¿La noche siempre fue tan negra?
Mi nombre es Érica. Soy una joven con poco mas de 21 años, estoy en esa etapa que los mas viejos nombran "la flor de la juventud" o "el amanecer de la vida". Etc. Ya sabes, esa edad en la que puedes llamarte adulto, conseguir un trabajo y vivir solo (o con una mascota).
Durante el día soy como cualquier otra chica; subo fotos con filtro de perrito o comiendo helado, observo las tiendas sin comprar nada, socializo, río a carcajadas indiscriminadamente y así.
Cuando tenía 15 años vivía con mi abuela, estaba en noveno grado y cuando el profesor nos preguntó por los temores encendí mi nave imaginaria y me deslicé por mi mente adolescente buscando aquello que podía robarme tranquilidad. Descarté los miedos comunes como insectos, oscuridad, payasos, accidentes y hasta la idea de morir.
Entonces puse en marcha los motores y viajé un poco mas atrás, a la "época dorada" o niñez.
No encontré muchos archivos, pues mi memoria no es la mejor, solo un par de cajas empolvadas y selladas por mi misma a eso de los ocho años. En una de las dos estaba guardada la angustia, mientras que en la otra la vulnerabilidad que implica ser niño.
Ya sabía cual era mi temor, así que recorrí siete años hasta ubicarme nuevamente en el presente. Entre las lineas del cuaderno coloqué como respuesta las cinco palabras que conforman la palabra NIÑEZ.
Después de unos segundos, ahí mismo en el pupitre descubrí que ser adolescente también me hacia vulnerable, pues era dependiente. Entonces se marcó el proyecto a mediano plazo de mi vida; valerme por mi misma.
Han pasado seis años desde entonces acompañados de un montón de sucesos que no narraré detalladamente porque alargarían de más este relato. Solo diré muy por encima algunos acontecimientos. Conocí por primera vez el amor, por segunda, por tercera... Por quinta... (lo típico) Hasta perder casi por completo esa razón de creer en el amor (No por siempre). A los 17 tuve mi primer trabajo, fue tan estupendo que duró algo mas de una semana. Me gradué, viví seis meses cuestionables en el campo, tuve otros trabajos, los sapos saltaron para convertirse en una de mis fobias, estudié una tecnología y trabajé en dos empresas diferentes.
Me agrada decirles que ya soy independiente, lo logré a los 19 pero...
Aquí es donde mi historia da un giro. Les diré, hace unos meses mi vida cambió. Empezó con dolores insignificantes en el pecho, nervios moderados, algunas noches de insomnio. Hasta que se transformaron en ataques de pánico severos donde sentía la muerte asechar desde alguna esquina de la habitación. No puedo dormir.
Me duele el pecho, me punza el corazón con una lanza y me asfixia. No puedo dormir, siempre estoy cansada y no quiero quedarme a solas en la oscuridad, me da ansiedad el silencio, enloquezco un poco cada 24 horas.
Hay una sombra extraña junto al baño, en las esquinas superiores de las paredes, emana una fría soledad tumular.
Veo sus largos dedos huesudos en la tenue luz que viene de la ciudad, veo su silueta definida junto al armario. ¡Es gigante! Cierro los ojos con fuerza, no puedo conciliar el sueño. Ella está ahí, me observa.
Últimamente el pánico se sale de mi mente y a menudo siento que me van a apuñalar, que me estrangulan. Anoche sentí su piel inerte y pellejuda en mis labios, como si fuera a matarme desde dentro.
No me encuentro bien, me tiembla el bolígrafo y mi corazón parece una faena con tambores. Son casi las once y media de la noche, ella está aquí. Esperando que baje el interruptor del bombillo que parpadea. Estoy mareada, siento el sabor del filo en mi boca.
Ser mayor no hizo que dejara de ser vulnerable.
No escucharé a mis ruidosos vecinos mañana, no sentiré nuevamente el sabor de los duraznos, no veré los peces danzar suavemente en el agua de la pecera, no sentiré el olor de los novillos en el pueblo de mis padres, ni sentiré el cálido roce de mi chico en mi mejilla.
No puedo luchar, en unos minutos la miraré a los ojos, pronto seré parte de ella.
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Relatos Cortos
RandomAquí compartiré diversas voces que cada cierto tiempo llegan a mi mente pidiendo que les permita existir en forma de letras...