más tarde el médico apareció y me examinó minuciosamente. Concluyó que, si todo seguía así, aquella misma tarde podría abandonar el hospital.

Miré a mi madre, se la veía muy cansada.

- Mamá, me encuentro bien. Vete a casa y descansa - le cogí la mano - Esta noche cenamos juntas, ¿vale?
- Claro - asintió - Pero no te voy a dejar sola. Me iré cuando vuelva Bakugou... así os dejo intimidad - me guiñó el ojo.
- ¡Mamá! - me tapé la cara con las manos, avergonzada.

Poco después la puerta se abrió y Katsuki entró en la habitación. Al verle, mi corazón comenzó a latir con fuerza y mi respiración se aceleró.

- Señora, mi madre ha hecho té y le he traído un poco. Le vendrá bien para... - habló con voz cansada mientras miraba al suelo. En ese instante levantó la vista y me vio - ¡Eh! - su rostro se iluminó.

- Hola, Katsuki - susurré con una media sonrisa.

Dejó el té en una mesita cercana a la puerta y se acercó a mí todo lo deprisa que le permitían sus piernas. Sus ojos me miraban con una mezcla de felicidad y tremendo enfado.

- Bueno, yo me voy a casa. - mi madre se levantó atropelladamente de la silla y bostezó - Gracias por el té, Bakugou - sonrío mientras lo recogía.

Katsuki asintió.

- Voy a preparar una gran cena. ¡Tenemos que celebrar que estás bien y que se ha acabado el curso! - habló animada desde la puerta - ¿Vendrás a cenar, Bakugou?
- Me gustaría, gracias.
- En fin, me voy ya. Te dejo en buenas manos, ____.
- Hasta luego, mamá.
- Que descanse, señora.

Hazme explotar (Katsuki Bakugou y tú )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora