Capitulo 06

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Cumplir años era un acontecimiento bastante importante y significativo en la vida de una persona, basado en felicidad, risas y todo eso

Pero Mateo no lo sentía para nada así

Sus diecinueve años habian llegado, pero saber eso le daba absolutamente lo mismo. No hace falta decir los motivos por lo que siente así.

Despertó con una pequeña torta de chocolate que su padre se habia tomado el tiempo para prepararle, como desayuno y sorpresa de cumpleaños. Mateo no encontró otra opción más que aceptarlo y agradecerle por el gesto, si lo ignoraba luego no se sentiría bien.

Esa horrible sensación de que ya nada era como antes lo invadía

Hace meses atrás habia planeado este dia como uno de los mejores, lleno de actividades y sin la idea de estar en su casa. Claramente lo estaba viviendo de una manera diferente a eso. El regalo más lindo no lo tenía.

Recordaba la dulce voz de su novia, nombrando y repitiendo cada una de las actividades que tenian pensadas hacer este dia, y cuando recordaba que no la tenía con él, a su lado, lo terminaba por detrozar.

Los amigos de Mateo trataron de todas las maneras convencerlo de que festejara su cumpleaños como manera de distraerse, pero lo único que consiguieron es que el morocho los mandara a la mierda.

¿Festejar estando de duelo? Por supuesto que no, pensaba Matu.

Su habitación era la única compañia que tenia en estos momentos. En lo que va de la mañana recibió muchas llamadas felicitándolo por su cumpleaños, y las atendió de mala gana. No queria ver ni charlar con nadie. Preferia la soledad, en donde podia encontrarse con su chica a solas.

¿Estaba siendo duro con él mismo? Pero claro que sí. Mateo lo sabía perfectamente, pero no le daba bola sus sentimientos por varias razones.

Un día perfecto para él, se habia ido completamente a la basura.

—Sé que vos no necesitabas frases de amor para decirme lo mucho que me querías —comenzó diciendo...

Cualquier persona que lo viera diria que está loco por hablarle al techo, pero en sus pensamientos, él podia sentir a su Ariadna más cerca que nunca, es por eso que varias veces al día le conversaba de esta manera.

Ya era una costumbre desde que ella se fué

—Y ¿sabes? El mejor regalo hubieras sido vos —finalizó, con su mirada puesta en algún punto o lugar de su marrón techo

No lloraba, algo nuevo para él.

Quizás ya se le habian terminado las lágrimas, o simplemente ya no tenia fuerzas ni para eso. Todo muy loco. En estos momentos tenia que estar desayunando en algún lugar con su novia, para luego seguir con la lista de actividades que habían realizado.

Sin embargo, se encontraba tirado en su cama, extrañándola y doliendole todo esto como la mierda.

Es triste acordarse de cosas y llegar a la conclusión de saber que nunca más volverán a pasar. En realidad, ultimamente todo se tornaba triste para Mateo, y su entorno no ayudaba mucho que digamos.

No le dió importancia cuando escuchó la puerta de su habitación siendo abierta, como dijo, no tenia ánimos para ver a alguien.

—¿Matu?

La voz de su suegra se escuchaba en toda la habitación.

Por respeto y educación, se volteó a verla mientras de a poco se sentaba en la cama, dejando cargada su espalda en el respaldar. No entendia el motivo de su visita pero tampoco quería ser grosero con ella

Ariadna | Trueno ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora