♥️ C u a t r o ♥️

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Ese era el momento, era la exposición de las artes marciales impartidas en Elmore.

Ese era el momento, donde por fin le demostraría a sus padres que era buena en algo.

Todos estaban expectantes a que el torneo empezara, ya era una de las últimas peleas, la de Katherine contra otro chico igual de bueno en pelea que ella.

Empezó la pelea y Katherine estaba solo defendiéndose, no sabía muy bien cómo atacar con alguien que se movía muy rápido, nunca antes había luchado contra ese chico y no sabía cómo eran sus movimientos.

—¡¡Maldita sea Katherine!! ¡¡deja de jugar y partele el culo!!

Gritó un peligris desde las gradas levantado de su asiento, que debió ser calmado por su esposo.

Recibió un fuerte golpe, y logró reincorporarse rápidamente. Su padre tenía razón, era hora de pelear en serio.

Por fin sería reconocida por las dos personas más importantes en su vida.

Comenzó a esquivar golpes, aunque algunos igual le llegaban, y a propinarlos con toda su fuerza.

Al final su contrincante comenzó a retroceder, y aprovechó para acercarse corriendo.

Esta era la mejor manera de liberar presión para ella, la adrenalina se le subió a la cabeza, le recordaba a cuando su padre le contaba de las peleas en las que se metía.

Juntó toda su fuerza, e iba a propinar el golpe, del cual su contrincante se defendió, pero había sido un engaño para que se cubriera el rostro, en cuanto el se descuidó, de un gancho lo aturdió, y de un izquierdazo lo logró derribar, dejándolo en el suelo.

Una sonrisa llena de orgullo y ego se formó en su rostro, y cuando dirigió la mirada a las gradas, vió a su padre con la misma sonrisa.

Su padre estaba orgulloso de ella.

Se lanzó sobre el chico, quién aún estaba aturdido.

—¡K-Katherine, te estás pasando!

Se intentó defender antes de que esa chica monstruosa lo siguiera golpeando.

¿Cómo estarían los rostros del padre de ese chico? ¿Dolidos? ¿Derrotados? Pues eran los mismos que presumían a su hijo, y decían que los padres de Katherine eran unas bestias.

Estaba dispuesta a todo con tal de defender el honor de sus padres, con tal de hacerlos sentir orgullosos, de enorgullecer al dulce Darwin y al rudo Julius.

La aterradora Katherine Oppenheimer.
Sonrió con ese toque picante, aterrador.

Llena de orgullo y ego, tronó sus nudillos.

Antes de saberlo, el chico había caído inconsciente de un golpe.

Iba a continuar, pero...

—¡Alto!

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Darwin suspiró aliviado. —Bueno, supongo que tenía mucho tiempo sin liberar presión.— dijo con una risita, dejando el jarrón con jugo encima de la mesa, mientras comía galletas.

—¿No creen que la están empujando mucho?

—¿A qué te refieres, Masamie?

—Digo, sé que se que es un poco agresiva, pero se podría volver peor.

Darwin afiló la mirada. —¿Qué quieres decir?

Masamie negó con la cabeza. —No me malinterpretes, Darwin, es solo que su padre es Ju--

—¿Asumes que mi esposo es agresivo y mi hija lo será?— Darwin era muy sensible, y dejaba que los sentimientos se mezclaran con temas serios, esa era su debilidad. —Julius fue agresivo cuando éramos jóvenes, lo admito, pero eso no significa que sea agresivo ahora, solo tiene carácter fuerte. El no es alguien peligroso ahora, y mi hija mucho menos.

—Solo intento hablar, Darwin.— se defendió. —Es solo que, su mirada estaba llena de hostilidad y odio, ¿Lo viste? Estaba loca, ¿Has hablado con ella?

Darwin estaba definitivamente furioso.

—Tobías... ¿También abandonó a tu hijo y se fue con otra?

El tema era delicado, después de un tiempo, el padre de Tobías se separó de la madre de este, y se fue con otra de Elmore. Fue un golpe bajo para Masamie, quién no se lo esperaba. —No me des consejos de paternidad, Masamie. Sé muy bien cómo crío a mi hija.

Darwin subió hacia la habitación de su hija, y Masamie se dirigió a la salida, enojada, yéndose de allí.

Guía para ser padres. ┊BOMBWINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora