IV

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Las cosas deberían comenzar a solucionarse para West. Ahora que sabía algo sobre Will, por más simple que fuera, podría utilizarlo para descubrir más sobre el pasado del chico. No era tan complicado, después de todo. Al parecer, al chico le gustaba pintar sus recuerdos. Si West lograba que Will le explicara las pinturas, sería capaz de juntar más y más información sobre Will. Tal vez, y sólo tal vez así lograría descubrir el por qué detrás de lo que hizo aquél día.

El muchacho entró a la habitación, dejando detrás a los guardias que lo acompañaban. Su rostro seguía sin expresión, pero había algo diferente de él esta vez. Algo había cambiado desde la última visita.

"Will, adelante," lo invitó a sentarse West. "¿Cómo te encuentras?"

"Bien," respondió el chico.

Bueno, pensó West. Al menos ahora no agacha la mirada al responder.

"Bien," continuó el doctor. "Veo que traes algo para mí," comentó refiriéndose a las hojas que llevaba en la mano.

Will sólo las levantó y se las ofreció sin decir una sola palabra.

West tomó uno en las manos y puso los demás en su regazo. "Veamos este..." El dibujo era mucho más claro que los que había hecho en la pared el día anterior. Mostraba un chico claramente en mal estado. Tenía los ojos cerrados, pero era bastante obvio que estaba sufriendo de alguna manera. El ceño fruncido, cicatrices en el rostro, una mancha muy desagradable en la mejilla...

"¿Qué le pasó al chico?"

Will desvió la mirada y se quedó callado un momento. "Es Nico," dijo él. "Estuvo en... una pelea."

West observó la pintura unos segundos más y luego tomó otra.

La siguiente mostraba al mismo chico. La diferencia más notoria era que ahora el chico estaba sonriendo ligeramente. Llevaba una remera anaranjada muy similar a la que Will llevaba cuando West lo vio por primera vez.

"Son muy lindos," le dijo West a Will. "Eres muy buen artista."

"Es por mi padre," respondió él.

Su padre.

"¿Tu padre?" preguntó West. "¿Tu padre es un pintor?"

Will negó al principio, pero lentamente comenzó a asentir. "Le gusta el arte."

"Y es bueno, supongo. Porque si fue él quien te enseñó-"

"No fue él quien me enseñó."

"¿Ah no?" Will negó con la cabeza. "¿Entonces quién?"

"Yo aprendí. Todos mis hermanos saben pintar. Y cantar. Y... usar el arco."

Eso sí era extraño. ¿Usar el arco? ¿En pleno siglo 21?

"Deben ser una familia muy exitosa," comentó West. "¿Hay algún artista famoso en la familia?"

"Muchos," respondió Will. "Ni siquiera estoy seguro de quiénes son mi familia y quiénes no."

"Wow, ¿Por qué dices eso?"

Will agachó la cabeza un poco, quedándose pensativo antes de responder. "Mi padre..."

"¿Tu padre?"

Will sólo se quedó callado.

"¿Qué tiene tu padre?"

"Es un dios griego."

Interesante. Ahora sí, no le cabía duda a West de que Will estaba alucinando. ¿Un dios griego? ¿Qué se creía él? ¿Un semidiós? ¡Ja!

"¿Ah sí?" Will asintió. "Déjame adivinar..." West tomó una libreta y comenzó a escribir mientras hablaba. "Pintor, cantante, músico, arquero, dios griego. Dime, Will, ¿De pura casualidad tu padre es médico?"

Will asintió. "Sí, lo es."

"Entonces corrígeme si me equivoco al decir que tu padre es el dios Apolo."

De nuevo, silencio.

"Bien... sigamos con los dibujos, ¿Sí?" Eso pareció animar de nuevo a Will, quien levantó la mirada de nuevo y siguió observando a West mientras él tomaba los siguientes dibujos.

"Veamos este," dijo al tomar uno que mostraba a ambos chicos vestidos de blanco, tomados de las manos, besándose. "Es muy lindo."

West tomó otro y lo observó. Estaba bastante oscuro. Especialmente a comparación del anterior. Y mostraba a ambos chicos vestidos con remeras anaranjadas caminando por las calles de una ciudad.

"¿Qué representa?" preguntó el doctor.

Will sabía muy bien lo que sus pinturas representaban. Cada una de ellas había estado en su mente por años. Ya fuera en forma de memorias o... pesadillas.

Le era bastante difícil recordarlas. Memorias y pesadillas, ambas eran dolorosas después de lo que había pasado durante lo que él había terminado llamando "La última misión."

Will recordaba cuando Apolo lo había llamado para encomendarle la misión. Cuando le dijo que tendría que hacerla. Que no había alternativa.

Will estaba seguro de que él podría hacerlo, por más difícil que fuera.

"Debes ir sólo, hijo mío," había dicho Apolo. "Solamente tú eres digno de hacerlo. Cualquier otro que quiera ir contigo está en gran peligro. Especialmente si no tiene mis raíces."

"No te creo nada, Will," había replicado Nico. "Sé que quieres protegerme, pero yo quiero ir contigo. No me importa lo que digas, yo iré." Will habría dado lo que fuera por que Nico dejara a Will ir solo, pero era imposible. "Te amo, Will. Estamos juntos por algo."

Sí. Lo estaban. O... lo habían estado, al menos.

"Mi lira," había dicho Apolo. "Encuentra al idiota que tuvo las agallas para robarla, y asegúrate de que sufra las consecuencias."

"No puedes negarte, Will," le espetó Nico. "Soy tu novio. Sé que puede ser peligroso, pero te recordaré todas las veces que he estado a punto de morir a comparación de ti."

Will simplemente no pudo decir que no.

Will le explicó todo a West. Sobre su padre. Sobre el padre de Nico. Sobre el campamento. Sobre los semidioses. Especialmente sobre los dioses.

Le explicó partes de su vida. Cosas que él nunca había contado.

Le contó de sus amores, y cómo ninguno se había sentido tan real como el que había sentido por Nico. Incluso cuando a él lo habían tachado de mujeriego bastantes veces.

Todo lo que había contenido alguna vez en su interior con la intención de no agobiar a quienes lo rodeaban, salió en unos minutos, mucho más doloroso que nunca.

"E-esa pintura," explicó Will limpiando las lágrimas de su rostro. "S-son de la última misión de Nico."

"¿La de la lira?" Will asintió. "¿Qué pasó en esa misión, Will?"

Will apuntó a la siguiente pintura. West la tomó en sus manos y se sorprendió al ver una figura oscura en ella. Parecía estar trotando hacia el espectador. En sus manos sostenía una lira dorada.

"Encontrarás al ladrón cerca de la corriente del olvido." El Oráculo le dijo a Will esas palabras alguna vez en el pasado.

"Aprenderás que hay que hacer sacrificios para alcanzar la felicidad.
Si no los cumples, algo más valioso que la memoria perderás."

Las palabras y su significado habían atormentado a Will por muchísimo tiempo. Ya no había nada más por hacer.

"Tuve éxito en la misión," contestó Will. "Pero perdí algo peor que la memoria."

"¿Qué perdiste, Will?"

Will apuntó a la siguiente pintura. West tomó la pintura en sus manos y supo quién era en el mismo momento en el que la vio.

"Nico Di Angelo."

Solangelo - Amo mi PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora