XX

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Esa mañana Riza despertó demasiado descansada, más que de costumbre, se sentía relajada y extrañamente feliz, y entonces recordó los sucesos de la noche anterior y, con un leve sonrojo en su rostro, pudo comprender el por qué de su buen ánimo, levantándose si mirar atrás recogió algunas prendas para salir a la cocina.

—¿Siempre has sido tan madrugadora?—inquirió Roy con una voz ronca lo que hizo que Riza diera un salto en su lugar.

—¡¿Que hace aquí?!

—Tú sabes que hacía aquí, o ¿ya te olvidaste?—la cuestionó mientras se estiraba aún acostado en la cama.

—¡Roy! Debías haberte ido a tu habitación. A esta hora hay personas despiertas y...

—Ya no hay ley contra la fraternización entre militares, relájate. ¿Quieres salir esta noche?

Riza estaba totalmente descolocada por la situación, sin embargo permitió bajar un poco la guardia al respecto, aunque tampoco quería que su reputación se dañara si alguien veía a su jefe saliendo de su estancia. Se debatía entre obligarlo a marcharse o dejarlo quedar un rato.

—¿Al menos dejas que compartamos el desayuno?

—Está bien, pero luego se tiene que ir, y respecto a lo de salir esta noche, seguro que todo el equipo le gustará la idea—sugirió saliendo del cuarto.

—P-pero yo pensé que tú... y yo... solos, ¿sabes?—pero Riza ya se había marchado, podía escuchar perfectamente los trastes en la cocina y como le preguntaba a Black Hayate si quería ir a visitar a sus hijos más tarde.—una cita...—dijo en un susurro.

Luego de desayunar juntos, Roy se disponía a ponerse su uniforme completo, ya que solo tenía puesto el pantalón azul mientras que Riza lavaba lo del desayuno—¿Necesitas ayuda?

—Solo váyase, general.

—¿Quien lo diría? Se suponía que hoy debía estar de buen humor y dejarme holgazanear un rato en la oficina—dijo de forma jocosa para luego echarse a reír, Riza solo le lanzó una mirada seria pero él sabía que a través de esa máscara ella se divertía tanto como el.

—Ya váyase, se me hará tarde para ir a la oficina, y tengo un jefe tan inútil que si no lo presiono, acumula el papeleo por holgazanear hablando con señoritas—dijo con tono serio y una mirada filosa.

—Bien, bien, solo deja que termine de cambiarme—mencionó mientras tomaba su camisa y observaba la habitación en busca de sus botas, pero toda su atención fue dirigida hacia la puerta cuando esta sonó con una leve percusión, Hayate, que estaba acostado a los pies de él, salió corriendo hacia la puerta.

—Quédese dentro, general—dijo mientras tomaba un arma que estaba escondida en la sala.—Ni se le ocurra salir, ¿bien?—a lo que Roy solo asintió, no quería llevarle la contraria tan temprano en la mañana y menos mientras ella estaba de buen humor, tal vez lo dejaba acumular uno o dos—o muchos—papeles hoy.

—¡Riza! ¡Buen día!—la voz fuera del apartamento no era más que Havoc, por inercia Riza bajó su arma y procedió a abrir la puerta mientras que Roy al escuchar de quien se trataba se pegaba lo más que podía a la pared del pasillo para así poder escuchar mejor lo que decía su primer teniente.—¿Aún no estás lista?

—Hola, Havoc, estaba por ir a cambiarme. ¿Que se le ofrece?—dijo con tono cordial.

—Eh...—dudo mientras se rascaba la nuca—quería acompañarte hasta la oficina. Puedo esperarte, no tengo inconveniente.

Riza inmediatamente se tensó, no quería tener ese tipo de dramas así en su vida, y mucho menos con personas de la oficina—. No me gustaría que llegara tarde, Havoc, el general está al tanto de mi retraso, sin embargo no quiero causarle inconvenientes.

—Oh, ¿ya habló con el general? En ese caso, nos vemos en la oficina, Riza.—dijo despidiéndose, e inmediatamente ella cerró suavemente la puerta mientras Roy salió de su escondite aún con la camisa sin abotonar.

—¿Ya le habías notificado tu retraso a tu flojo general?

—Se lo acabo de informar.

—En ese caso, creo que tu jefe holgazán también se retrasará, porque si su magnífica asistente no está para ayudarlo a cumplir su deber no siente que sea capaz de asumir todo ese interminable papeleo solo—le dijo mientras pasaba ambas de sus manos por su cintura.—Quiero que hagamos algo antes de que me vaya.

—No quiero llegar muy tarde, Roy.

—Tranquila, solo serán unos minutos, que podemos aprovechar, y si quieres ahorrar más tiempo, ¿qué tal si es en la ducha?—sugirió mientras le daba un casto beso en la boca.

—Solo si no retrasará el papeleo, señor.

La única respuesta que recibió fue un beso apasionado en su boca mientras de adentraban al cuarto de baño.





Luego de esto tengo preparado otro lemon, así que si lo quieren digan "yamete kudasaiiiiii ah" okno.

¿Si o no?

La verdad es que lo voy a poner digan lo que digan, pero que viva la democracia🤣

¿Amor o Costumbre?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora