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Uno, dos, tres...estocada.

Cuatro, cinco, seis...estocada.

Kedamono miraba el techo de ladrillos, ya había contado absolutamente todos y cada uno de los agujeros del techo, también todos los ladrillos visibles, era más fácil entretenerse con algo que aceptar su realidad, una realidad que aunque no quisiera admitirlo de cierto modo le gustaba. Kedamono siempre había deseado a Popee, en más de una ocasión se imaginó siendo sometido por el payaso, estaba dispuesto a cumplir cualquier fetiche que el rubio tuviera, era delicioso imaginarlo, ser sometido y cumplir todo lo que su "amo" deseará, porque sí, Kedamono era un sumiso.

Ya se había humillado lo suficiente en el circo, ¿Por qué no hacerlo por el amor de su vida?

Ahí estaba el problema, ya no era el amor de su vida. Popee sujeto con fuerza al morado colocándolo boca a bajo, permitiéndole alzar sus patas traseras en sus caderas aumentando las estocadas, el pene de Popee era de un tamaño bastante considerable, el ano de Kedamono era pequeño y estrecho, una combinación perfecta, el ano de Kedamono apretaba con fuerza el pene de Popee, causándoles a ambos una combinación de placer increíble.

Popee mordía y chupaba la piel (pelo?) de Kedamono asegurándose de dejarle marcas, sí decidia escapar esas marcas siempre lo traerían de vuelta a él, porque esos moretones y chupones eran la prueba viviente de que Popee lo había tomado como suyo, que había sido la primera vez de Kedamono y que Kedamono era suyo, solamente suyo. Popee finalmente de vino dejando un chorro de esperma saliendo de ano de Kedamono, pero en medio de ese placer Popee noto que su amado no lo estaba disfrutando, para nada, pero su placer no era tan importante, ya que Keda no lo amaba y seguía con esa actitud pues el rubio no perdería la oportunidad, de todas formas no era lo que se imaginaba pero le encantaba tener a Kedamono como su esclavo sexual.
Popee salió de Kedamono y se sentó en una silla frente a él, separando sus piernas, Keda lo miro con miedo y Popee sintió como su erección aumentaba.

—Chúpamela.

Ordenó Popee y Kedamono no tuvo de otra más que cumplir sus deseos. Kedamono tomó sus pantalones e intento ponérselos antes de ir a satisfacer a Popee pero este negó, a Popee le gustaba ver a Keda desnudo, no le importaba lo mucho que el lloraba por ello, simplemente debía complacerlo. Keda se arrodilló completamente desnudo frente a Popee e introdujo su pene en su boca, las venas en el pene de Popee le daban una sensación de placer, pero su único deber era a Popee satisfacer, además de que era un pene muy grande, el pene de Popee estaba caliente, Kedamono beso el tronco, lamió la punta, chupo las bolas y masajeó cualquier zona que hiciera a Popee estremecer. Sin avisar Popee lo jalo de las piernas y lo hizo sentarse frente a él, Popee metió su lengua en el ano de Kedamono, abriendo con ferocidad esa parte, para luego meter varios dedos dentro de él, Kedamono gimió pero no sé detuvo, Kedamono siguió lamiendo el pene de Popee, hasta que finalmente se vino en su boca, Kedamono lo tragó todo y siguió lamiendo algunas partes de la punta, el morado sabía lo mucho que se enojaba sino se lo tragaba todo.

—Enserio eres una verdadera—Popee miro a Kedamono con malicia—perra

Kedamono bajo la mirada, se sentía sucio y usado. Pero lo que nuestro pobre pasivo morado no sabía era que Popee no se rendiría hasta que él se viniera (formas vrgas de romper la 4ta pared). Popee tumbó la silla y colocó a Kedamono contra la parte del asiento, hundiendo su cara entre las piernas de este último, lamiendo las pelotas de Keda, Popee bajaba y metía su lengua en un lugar que no era
para eso, su lengua subía y bajaba, Keda estaba desconcertado, una parte de el quería que se detuviera y la otra me pedía a gritos que dejara que el entrará en el y le arrebatará la poca hombría (lovicia?) que le quedaba. Finalmente se corrió y Popee se tragó todo el semen que Keda había expulsado, Keda miró a Popee con la esperanza de que todo terminará, que ya estuviera satisfecho, pero la mirada lujuriosa de Popee le indico que solo había comenzado.

—Que culo tienes, tengo unas ganas enormes de reventarlo. Quiero que no te duela cuando te meta la verga pero si sigues provocándome como la puta que eres te voy a dar una cojida sin lubricante. Estas tan apretado, ya quiero metertela, eres una zorra, no una loba, una auténtica zorra, de haber sabido que todos mis esfuerzos serían en vano de hubiera violado en el baño del circo.

Keda Estaba tan nervioso, el lo tomaría ahora.

—ahhh

gimió Keda, Popee lo bajó y le puso en cuatro eh introdujo su pene de un solo movimiento, haciendo que Keda se curvara de dolor, ahogando un grito, aunque lo que más le dolía era que a Popee no le importará, que no se esforzará para que no doliera,
Cuando estuvo dentro empezo de forma violenta a moverse, pero de
Poco a poco, se sentía bien, su cuerpo caliente empezó a sucumbir ante el placer, pero el morado no era tonto, no lo demostraría, pero su boca lo traicionó, haciéndolo gemir muy alto.

—Ja! ¿A la puta le gusta?

Popee se burló, aumentando el movimiento, Keda bajo las orejas avergonzado, odiaba eso, pero más odiaba que le gustará, lo peor era que sus pensamientos lo traicionaban, Keda no podía pensar más que en *Su pene es enorme, ¿Cómo me puede caber entero?, ¿Qué tan abierto estoy? ¿En serio soy tan bueno en esto? ¿Qué debo hacer? Se siente tan bien* y como si Popee leyera sus pensamientos las embestidas comenzaron a sonar el choque de sus cuerpos se oía en todo el lugar, aumentando el placer. Popee metió su mano debajo de Keda comenzó a masturbarle haciendo que el placer fuera doble, para Kedamono se sentía tan rico, que no le importaba volverse el juguete de Popee, sí eso garantizaba tal placer que Popee lo dejará lisiado si quería. Kedamono era de Popee, le pertenecía.

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