¿A dónde voy con esta historia?
Me gusta observar la noche desde que tengo memoria.
Mi mente fantasiosa crea las mejores aventuras en mi mundo bajo el manto luminoso.
Veo ese firmamento en mi fantasía, donde a menudo estoy librando imponentes batallas, caminando bajo ese mismo cielo por el empedrado de una tranquila aldea o admirando el reflejo de los cuerpos celestes en el lago verde al pie de la montaña.
Tengo un lugar especial donde verlas brillar a cientos de kilómetros es aún más mágico...
El patio derecho de la casa de madera, con su marquesina y los dos guayabos a los que trepaba siendo niña.
Tendida en la grama, cobijada por la noche y el silencio casi toma vida aquel lugar que sólo existe en la imaginación de la niña consumida por la adulta.
Casi puedo escuchar los ciervos caminar quebrando las delicadas chamizas entre los árboles, el olor de la vaca del granjero y el calor del pelaje de Chabela.
Pero hay una noche aún más mística, que me permite vivir un día al año una aventura diferente. En Noviembre, día de las animas.
Cuando las personas supersticiosas de mi pueblo salen en grupos impares a algún lugar durante la noche con la esperanza de que la luz de algún alma en pena aparezca y enseñé el lugar del tesoro que la ata a este mundo.
Caminar entre la oscuridad buscando las luces mientras escuchas las historias te hace sentir que la magia existe.
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Relatos Cortos
عشوائيAquí compartiré diversas voces que cada cierto tiempo llegan a mi mente pidiendo que les permita existir en forma de letras...
