CALLAR

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Las casualidades pueden ser abruptas y conocerte fue una de esas.


Llegué a la conclusión de dejarte libre cuando me contaste lo que sentías por la "chica de tus sueños". En ese tiempo yo era tu amiga, aunque me gustabas, no me atreví a decirlo.


Tenía ligera ventaja si lo decía. Éramos cercanos, había química y un amor "inquebrantable"; las cosas se hubieran dado bien, pero no lo hice, me abrí ante ustedes.


El tiempo pasó, los sentimientos eran cada vez más fuertes. Menos callables. Y el darte consejos para que tengas una buena relación era doloroso. Acompañarte a comprar sus regalos, peormente.



Lo hacía para que estuvieses bien, contabas conmigo y no quería defraudar esa confianza. Pensé en tu bienestar antes que en el mío. Tu felicidad antes que la mía. Siempre ...

Y cuando ya no pude callar más. Intenté rectificarme, inventar una estúpida excusa porque ella vio el mensaje que era para ti, que borré apenas me arrepentí e igual pudo leerlo.

Maldita suerte,

Te alejaste de mi, esa fue la primera vez.

De las tantas veces que lo hiciste; solo por conservarla a ella.

Y aquí estás ahora, sin ella y sin mi.


A quien más querías y se fueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora