Capítulo 8

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No podía ser cierto, no otra vez. Sentía como su pecho se agitaba, la música sólo era un zumbido ahora. Regreso a las mesas empezando a buscar un vaso vacío agregándole todo el alcohol que encontraba.

- ¿Jenn? ¿Jenn qué estás haciendo? -Sara la miraba extrañada-. Jenn, no tomes eso, ¿qué te pasa? -Detuvo la mano de su amiga a medio camino de sus labios.

- Déjame Sara, no me importa -dijo conteniendo las lágrimas.

- Jennifer, baja el vaso. Dime ¿qué sucedió?

- Alex -dijo con voz estrangulada- estaba por besarse con la hermana de Tina.

- Oh, Jenny lo siento. Ese infeliz no te merece -dijo enojada-, pero dime: ¿vale la pena emborracharte y romper la promesa que le hiciste a tus padres por él? -Jenn negó con la cabeza-. Exacto, ahora baja eso -pidio más amable.

Jenny bajo la mano y no pudo evitar que una lágrima se deslizara por su mejilla. Su amiga la abrazó. Por suerte nadie se daba cuenta de lo que sucedía.

- ¿Quieres que vaya a golpearlo? -Jenny apenas sonrió.

- No, déjalo. Ahora necesito estar a solas, ¿sí? -Sara asintió y dejó que su amiga se fuera a la terraza del jardín.

Un pequeño lugar con piso de madera y una baranda que daba la impresión de una terraza que llevaba hacia el jardín trasero, con sillones que en esos momentos estaban vacíos. Hacía frío pero el aire fresco calmaba el dolor en su interior, así que inspiró varias veces dejando que el aire se filtrara. Observó el jardín, oscuro y solitario de dónde pocas parejas regresaban de las sombras. Eso la hacía sentirse peor, ella ahí sola y con sus planes arruinados mientras que Alex otra vez estaba intercambiando saliva con una tipa. ¿A quién quería engañar? Alex jamás se fijaría en ella. Ella jamás sería como las chicas que a él le gustaban. Otra lágrima traicionera escapó de sus ojos.

¡Cielos! ¡Qué patética! -pensó Jenn. Agradecía que Sara hubiera usado maquillaje a prueba de agua.

Dejo que algunas lágrimas más se escaparan, calientes rodaban por su mejilla mientras se giraba para apoyarse en el barandal mientras se limpiaba. Respiró hondo un par de veces más para tranquilizarse. Ya había tenido suficiente aire y se estaba empezando a congelar. Estaba a punto de volver adentro cuando abrió los ojos y noto que uno de los chicos que rechazó para bailar, compañero de Alex, estaba a su lado.

- Oye, eres Jennifferr, ¿verrdad? -preguntó con un tono medio borracho.

- Uhmm, sí -contestó con precaución.

- Nunca te había vishto en una ffiesta.

- Es la primera vez que vengo a una.

- ¡Claro, por eso! -contestó como si fuera el mayor descubrimiento-. Siempre eshtabas eztudiando o perrsiguiendo a Alexx jaja -se rió como si fuera el mejor chiste del mundo.

- Debo regresar adentro -dijo de muy malas ganas.

- Ezpera, ezpera, estamos converrsando -dijo agarrándola del antebrazo-. Aunque no siemprre estabas detrás de Alex, hip, estás con ésta chica... Sara, ella es linda, hip, pero tú también lo erres. Sabes Jenny, debiste bailarr conmigo. -Se acercó peligrosamente a ella.

- Nick, aléjate.

- ¿Qué tiene de malo? Eshtamos solos y nadie puede verrnos.

Tenía razón, se había acercado tanto que desde adentro sólo se vería su espalda sin saber que estaba arrinconándola contra la baranda.

- Dije que te alejes -exigió mientras lo empujaba, pero era muy alto y más fuerte.

Él sólo sonrió con sus ojos cristalinos y rojizos de borracho mientras se inclinaba peligrosamente y Jenny sentía el fétido aliento a alcohol contra su rostro. Iba a besarla y nadie iba a impedirlo.

Tarde de DiciembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora