A la mañana siguiente, Hermione se encontró nuevamente decidiendo cómo vestirse. Se pensó que, por ser domingo y dirigirse a una biblioteca, prefería ir con algo bien cómodo, pero estaba el asunto de la cena. Por las experiencias del día anterior, no era difícil adivinar que Draco optaba siempre por restaurantes lujosos y elegantes. Luego de mucho pensarlo, decidió que preferiría algo sencillo para el día, pero se llevaría una elegante gabardina para la noche en su bolso de cuentas.
Se había acostado agotada, y eso había facilitado que durmiera toda la noche, pero mientras se arreglaba el cabello, recordó que había soñado con Malfoy; no tenía muy claro qué, pero sí que había sido algo en Hogwarts.
Trató de concentrarse para ver si recordaba algo más. Dudó entre si había sido un recuerdo de aquellos años, o si realmente había sido un sueño. Lentamente las imágenes fueron llegando.
Era de noche. Estaban en Hogwarts pero con sus edades actuales. Ella iba bajando las escaleras que llegaban hasta el Gran Salón con un bonito vestido color lila y un elegante Draco se había acercado e inclinándose cortésmente, le había solicitado un baile. "Estás preciosa" había susurrado en su oído, provocando un escalofrío en toda su piel y casi pudo percibir la fragancia a sándalo penetrando sus sentidos. Se desplazaban suavemente por todo el salón como si flotaran y él la elevaba por los aires grácilmente como si fuera tan liviana como una pluma. Hermione sintió su corazón desbocado. Luego del baile, se habían dirigido hacia una terraza, pero ya no estaban en el colegio, sino que ahora había una linda vista a una bahía, y Draco había tomado su brazo izquierdo y se estaba acercando con la intención de besarla. Luego de esto, no recordó nada más.
El sueño había sido tan real que ahora sentía un gran vacío en su alma; como si hubiera perdido algo muy importante en su vida. Se sentó en su cama y sin poderlo evitar, unas lágrimas recorrieron sus mejillas. ¿Era posible que, en tan pocas horas, él hubiera logrado meterse tan dentro de sus pensamientos y en su alma? Peor aún. ¿Era posible sentir "algo" por él, que nunca se fijaría en ella por su estatus de la sangre, aunque ahora pensara diferente en lo que a ese tema se refería? ¿Quería que Draco se fijara en ella? ¿Podía si quiera, darse el permiso de soñar con esa posibilidad? Sacudió enérgicamente su cabeza. Hubiera gritado si con eso tuviera la seguridad de cambiar lo que estaba sintiendo. Ellos ni siquiera eran amigos, se resignó a pensar, sólo habían coincidido por cosas de trabajo y no pasaría nada más.
Su sueño había sido eso, sólo un sueño, y debía aterrizar muy bien en la realidad para enfrentar el día que tenía por delante. Y practicando una sonrisa que pareciera sincera, se dirigió hacia la chimenea del hotel, tomó los Polvos Flu y dijo en voz alta, su destino.
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Draco había tenido problemas para conciliar el sueño. Se sentía como un enamorado ante su primera cita. La comparación le provocó una sonrisa irónica. "Enamorado" y "cita" no eran palabras que él debiera combinar si la joven en cuestión era Hermione Granger. ¿Qué dirían sus padres? Bueno... la opinión de sus padres con respecto a su vida era algo que ya no le importaba en absoluto, pero trató de imaginarse la escena: él y Hermione desayunando tranquilamente en su apartamento y Lucius apareciendo por la chimenea de un pronto a otro. No sabía si era una escena de terror o de comedia. Gracias a las normas de etiqueta, sus padres no eran de los que se aparecían sin avisar por su casa. Su madre siempre programaba las visitas con una semana de antelación, y él los había visitado hacía dos semanas, por lo que la siguiente vez que se encontraran probablemente sería para Acción de Gracias, dentro de cinco semanas. Eso le dio tranquilidad.
Cansado de esperar que amaneciera, se había levantado temprano y había decidido darle tres vueltas al perímetro de la isla de la Grande Jatte, cerca de su apartamento, para con eso liberar estrés. Una hora después y algo más tranquilo, llegó a su casa y luego de bañarse, estuvo cerca de quince minutos frente a su amplio closet, pensando qué elegir. Decidió omitir la corbata y tomó una camisa blanca y un saco y pantalón negros. Peinó ligeramente hacia atrás su cabello y llamó a Glondy.
—A las diez llegará mi invitada —faltaban dos horas aún.
—Glondy tendrá todo preparado, amito. El amito luce muy bien esta mañana —sonrió con picardía y complicidad.
—Tú me quieres mucho, Glondy, por eso lo dices.
—Glondy atiende al amito desde que nació, y se siente orgullosa del amo Draco. Glondy se siente feliz de atender a una invitada del amo, porque el amo nunca había traído a nadie a quien atender, ni en esta casa ni en ninguna parte donde haya servido a la familia Malfoy —y diciendo esto, desapareció.
Draco se percató que era verdad. Él nunca había llevado a una chica a su casa, ni siquiera a Pansy, con quien en su adolescencia había compartido ocasionalmente unos simples besos. Él nunca había tenido un interés amoroso real en ella. Un momento. ¿Interés amoroso? ¿Por qué estaba pensando en amor? Sacudió la cabeza intentando alejar esos pensamientos. Respiró profundo y fijó su mirada en el reflejo que le devolvía el espejo. ¿Qué le pasaba, desde cuándo él se sentía así de ansioso? Volvió a sacudir la cabeza pero la imagen de Hermione se resistía a salir de su mente. Dos días con ella y su mundo estaba de cabeza, planeando visitas a restaurantes, bibliotecas y paseos por París. Lo mejor, o peor, es que lo estaba disfrutando y no quería que terminara. Pero debía volver a la realidad. Él la había insultado muchas veces, y por más que él hubiese cambiado, había cosas que no se podían olvidar de buenas a primeras. Además, ella se iría al día siguiente muy temprano, y a no ser que hubiera otra reunión en el ministerio relacionado con el mismo tema del viernes, probablemente no volvería a verla en mucho tiempo. Vivían en diferentes países, él no tenía contemplado dejar París y ella jamás dejaría su puesto en Londres. No había más qué decir. Y esa conclusión lo desconsoló.
Nuevamente sacudió su cabeza. Ellos ni siquiera eran amigos. Habían coincidido en una reunión, luego en un restaurante, se estaban haciendo compañía durante el fin de semana, pero nada más. ¡Claro, eso era! Compañía. Mañana sería como cualquier otro lunes; volvería a la rutina de los últimos tres años. Trató de meterse bien esa idea en la cabeza y se dirigió a la sala de estar para esperarla. Pasado ese domingo, tendría que recordar todo como un hermoso pero imposible sueño.
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N/A. Créditos de la imagen. Breeze Wong (así la encuentran en Instagram).
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Fin de semana en París
FanficCuatro años después de la Segunda Guerra Mágica, Draco Malfoy se encuentra con Hermione Granger en el Ministerio de Asuntos Mágicos de Francia y vivirán un fin de semana que nunca hubieran imaginado. #2 dramione: 03-09-20 #5 dramione: 24-03-2022 - 2...