Una familia de verdad

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—Oye, Killua. 

—¿Hmm?

—Volvamos a buscar nuevas aventuras juntos, ¿Si?

Como si de las palabras claves para salir de un trance se tratara, unos ojos azules se abrieron de pronto, con la vista pegada al techo, el albino se dio cuenta de que el sueño había llegado a su fin.

Sentándose lentamente en la cama, Killua pasó una mano entre su blanca melena y dio un suspiro con algo de fuerza, su pecho subía y bajaba con pesadez y todo se veía un poco borroso. Poco a poco, logró calmar su respiración y su vista se aclaró, permitiéndole distinguir los muebles del pequeño apartamento que estaba rentando junto con su hermana, Alluka. 

Había despertado bastante agitado en medio de la noche, pero sabía que no era una más de las pesadillas que lo asaltaban en ocasiones, esta vez la sensación que dejó en su pecho era cálida, casi como un buen augurio. Dirigió su rostro hacia Alluka, en la cama del extremo opuesto de la habitación, y contempló el movimiento tranquilo de su pecho. 

Era extraño, Killua siempre tenía pesadillas sobre su cruel entrenamiento en la víspera de su cumpleaños pero, ¿Ahora? El sentimiento de cariño y un poco de nostalgia invadía todo su cuerpo, recordándole esos dos años que pasó con su moreno favorito. 

—Gon... —alcanzó a murmurar mientras volteaba a ver por la ventana de la habitación. 

Killua tomó su teléfono de la mesa de noche y vio la hora. Pensando en que Alluka le había dicho que fueran a ver la ciudad por su cumpleaños y considerando que era la 1:00 a.m. se dispuso a continuar con su anhelado descanso, tomó las sábanas y se cubrió, cerró los ojos y se quedó dormido con el vivo recuerdo del moreno y sus otros dos amigos. 

7:00 a.m.

—¿Killua todavía está dormido?

—Si, normalmente se despierta cerca de las 9:00 a.m.

—¿Crees poder entretenerlo hasta la cena?

—¿Qué? —dijo con tono de preocupación—¿Por qué? ¿Tienen algún problema con el viaje?

—No, no, es solo que creí que tal vez así sería más creíble.

—No creo poder guardar el secreto tanto tiempo... Además, Gon debe estar impaciente por ver a Killua, no creo que quiera esperar tanto... —dijo con un poco de duda y cariño, aunque ya habían pasado dos años desde que se conocieron y no habían tenido otra oportunidad para verse, Alluka sabía que Gon era el mejor amigo de su hermano y viceversa, era natural que se sintiera impaciente por volver a verlo. 

—No lo había pensado de esa manera... ¡En fin! No te preocupes, estaremos en tiempo para festejar juntos. —dijo de manera convincente y animada.

—Gracias, ustedes son muy importantes para mi hermano, lo menos que puedo hacer por él es esto. —dijo con una gran sonrisa en su rostro, dejando de lado la preocupación que se había hecho presente unos segundos antes. 

—¿Van a venir junto con Gon? —habló de nuevo la joven de cabellos negros. 

—Si, nos encontraremos en el aeropuerto para llegar los tres juntos.

—Está bien, entonces llevaré a Killua a visitar algunos lugares de la ciudad para que puedan llegar al apartamento. —dijo con emoción y un poco de ansiedad —De nuevo, gracias por aceptar la invitación. —dijo de una manera tan tierna, que el joven aspirante a doctor no pudo evitar sonreír. 

—Sabes que tu y Killua son muy importantes para nosotros y queremos estar con ustedes en su cumpleaños. De hecho, nosotros deberíamos agradecer por la invitación. —Cada palabra estaba llena de un profundo cariño casi paternal, tanto, que ya no había necesidad de seguir hablando. 

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