Lección #5

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Lección #5

Sí es la única palabra que el multimillonario quiere entender.

Cuando dices "no,"

Él pensará que estás diciendo "nunca."

P'Bright medio me llevó a su sillón, cayendo él mismo en el y me acomodó en su regazo sin romper nuestro beso.

—Me vuelves loco de deseo, cariño.

—Tú, también.

Yo jadeaba, arqueándome mientras sus labios dejaban un rastro de besos y mordiscos en mi cuello.

Me dio la vuelta en su regazo, y me dejó tumbado con la espalda contra su pecho, con las piernas abiertas con él al medio. Gemí cuando sentí su mano tirando de mi camisa metida libre de mi pantalón. Y luego me fue ahuecando, subiendo su mano con tanta pasión hasta que dio con mi pectoral, donde empezó a amasar con ardor.

—P'... P'Bright.

—Quiero un regalo de despedida —dijo mientras comenzaba a pellizcar mis pezones.

—¿Qué? —Me las arreglé para preguntar, concentrarse cuando él pellizcaba mis pezones era bastante difícil.

—Quiero verte llegar antes de irme.

¡Oh Dios mío, oh Dios mío!...

—¿Di que me dejas? —Sopló al oído, haciéndome estremecer.

—P'Bright...

—Quiero recordar tu cara cuando haga que llegues, Nong

Cuando dijo esas palabras, cuando lo dijo así, su voz con tonalidad baja, una caricia tierna y áspera al mismo tiempo, todo lo que pude hacer fue asentir, girando hacia los lados, así que podía mirarlo.

Una de sus manos se sumergió en mi ropa interior.

—¡Aaaah!

No hice ningún intento por bajar mi voz, no cuando sabía que su oficina estaba totalmente insonorizada y no cuando sabía por ahora cuánto le gustaba a P'Bright oírme expresar mi placer con su toque. Me gustaba, bueno para ser honesto me gustaba mucho.

Mojando sus dedos con mi saliva, P'Brighy me mordió la oreja a la ligera mientras un dedo me penetró tan profundamente, sólo el tamaño de sus nudillos le impidió ir más adentro.

Dejando escapar un largo gemido, me retorcía en su regazo, separé mis piernas aún más ampliamente para que me pudiera tocar más profundamente.

—¿Te gusta cómo mi dedo te da placer, Win?

—Sí —lloré.

Nunca dejo de reducirme a un lloroso lio con su toque.

—¿Estás listo para más, cariño?

—¡Siiiii.....aaaah!

¡Dos, no, tres.... oh mi Dios, cuatro!

Mi ser se estiró para acomodarlo, estando muy dispuesto a complacer al igual que el resto de mi cuerpo. Sus dedos comenzaron a moverse en sincronía mientras me follan largo y duro.

—Por favor, por favor.

No pude evitar gritar las palabras cuando su otra mano comenzó a frotar mi miembro sin parar las embestidas de sus dedos.

[Terminado] Como No Ser SeducidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora