¿Amor o Costumbre?

XV

Como siempre que había alguna reunión privada, ella tenía que esperar afuera, al igual que Miles y otros militares, sin embargo ellos eran los únicos que prefirieron esperar al aire libre, no les apetecía estar en un pasillo apretado esperando horas hasta que sus respectivos generales salieran. Estaban ambos de pie en silencio, perdidos en sus pensamientos.

Riza no dejaba de pensar en lo que había ocurrido esa noche. Se tomaba fuertemente dus manos esperando que nadie notara su nerviosismo puesto que esta era la última reunión del día, de ahí, volverían a las habitaciones para el día siguiente volver al comando central. Escucharon que hubo un incidente cerca, justo donde fueron el día anterior y compartiendo una mirada, Miles y ella se encaminaron junto a un pequeño escuadrón que se dirigía a investigar la situación.

Lo que no esperaban era ver unos revoltosos peleando contra algunos militares de bajo rango. Habían optado por no llevar alquimistas estatales a trabajar en campo, dadas las experiencias pasadas, por tanto los insurgentes solo hacían incrementar en número. Se adentraron junto al escuadrón de orden sin embargo sintió un fuerte golpe desde atrás directo a su nuca, sintió que se desmayaba y lo último que vio fue al teniente Miles siendo golpeado también.

Al despertar se sintió desubicada. No sabía el día, ni la hora, ni donde estaba. ¿Donde estaba el General? Trató de pronunciar palabras pero lo único que salió de su garganta fue un gruñido. Abrió lentamente los ojos y prefirió no hacerlo dada la cantidad de luz que invadió sus ojos. Estaba en el suelo, duro y ardiente. Aún se podían ver revoltosos peleando, quizás solo se desmayó unos minutos por el golpe. Rápidamente volteó a ver a su lado, causándole un mareo por la rapidez pero se obligó a fijar bien la vista y aprecio a Miles, en el suelo también. Como pudo se colocó de pie y otro mareo la sacudió. Reviso que al parecer su camarada también estaba noqueado como lo estaba ella hace unos instantes y cuidando no pisar a las personas noqueadas en el suelo se adentró a la multitud y se puso a pelear junto con el ejército.

—¿Que está pasando ahí afuera?—profirió de manera tosca la general Armstrong.

—No tengo idea, pero supongo que nuestros subordinados han de saber.—replicó Roy.

—Voy a ir, si no es tan cobarde tambien puede seguirme, Mustang. Igual creo que Howkeye está allá junto con Miles.

—¿Que estás dicien-?—cuestionó cuando al salir se da cuenta que no lo espera nadie. ¿Y si la desdicha por su confesión fuere tan grande que la haya obligado a desertar?—se sacudió la cabeza antes tales pensamientos.

Encaminándose a donde se escuchaba que era el centro de disturbio pudieron ver que cada vez habían menos revoltosos sin embargo, las fuerzas militares parecían exhaustas, dado que no tenían la ya acostumbrada ayuda alquimista.

—¡Miles! ¿Qué demonios pasó?

Miles que acababa de recobrar la consciencia estaba con una mano tras su nuca mirando a su general tratando de recordar lo que había pasado—¿Donde...? ¡Capitán! Habían golpeado a la capitan Howkeye. Estaba aquí. A mi lado.

Al escuchar la declaración, el rostro de Roy se escurrió y se culpó el no haber llevado guantes de alquimia, y que fuera ella quien los llevará consigo. Con una expresión iracunda se adentró en la multitud, porque, si ella no estaba inconsciente cómo había declarado Miles, significaba que había despertado antes y seguro había vuelto para terminar su labor.

Al terminar de entrar al hetacombe la pudo visualizar. Y el rojo en su hermosos cabello rubio no le gustaba para nada.

Por aquí les dejo esta hermosa foto-meme-lo que sea 🤣 esa página está wenisima puro contenido Royai, (el nombre está en la marca de agua a la derecha "los guantes de Roy Mustang") yo la descubrí hace un par de meses ❤️🤣 estem... esta es mi primera nota de autor. Así que no se, cuídenseme, y lávense las manos.

Cambio y fuera.