Desesperación

593 64 2
                                    

Ace logra entender el poder de los Kunais. Solo tal vez... una pequeña esperanza.

Las pulsaciones de su corazón eran aceleradas, en cualquier momento le daría un paro cardíaco si seguía así pero la situación ameritaba dar su cien porciento, no podía permitir que A ganará el combate y asesinara a la pelirrosa, no la dejaría morir...

—Hiken!!!

Un gran puño de fuego fue en dirección al Raikage pero nuevamente este esquivo el ataque gracias a su armadura de rayos. Ace chasqueo su lengua desesperado, por cada ataque que lanzaba hacia el enemigo este se los duplicaba en golpes físicos, y por ser demasiado rápido Ace no podía convertirse en fuego...

—Piensas demasiado!!!

Un golpe duro en el pecho hizo que Ace retrocediera, sus ojos quedaron en blanco y la sangre ya surcaban de su boca hasta su barbilla, el Raikage no desaprovechó esa oportunidad y usando su gran velocidad se movió hacia atrás del morocho y le dio tremenda patada que lo hizo volar hacia enfrente. Movimientos ágiles y precisos eran los que propina el rubio, Ace parecía un juguete de trapo ya que volaba de una dirección y rápidamente era redirigido hacia otra, su cuerpo no soportaba tal daño físico. A sonrió satisfecho y sin oscilar lanzó un tremendo golpe al abdomen de Ace mandándolo nuevamente contra unos enormes árboles...

—Pense que eran más fuerte Hiken no Ace...

Con las rodillas temblando se logo hincar, escupió un poco de saliva con sangre al suelo y sonrió extasiado. A frunció el entrecejo, ese niño no se rendía aún.

Ace tenía que pensar con rapidez, la batalla se estaba volviendo cada vez más difícil de seguir y aunque mandaba cantidades grandes de chakra a sus pies no era suficiente, ese tipo era más rápido que el y eso le dificultaba las cosas a la hora de pelear cuerpo a cuerpo o cuando le lanzaba ataques de fuego, solo necesitaba una oportunidad para contraatacar con su técnica más poderosa. Tenía que usarlos pero aún no sabía como, tomo uno de esos kunais y como si fuera un simple cuchillo lo lanzo hacia el Raikage aunque esté fácilmente lo esquivo...

—Demonios! Cómo se usan estás cosas?! ... Hiken!!

—Con esas habilidades tan pobre no me lograrás to.. –antes de que siquiera lo tocará Ace desapareció del lugar y llegó hasta donde había tirado el Kunai–

Asombrado, el azabache parpadeo varias veces. A frunció el ceño enojado y con su habilidad se movió a una gran velocidad en dirección al moreno, no obstante no lo pudo golpear ya que nuevamente desapareció de su sitio. Ahora al moreno le tocaba sonreír, ya había descubierto la manera de utilizar esas armas.

Cuál tirador al blanco lanzó los Kunais a diferentes partes del claro y guardo uno para poderse mover por todo el lugar, colocó el arma entre sus dientes y recubrio todo su cuerpo con una capa de fuego...

—Veamos que tan rápido eres ahora!!

...

Ágiles movimientos, rápidos y certeros por parte de ambos, Ace no dejaba de moverse con rapidez y de propinar golpe tras golpe al rubio. A sonreía con sangre bajando de su boca, el muchacho era rápido pero aún así no le ganaría con trucos baratos, tenía que poner toda su fuerza en el próximo ataque, no se quedaría de brazos cruzados si por algún motivo perdiera la batalla. Ambos se miraron fijamente hasta que una hoja de árbol callo entre medio de los dos, desaparecieron de la vista hasta que puño contra puño se vieron chocar en medio del campo de batalla, aunque fue un corto lapso de tiempo ya que volvieron a desaparecer y aparecer en otro lugar.

Rayo contra fuego, ambos podían vencer. Ace lanzó una llamarada de fuego hacia el rubio, este, a causa de la fatiga física no pudo esquivarlo y para disminuir el golpe cubrir su cara con sus brazos, el golpe le había llegado de lleno...

—No cierres los ojos!! –Grito Ace antes de golpear el pecho del rubio–

Un combo de patadas y puñetazos fue lo que levemente vio A, ya que Ace era tan rápido que sus ojos no podían percibir todos sus golpes. Con un puño en el suelo e hincado, A sonrió con soberbia y nuevamente desapareció solo para aparecer detrás del morocho, Ace no logro verlo y termino con otro golpe duro en su espalda. Está batalla se tenía que acabar, sus reservas de chakra estaban al límite y sus cuerpos ya sufrían el cansancio por estar horas tras horas tratando de acertar golpes o recibiéndolos de lleno...

Morocho y rubio se detuvieron, cada uno miró al contrario mientras preparaban su próximo ataque, un fuego púrpura cubrió el brazo derecho de Ace, en cuanto al rubio, grandes descargas eléctricas fueron apareciendo en su brazo izquierdo. Estaban preparados y eso ambos lo sabían, ese último golpe decidiría todo...

—Toma... Esto!!!

Ambos pasaron de largo al contrario, Ace sonrió antes de desplomarse en el suelo con sangre bajando de su boca y de su cabeza. A por poco y cae, lo único que lo mantenía en pie era su terquedad y su orgullo al no verse perdiendo contra un muchachito, con pasos pausados logró llegar junto a la pelirrosa, sonrió al tenerla entre sus brazos y ante la miradas horrorizada del morocho quebró su cuello...

—NO!!!

—Creias que esto se quedaría así? Ella merece morir...

—Sakura!!!

Cómo si de una simple basura se tratara, arrojó el cuerpo ya sin vida de la pelirrosa hacia el lugar donde Ace gritaba maldiciones hacia su persona.

Ace no se podía mover, por más que tratara no se podía mover...

—Sakura... L-Lo lamento... –grito tratando de mover inútilmente su cuerpo– ...esto debe de ser una pesadilla...

Las risas roncas del Raikage no se hicieron esperar, burlescas y con sarna fueron dirigidas al morocho que nuevamente intentaba mover sus extremidades.

Y ahora? Solo esperaría su final?. Nuevamente no fue tan fuerte como para proteger a sus seres queridos, nuevamente no pudo salvar la vida a quien tanto amaba. Por qué todo eso le recordaba a su propia muerte? Por qué todo nuevamente se reprodujo en su mente?. Estaba destinado a morir en aquella guerra?, Tal vez todo era una simple invención del universo para verlo sufrir una vez más o tal vez, solo tal vez...

—Kai...

.
.
.

Espero que les haya gustado.

Reglas autoimpuestasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora