CAPÍTULO 14:

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Estoy en el baño retocando un poco mi labial y arreglándome un poco, Ismael me espera en un restaurante que está en el lado este de la ciudad, realmente no conozco el restaurante, sin embargo, él me ha enviado la dirección. Una vez lista, salgo del edificio, y conduzco en mi auto hasta mi destino, llego luego de una media hora, por suerte no he sido atrapada por el tráfico, además la zona en la que está el restaurante es bastante cómoda para manejar, me detengo en frente de un restaurante de comida colombiana, me emociono mucho, ya que me encanta la comida de Colombia, mi mamá suele mezclar su comida con la de mi padre o variar el menú entre ellas, así que estoy bien familiarizada.

Entro y me recibe un hombre alto, moreno, de ojos profundos, y sonrisa encantadora. Correspondo su sonrisa.

- Buenas noches señorita. – musita. – ¿desea que le encuentre una mesa o ya alguien la está esperando? – pregunta con amabilidad.

- Me espera alguien, gracias.

Asiente y abre su brazo de manera que me indica que siga, camino hacia el lugar y encuentro a Ismael sentado en la mesa de la esquina, está bastante concentrado leyendo la carta, me acerco a la mesa, ya que su cuerpo esta de espaldas, no me ve, así que pronto estoy a su lado, cubro sus ojos con mis manos.

Ismael sonríe.

- ¿Cómo estas Valt? – pregunta.

Le doy un beso en la frente, me siento frente a él.

- Bastante bien. – digo sonriendo. – tengo algo que contarte. – lo miro, se ve algo decaído. - ¿pero tú cómo estás?

Sus ojos verdes, se ven algo perdidos y está bastante ojeroso y pálido.

- ¿Has tenido bastante trabajo últimamente? – cuestiono.

- Si. – sonríe, su sonrisa genera en mí una calidez y tranquilidad infinita. – el trabajo en la empresa es fuerte.

- ¿Has estado comiendo bien?

Asiente.

- Más te vale. – advierto con los ojos entrecerrados.

- Si señora.

El mesero llega a preguntarnos por nuestros pedidos. Le recomiendo un platillo a Ismael.

- A mi también me gusta mucho la comida de Colombia. – cuenta Ismael al darse cuenta de mi entusiasmo al revisar los platillos. – sin embargo, no tenía conocimiento que sabias tanto acerca de sus platillos.

- Mi madre es colombiana, así que parte de mis raíces son de allá, su comida ha jugado un papel fundamental en mi crecimiento. – confieso.

- ¡Oh! No sabía eso. Realmente estaba algo ansioso por si no te gustaría el lugar. ¿Es decir que también hablas español? – interroga interesado.

Asiento.

- No lo hablo perfectamente, pero si podría comunicarme medianamente, mis raíces son multiculturales, mi padre es francés, así que también se hablar francés.

- Realmente eres una mujer muy interesante. – recalca.

- Pero el idioma que mejor manejo es el inglés, ambos los sé, pero no perfectamente. Y ya, esa es la historia de mi herencia cultural. – concluyo.

- Bastante interesante, jamás habría imaginado que en tu bonita carita habría distintos rasgos culturales. – me mira con ternura. – mi caso de herencia cultural es bastante soso, a comparación del tuyo, mis padres se conocieron en Inglaterra, mi madre iba de intercambio, mientras que mi padre es originario de allá, se casaron y vivimos diez años de mi vida allí, hasta que mis padres decidieron venir aquí, por cuestiones laborales de ambos, mi madre si es originaria de Canadá, es por eso que ahora estoy aquí.

ENTRE LA SOMBRA Y EL ALMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora