—Les caíste bien.
—¿Estas seguro?
—Se.
—Estaba que me desmayaba.
—Se notaba. Estaban todos re enamorados de vos. Hasta Capi te miraba. Y mira que Capi no le da mucha bola a las mujeres —comentó Beto.
—Nah. Que me van a dar bola si soy horrible.
—¿Horrible? Vos estas loca, nena.
—Si digo la verdad.
—Vos sos muy linda. Y ya te dije que El Beto no miente.
Rocio suspiró.
—Che Beto, ¿queres ir a comer a mi casa? Mi mamá va a hacer guiso.
—Obvio.
***
—¿Y? ¿Se divirtieron? —les preguntó la mamá de Rocio cuando llegaron y se sentaron.
—Estuvo entretenido —respondió su hija.
—Pero el Beto a penas pudo meter un gol —se quejó el rubio.
—¿Por que?
—Estaban todos muy motivados.
—¿Tienen un torneo que estaban tan motivados? —preguntó la mujer, curiosa.
—No. Estaban motivados por que estaba ella —hizo un ademán hacia su amiga.
—¡Beto!
—Ah, mira. Ya podrías conseguir un buen novio —bromeo su madre.
—¡Mamá!
—Y la verdad es que podes salir con Capi. Parece que le gustas —dijo Beto.
—No le gusto, nene. Una cosa es parecerle linda. Igual no va a pasar nada —respondió ella.
—Si se da, se da —dijo su madre.
—Pero no se va a dar.
—¿Y quien dice? —preguntó Beto, burlón.
—Lo digo yo. Dejen de joder y empezemos a comer. Tengo hambre.
Los tres comieron con tranquilidad y hablando muy contentos. Después de comer Beto volvió a su casa y las dos mujeres se pusieron a limpiar. Para alegrar el ambiente, Rocio puso cumbia.
Poner música y limpiar le recordaba al pasado. Cuando era chiquitita y bailaba con su tía o cuando hacían asado en familia. Lindos momentos que conmemoraba con anhelo y tristeza.
—¿Mañana también vas con Beto?
—Supongo que si.
Y siguieron limpiando, cantando muy contentas.
Después de limpiar pusieron la pava y tomaron mate con una pitusas de mouse, y mientras jugaron al "Jodete" y al Tuti Fruti. Pasaron jugando tanto que ni se dieron cuenta de que anochecía, se percataron de esto cuando Miguel el papá de Rocio llegó.
—Hola.
—Hola, pa.
—Hola, pi —lo saludo su mujer.
—Uh, ¿están tomado mate? Yo ya tengo hambre.
—En un ratito cocino, pi.
Cuando sus viejos empezaron a hablar, ella se fue a su pieza y se tiró a la cama con su celular. Una hora y media después la llamaron para comer. Ella se levanto, fue a la cocina y puso la mesa.
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Amor y Fútbol [Metegol]
FanfictionRocío odiaba el fútbol. Pero gracias al fútbol conoció al amor de su vida. Un fanfic de Metegol.