CAPITULO 13

56 1 0
                                    

En mi puerta se encontraba una caja, parecía misteriosa la recogí pero tenía miedo por lo que contuviera, asome la cabeza para ver si podía dar con la persona que había dejado esto en mi puerta.  La caja se encontraba en vuelta con  mucha cinta adhesiva, vi el reloj que se encontraba en la pared era bastante tarde, lo dejaría para luego, camine hacia la ducha.

Un muy relajante baño, no sabía cómo vestirme casual o no tan casual, mi gran dilema, no podía encontrar nada intermedio, quería verme linda pero no parecer que me preocupe mucho por eso. Me asome por la ventana, los árboles se mecían avisando del ligero viento. Tome unos jeans negros mis favoritos y un suéter azul largo, botas cortas negras y listo. Me vestí en un santiamén espere que mi cabello se secara mientras me maquillaba. Estaba muy nerviosa comencé a dar vueltas por toda la sala, estaba muy impaciente y si mejor iba al supermercado a comprar la comida, pero si llegaba y no me encontraba, le podía mandar un mensaje pero no quería parecer desesperada. En eso mi vista se volvió a dirigir al paquete que se encontraba en el mueble junto a la puerta, fui por unas tijeras que me ayudaran a quitar la cinta que envolvía la caja.

La cinta se encontraba muy adherida, estaba comenzando a molestarme, cuando de nuevo sonó el timbre, me levante del sillón esperaba que no fuera otra broma o una caja fuera de mi puerta, estaba equivocada era David con su linda sonrisa y su grata presencia.

-¡Viniste! – dije algo sorprendida

- ¿Acaso no te dije que vendría o lo olvidaste?

- No, yo solo… la verdad pensé que no vendrías, porque nunca me diste una hora y yo pensé…

-No te di una hora por que no quería quedarte mal, no sabía hasta que hora tendría… lo que cuenta es que ya estoy aquí.

Nos quedamos sin decir nada, hasta que me di cuenta que no lo había invitado a pasar.

- Ho pasa que grosera soy…

-No te preocupes acá fuera el frio esta genial.- dijo regalándome una de sus tantas sonrisas.- ¿Qué es lo que hacías?

-Intentaba abrir esta caja, pero la abriré luego, dime ¿Qué haremos o que tienes planeado?

-Olvide decirte algo, te ves preciosa el azul te va muy bien. – no pude evitar comenzar a reír, estaba tan nerviosa y esto no mejoraba nada.

-Gracias pero deja de coquetear y dime que haremos.

- Pues no tengo nada planeado, ¿tú que puedes sugerir?

-En este lugar no hay nada interesante que hacer, solo que quieras ir al supermercado y ayudarme a hacer las compras. – le dije bromeando

- Bueno entonces vallamos a hacer las compras.

- Lo estoy diciendo en broma, no te llevaría a hacer las compras.

-Anda vamos será divertido, de camino compramos algo para cenar aquí y podemos rentar una película, si ese plan me gusta.

- Pensé que no tenías nada planeado.

-Soy bueno planeando, así que vamos – tome las llaves de la casa y mi cartera que se encontraba en la planta de arriba – oye abrígate antes de bajar, no quiero que pesques un resfriado.

Tome una bufanda  y abrigo, mi suéter era calientito pero aun así,  baje a toda prisa. Salimos de la casa y nos subimos en su auto le indique donde quedaba el súper. Cuando bajamos traía con él una cámara parecía costosa.

-¿Para qué es la cámara? ¿Le tomaras fotos a los alimentos? – dije con cara divertida

-No, los alimentos no son tan atractivos, o bueno solo que una linda chica los esté comprando.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 30, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El chico del abrigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora