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Hyun entra al auto de manera ágil y desesperado. Antes de que alguno de los dos logre decir cualquier cosa, arranca a toda velocidad esquivando a personas que salen del lugar corriendo. La policía está por todos lados, y si no acelera, aunque se choque alguna persona, le atraparán y no podrá salir nunca más.

Yeonsoo traga duro al ver que Hyun no se ha conformado solo con ella, si no, también se llevó a Jin. No se suponía que él estuviera; la intención de Yeonsoo era terminar en una habitación a solas con Hyun, para poder así terminar de una vez lo que empezó.

—¿Estás bien? —susurra Jin por lo bajo, tranquilizando el temblor de su voz, Hyun tiene un arma en su mano, pero si él mueve un solo músculo para quitársela probablemente en la lucha termine por jalar el gatillo y quién sabe qué podría pasar.

—¿Qué demonios haces aquí? —Yeonsoo grita en un susurro. 

—Vine a rescatarte. 

—¡Qué bien resultó!, ahora Hyun nos tiene a ambos.

—¿Te enojas por intentar salvarte? —farfulla. 

—No tenías porqué meterte. —Yeonsoo sabe que él no tiene la culpa de su enojo, solo quería alejar a Hyun de ellos lo más que pueda y resultó un desastre—. Lo siento, deberías estar a salvo con los demás.

—Pero tú estás aquí. Eres mi amiga —murmura sin mirarla y su voz se quiebra ligeramente.

—¡CIERREN LA PUTA BOCA! —Hyun grita desesperado girando en la siguiente manzana. 

—¿Vamos a morir? —El temblor es su palabras delatan el miedo que realmente tiene. Yeonsoo lo mira y puede notar sus ojos cristalizados y el temblor de sus labios.

—No morirás, me aseguraré de que salgas de esto.

—¿Y tú? —Jin entiende que la misión de Yeonsoo es suicida. No puede evitar sentir angustia por la chica de mirada dura y carácter tajante.

Aún recuerda la primera vez que ambos estuvieron solos por primera vez, fue en aquella ocasión en la que quería un vestido para impresionar a Yoongi.

Recuerda que se probó más de diez vestido, y ahí Seokjin se dió cuenta el gran complejo y la inseguridad sobre ella misma. Toda esa máscara de chica mala solo era un mecanismo de defensa para no ser herida, porque debajo de todo, incluso de esos elegantes vestidos, solo hay una chica divertida, con el sentido del humor más retorcido que ha conocido en toda su vida, y una cálida sonrisa.

Ahí Jin supo que en realidad el afortunado era Yoongi por tenerla en su vida, y no al revés como todos creían. Ella pasó toda su vida recibiendo las heridas que otras personas merecían, sin darse cuenta protegió hasta incluso a Hyun en algún momento.

Jin se le queda viendo unos segundos; ella no deja de mirar a Hyun seria, ni una sola lágrima corre por su mejilla, es como si ya estuviera dispuesta a luchar contra él, así se muera en el intento.

Hyun estaciona de manera brusca cerca de un almacén que fue cerrado hace menos de dos años, se creía que tenía nuevo dueño pero al entrar está completamente vacío.

—¡ENTREN! —Los apunta con el arma, ambos entran al lugar y el pelinegro totalmente exaltado y desesperado los conduce hasta un pilar. 

Lo obliga a sentarse y con una cuerda une las manos de ellos alrededor del pilar. Saca su móvil y luego se lo coloca en el oído.

—¡Estoy en problemas! —Se golpea la cabeza con el arma cerrando los ojos con fuerza. Totalmente atormentado, comienza a caminar de un lado a otro—. ¡No lo entiendes! ¡Van a encontrarme! ¡Ven por mí, joder! —grita abrumado, en su voz se puede notar la desesperación y pánico que están a flor de piel.

𝙴𝚏𝚎𝚌𝚝𝚘 𝙳𝚘𝚖𝚒𝚗ó © » ᴹⁱⁿ ʸᵒᵒⁿᵍⁱ; BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora