Tóxico

41 1 1
                                    

Si he aprendido algo en la vida es sobre las emociones. 

Aquello que se alzó con valentía e ilusión a través de años expandiéndose y acortando la distancia... Cae.

Quien se conservó intacto en su crisálida mientras tantos relojes dieron vuelta, al dejar el capullo ya no poseía su extraordinaria belleza.

 Así lo que fue importante se transformó en una banalidad.

Viajé siempre acompañado por la máscara de alguien, le di un lugar, la cargué en silencio. 

Lo acomodé en un trono mientras me aislaba conformando mi hogar en el vacío.

Hasta ayer.

 Tras padecer una enfermedad silenciosa otorgada por el fantasma que me persigue acepté de mala gana la cura definitiva. 

Con una palabra dinamité al fin ese enorme altar. La delicada porcelana que formaba su rostro se fragmentó al golpearse mientras mis ojos empañados vieron como se desmoronaba ante mí lo que había sido la vida.  

Los sentimientos que alguna vez nos llenaron haciéndonos completos se disiparon para reducirse a lo que son. Recuerdos lejanos.

Tan natural. 

Como los niños se vuelven hombres y los brotes se convierten en arboles.  

Como las personas mueren y las hojas se marchitan. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Relatos CortosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora