Epílogo

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Años más tarde..

—Es extraño regresar.. No es así?

Un par de ojos color cereza se giraron a ver a su acompañante dentro de aquella camioneta que conducía, encontrándose con el perfecto perfil de un castaño de sonrisa nostálgica, asintió.

—Sí, lo es.

—Estas nervioso, Sei? —El pelirrojo abrió la boca pero no pudo responder— yo estaría nervioso si fuera tú, quiero decir, si fuera tú no lo estaría porque tú nunca estas nervioso pero aún así, si yo fuera tú r sentiría muy nervioso, estar en las olimpiadas no debe ser fácil. Porque.. Incluso aunque tú juegas normalmente en Estados Unidos vienes aquí para jugar contra los que suelen ser tus compañeros, entonces tal vez estés inquieto, aunque yo estoy en la banca me siento tan nervioso que podría gritar! —dijo alzando la voz, más volvió a bajarla apenado— pero eso sería raro.. Porque seguramente ni siquiera entraré a la cancha..

—Kouki, cariño.. —Lo interrumpió en un semáforo, el de piel trigueña se puso rojo cuando el pulgar de Akashi le delineó los labios— si sintieras mi corazón sabrías que estoy muy nervioso.

—De verdad? —Llevando la mano ajena a su pecho, los grandes ojos chocolate se abrieron más de lo normal al sentir su acelerado palpitar— ohh.. Pero no lo parece.

—Siempre es así cuando estoy contigo.

Lo vio morderse el labio para no chillar y entonces volvió a pisar el acelerador ante el semáforo en verde.

...❤

—Muro chin.. Trajiste mis gomitas de ositos?

—Las traje, Atsushi.

—Y las papitas con sabor a wasabi?

—Esas las venden aquí, antes solías importarlas a América, recuerdas?

—Mmm.. Y el batido de flores de cerezo?

—No estamos en época para eso, Atsushi —contestó con toda su paciencia al alto de cabello lila que lo seguía, entonces sus ojos grises vislumbraron una cabellera rojiza conocida— bro!

—Ah? Tatsuya.. Viniste en el mismo vuelo? —El pelinegro ladeó el rostro al verle las exageradas ojeras bajo sus ojos rojos.

—Mm.. No creo, y tú siempre desvelado antes de un gran partido? Sabías que hoy sólo es la ceremonia de apertura?

—Lo sé, lo sé, pero suponía que podría competir contra algún extranjero ahora que estamos reunidos los mejores del mundo! —exclamó con los ojos encendidos, su vitalidad surgió como una flama en cuanto habló de basket. Himuro negó.

—Pero si siempre jugamos con los mejores en la NBA..

—Pero tal vez encuentre algún prodigio desconocido! —Himuro negó al ver las chispas en sus iris.

—Y Kuroko? Dónde está mi cuñado?

—Ja! No me hables de ese traidor.

—Mm? Kagami chin peleó con Kuro chin? Te robó tus papitas de wasabi? —Himuro alzó las manos con rendición.

—Dijiste que me dabas un paquete.

—Pero esas eran de la edición limitada.. Oh mira, ahí está Kuro chin. —Alzó su largo brazo y saludó al chico de cabellera celeste— Kuro chin~!

Con una leve sonrisa, se acercó al grupo de pie aún en el hall del aeropuerto.

—Himuro kun, Murasakibara kun, ha pasado tiempo.

—Desde el último campeonato, no? En esa época apenas estabas en la banca, y mirate ahora, todo un campeón —sonrió el pelinegro señalando su chaqueta negra— hasta quedaste oficial en los Spurs.

Sólo mirame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora