Bunny «Taekook»

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Unos meses más tarde, ambos habían mejorado muchísimo su relación y ahora eran prácticamente inseparables. Jungkook seguía a Taehyung a todas partes y también había cogido la costumbre de besar su mejilla para devolverle el cariño que estaba recibiendo.

Por otra parte, Taehyung se aseguró de hacerle un montón de comidas sabrosas al menor, además de comprarle algunos juguetes y ropa nueva. Por supuesto también lo llenaba de mimos todos los días y lo cargaba a todas partes.

En cuanto al colegio del menor, ya arreglaron todo el papeleo allí e incluso la tutora de Jungkook le aseguró a Taehyung que el niño se veía mucho más feliz en clase, además de que participaba más y estaba aprendiendo muy rápido.

—Jungkookie —llama el mayor al mencionado cuando lo ve tumbado en el suelo —vas a enfermarte bebé, levántate del suelo y ven con TaeTae.

El azabache no dudó hacerle caso y correr a sus brazos. Su felicidad era tan grande con su nuevo tutor legal, que ya casi ni se acordaba de su madre. Sólo volvía a su mente por las noches cuando alguna pesadilla interrumpía su sueño.

—Taehyung —lo llama sentándose ahorcajadas en su regazo y sosteniendo su rostro con sus manitas —¿tú eres mi papá? —pregunta curioso y dedicándole una sonrisa.

—Bueno... no soy exactamente eso, pero soy algo parecido —le devuelve la sonrisa y besa su nariz.

—Mmhh... Taehyung —susurra el menor abrazándolo y recostándose en su pecho. Ambos se quedan en silencio un tiempo hasta que el mayor decide volver a hablar.

—Conejito —cuando el contrario lo mira, acaricia su mejilla —te quiero.

—¿Qué es te quiero? —pregunta el niño curioso, separándose un poco más.

—Verás, cuando sientes cosas bonitas hacia una persona, te gusta estar con ella, cuidarla y mimarla, es porque quieres a esa persona. Y yo te quiero a ti mucho —le explica volviendo a sonreír cuando el menor lo mira con los ojos húmedos.

—Te quiero —repite abrazándolo con un poquito más de fuerza tras besar su mejilla —mucho, mucho, mucho y me quiero quedar contigo siempre.

—Estaremos juntos siempre bebé, no permitiré que te separen de mi —besa su frente y continúa sus caricias en la espalda ajena, notando al menor cada vez más relajado —eres un encanto... siento todo lo que has pasado —susurra sin saber si el niño lo estaba escuchando o entendiendo.

—Taehyung, si mamá vuelve, ¿también me puedo quedar contigo? —pregunta el menor temiendo que algún día el sueño que estaba viviendo se acabase.

—Claro que si —busca su rostro y besa su mejilla regordeta. En esta ya no estaba el hematoma y, excepto por algunas cicatrices, ya no había ni rastro de las heridas de Jungkook —¿quieres que vayamos al parque?

El azabache asiente pero sin separarse, esbozando un leve puchero cuando el contrario intenta apartarlo para levantarse.

—Jungkookie, pensaba que eras un conejito, no un mono —comienza a reír y finalmente se levanta con el menor entre sus brazos —¿quieres estrenar tus zapatos deportivos nuevos?

—No sé —se encoge de hombros sin separarse del cuello del mayor. Ciertamente, no fue hasta unas semanas más tarde que estuvieron juntos cuando Taehyung notó la grave falta de cariño del azabache. Al principio pensó que simplemente resultó que el contrario era muy cariñoso, pero poco a poco entendió que se debía a esa ausencia de cariño había dominado su antigua vida. Por ello Jungkook siempre buscaba un mínimo contacto con Taehyung en cualquier momento y a cualquier hora.