El esclavo que se convirtió en el amor de mi vida.

un par de tontos.

Su regreso a casa había sido de lo más habitual, saludando a las personas conocidas y alguna qué otra persona regalandole cosas.
Aunque el trato se sentía extraño, trataba de no darle mucha importancia a cosas del pasado.

Para cuándo llegó a la mansión, Sasuke ya lo estaba esperando sentado en un sillón con unos papeles en mano, el cuál al oírlo entrar lo voltió a ver inmediatamente.

-Hmp, ¿eres una tortuga o qué?
Si quieres qué te ayude con tus estudios al menos haz un esfuerzo.- Dijo Sasuke fulminandolo con la mirada.

-Si si, pareces una anciana quejándose por todo.
Yo si tengo vida social, así que dejame en paz ¿quieres?.- reprochó Naruto con el ceño fruncido.
-Mejor apurate y ayudame
con lo qué prometíste.
Además querías algo a cambió ¿no? ¿qué era lo qué querias?- preguntó el menor, rogando qué no fuera algo qué lo metiera en problemas.

-Tks!, no tienes porqué ser tan irritante.- comentó el azabache.
Primero veamos lo de tu escuela, ya despues veremos lo qué yo necesito.

Y a regañadientes Naruto se sento frente al ojionix explicando lo qué necesitaba para poder pasar su exámen. Despues de todo era el último año de preparatoria, ya qué después de eso se decidiría el rumbo de su vida.

Sasuke por su lado le enseño todo lo posible para qué el diminuto cerebro del Dobe lo captara a la perfección.

-Bien, al parecer las unicas materias en las qué tienes que reforzar tus conocimientos son estas tres, así qué haré un horario para qué puedas administrar tú tiempo y no se te haga pesado, ¿estás de acuerdo?- preguntó Sasuke sin esperar alguna respuesta negativa.

-Por sup-. El rubio iba a responder a su pregunta pero en eso una llamada lo interrumpió y de mala gana la atendió.
-Bue-.
-Naruto!! ¡¿dónde demonios estas?! Llevamos más de media hora esperándote, ¿no te habras metido en problemás verdad?-. Pregunta la voz del otro lado de la línea.

-Kiba!! Imbécil, es tú culpa por dejarme sólo en medió de la callé-. Explicó el rubio con una ligera marca de  vena en su sien.
-No puedo ir tengo cosas que hac-. Sasuke le arrebato el móvil y atendió la llamada dando una ligera explicación.
- Naruto no puede ir, no tiene  tiempo y es mejor qué no lo molesten-. Termino la llamada  regresandole su celular al rubio quien estaba anonadado por su actitud.

Un ligero sonrojo se notaba en sus mejillas, lo cuál Sasuke notó inmediatamente.
-¿Oye estás bien?.- pregunto el mayor pero no recibia repuesta alguna por parte del menor.

Naruto estaba fascinado por la manera en qué se vio Sasuke mandando al carajo a Kiba.
Pero ahora qué se daba cuenta, sus amigos no sabían nada respecto a Susuke.
Su sonrojo cambió a un aspecto más pálido.
¿Qué haría ahora? ¿ qué les diría a sus amigos?
Y sin qué Sasuke se lo esperara Naruto le dio un golpe.
-Estúpido teme, ¿qué crees qué haces? ¿Acaso quieres qué me cuelguen? No debiste hacer éso teme idiota!!.-

Sasuke tenia una ligera gota sobre la sien, no le veía el problema a contestar una simple llamada.
¿Qué tenía de malo? Y sobre todo, ¿por qué lo golpeó  ese torpe rubio?

La actitud de Naruto estaba exasperando a Sasuke. Realmente quería golpearlo y gritarle qué se callara, pero debía guardar la postura.
Así qué de la manera mas civilizada intentó tranquilizar al rubio.

-Oye usurantokanchi, ya cállate me molestas.- El azabache no se dio cuenta de qué de alguna u otra forma terminó haciendo lo qué no debía y ahora el rubio lo veía molestó y con ganas de patearlo.
-Agghh, deja de mirarme de esa manera, no creó que sea tan malo contestar una simple llamada.- Explico el ojionix ante la molestia del menor.

-¡No habría ningún problema ante tu opinión, si la llamada qué atiendes es tuya imbécil!
¿Qué acaso no sabes qué ante la sociedad de allá fuera eres mi simple esclavo?-. Con el calor del momento Naruto dijo algo qué no debía y se arrepintió de ello inmediatamente.
~Y-Yo L-Lo sie-. No podía expresar las palabras adecuadas para disculparse con el mayor, sabía qué había cometido un error y sabía qué debía disculparse lo mas rápido posible.
No quería que Sasuke lo terminara odiando.

Por su parte, Sasuke no sabía cómo reaccionar respecto a las palabras del menor.
Debía admitir qué lo que decía el rubio era cierto y qué prácticamente él era su protegido.
Y qué gracias a el tenía más posibilidades de cumplir su meta sin muchos problemás.

Era completamente absurdo y ridículo que alguien tan débil cómo Naruto intentara protegerlo de algo inevitable...

-Sasuke!! Perdóname por lo qué acabo de decir, las palabras qué dije no es lo qué quiero expresar realmente.
Creó qué es mejor que vaya a descansar un poco y qué mañana continuemos con los estudios, adiós!.- Y conforme dijo éso, el rubio desapareció del campo de visión del mayor.

-Hmp, al parecer se le va hacer costumbre salir huyendo cómo gallina.- dijo para si mismo el azabache.
Reflexionaria sobre las palabras qué le dirigió el menor, tal vez encontraría una respuesta a la actitud del rubio.