Notitas Para Un Ángel •BENNODA•

Epilogo

‒ Es... ¿En serio? ‒una risa sutil salió de sus labios, mas un sonrojo pintaba sus blanquecinas mejillas, sostenía la nota de color púrpura en sus manos leyéndola una y otra vez. Su contenido lo hizo reír.‒ Bueno, esta es la última ¿no es así? ‒la persona a su lado asintió.

‒ Para ti... ¿Los colores tienen algún significado? ‒Chester inmediatamente asintió sonriendo. 

‒ Siempre supe que los colores tenían un significado, el amarillo siempre fue un color optimista, el rojo es algo pasional, el azul me transmite esperanza y seguridad, el púrpura... Siempre supe que el púrpura es tu color favorito, porque con ese me dices cuanto me amas, por eso las notas que mas aprecio son las de ese color. ‒Chester sonrió enternecido al ver a su acompañante temblar nervioso.‒ Mikey... ‒se acercó al nombrado y este lo miró fijamente poniendo toda su atención en Chester.‒ Mike yo jamás te dejare de amar, jamas me cansaré de ti porque esto es tan fuerte que, siento que si no estuvieras a mi lado podría hacerme tan pequeño hasta desaparecer.

Para explicar mejor, hace diez años que Chester y Mike vivían juntos en Japón, tras terminar la escuela, ambos se dedicaron a estudiar lo que mas querían en la universidad, jamas se separaron, a ojos de sus familiares son la relación mas solida que han visto, sin importar cuanta pelea o desacuerdos hayan, ya nadie podía separarlos.

No fue todo malo a pesar de que Chester en un inicio era muy inseguro, pero con ayuda de su novio le fue fácil superarlo. Mike llamó a Chester para que juntos se sentaran a leer las notas que desde que se habían conocido Chester había recibido, le ofreció la caja al menor para que él fuera quien las leyera y es aqui donde nos hubicamos. Chester tomó la mano de Mike, notando que como en un inicio, su mano aun era mas pequeña, sonrió por ello. 

‒ Mikey... Perdón por causarte tantos problemas en la escuela y por ser un cobarde.

‒ Hey... No digas eso, tu siempre fuiste mas fuerte que todos nosotros, tu has pasado por tanto y has afrontado todo como debe ser, con lagrimas y esfuerzos, saliste adelante y mírate, eres tan maduro y tan inteligente, me alegra ser de ayuda pero siempre fuiste tu quien se hizo cargo de que tu felicidad permaneciera sin importar qué. Estoy tan orgulloso de ti ángel. ‒acarició con cariño la mejilla derecha de Chester quien casi ronronea ante la caricia, se acercaron mas hasta fundirse en un abrazo.‒ Te amo tanto bebé.

‒ Yo también ‒suspiró‒ sigamos leyendo... ‒antes de siquiera tomar la siguiente nota, Chester sintió algo duro golpear sus dedos, frunció su ceño y tomó con mas seguridad el objeto redondo, mientras Mike mordia con fuerza su labio inferior‒ ¿Y esto?

‒ Bebé...

‒ Mikey... ‒Chester abrió sus ojos cuando vio a Mike arrodillarse frente a él y tomar la mano donde Chester tenia en su palma un dorado anillo.

‒ Amor... He sido tan feliz desde que estas conmigo, desde que seguiste las notas y las leíste, joder desde la primera vez que te besé y te hice el amor, estuve totalmente seguro de que quería pasar el resto de mis días contigo, porque sentí que soy yo quien debe cuidar a un ángel tan bello con tu, eres tan hermoso y yo estoy tan enamorado que no aguanto mas. ‒el menor sintió sus ojos cristalizarse.‒ Chester Charles Bennington, ¿me harías el honor de ser tu esposo?

‒ Yo... ‒sollozó‒ Por supuesto que si, claro que quiero ‒Chester se soltó a llorar y abrazó a Mike quien correspondió soltando un suspiro de alivio‒ quiero estar a tu lado en lo que me queda de vida Mikey bebé. ‒su voz sonó amortiguada al estar oculto en el cuello de su novio.

‒ Chazzy... ‒Mike tomó el rostro del menor suavemente para que lo observara‒ Bebé me haces el hombre mas feliz del universo. ‒el mas joven sonrió con su rostro sonrojado, Mike procedió a poner el anillo en el dedo anular de Chester y ambos sonrieron. 

‒ Mike te amo y soy tan egoísta que no quiero verte con nadie mas que conmigo. 

‒ Y tenlo por seguro, yo quiero que solo me tengas a mi para cuidarte y ser tu apoyo y que tu seas el mio. Dios Chester... Te amo demasiado y me alegra que me aceptes amor. ‒ambos con grandes sonrisas en sus rostros se acercaron para colisionar en un beso cargado de cariño y felicidad.

Sin embargo el timbre del apartamento del mas joven los interrumpió, Chester se levantó y al abrir la puerta se encontró con sus amigos entrando en su hogar como si fuera el de ellos. Todos con grandes bolsas de lo que suponía era comida. 

‒ ¿Tu que haces aquí? ‒el primero en preguntar fue Brad quien puso sus brazos como jarras en sus caderas creando una imagen tierna a pesar de tener su ceño fruncido.

‒ Calma bebé. ‒a su lado Rob le susurró esas palabras para luego dejar un beso en su mejilla e ir a la cocina dejando un breve saludo a Mike quien enarcaba una ceja divertido viendo a un Brad sonrojado.

‒ Hola Brad también es un gusto verte, por si no lo sabias yo vivo aquí. 

‒ Eso ya lo sé, solo quería sonar como un padre celoso de su cría. ‒Chester se sonrojó tras las palabras de su amigo, él ya no era un niño, aunque el puchero que mantenía en su rostro decía todo lo contrario.‒ ¡Oh! ¿y ese anillo?

‒ Decidí hacer caso a mi corazón y mi ángel me aceptó. ‒Chester  se sonrojó aun mas al escuchar las palabras de su chico. 

‒ Uhm en ese caso...Cuídalo o te castro. ‒dijo Chris quien se quitaba su abrigo.

‒ ¡Chris Cornell! ‒Chester reprochó y su amigo se encogió de hombros.

‒ No te preocupes Chris, mi amor es tan grande por Chazzy que si él me dejara o si yo lo lastimara, me moriría. 

‒ Mikey. ‒Chester se abrazó a Mike y éste dejó y casto beso en su cabeza.

‒ Muy bien, es genial que ahora estén comprometidos, debemos ver los detalles de la fiesta, así que luego de la película nos encargamos de eso. ‒habló Chris y los demas  asintieron mientras se acomodaban en el sofá.

‒ Será una esplendida noche de películas. ‒dijo Rob‒ Trajimos comida y todo, hay que aprovechar. ‒todos de sonrieron y así se dispusieron a pasar una gran tarde de amigos. 

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