XXXIV

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La voz del hombre calvo los sorprendió, él Lucia enojado y preocupado, impotente incluso.

-¿Que dices Jhon?-Preguntó Sarah.

Jhon miró a Adam y con un suspiro cansado y molesto camino hacia él a paso firme y decidido.

- Hace días el señor Carl venía haciendo negocios con un hombre que se me hacía conocido pero no lo pude identificar hasta que la señorita Raven dijo que Chad Bragton estaba vivo y le exigua a su padre que lo localice, el señor Carl llamó a alguien y dos hombres secuestraron a la señorita. Me hice el que no vi nada porque no sabía que hacer y no soy estúpido como para ir con la policía, a la cual está comprada y no harán nada.

-¿Por qué el señor haría eso a su propia hija?- Preguntó escandalizada Sarah.

-¿Por qué crees?- Dijo con sarcasmo.- Ese hombre ama más el dinero que a su propia alma, haría lo que fuera por dinero y según recuerdo, los Bragton tienen mucho dinero y por lo que sé al señor no le está yendo bien en los negocios.

Varios improperio fueron soleados, uno más horrible que el otro. La ira poseyó a Adam y a Trip, no una ira cualquiera, era una que desarmarla y volvería armar al mundo en solo minutos. Por sus cuerpos recorrían una especie de energía mística que los estaba llevando a un punto donde no había retorno hasta que su amada mujer estuviera en sus brazos, ella era el único antídoto para el ente que los está consumiendo.

-¿Donde esta ese hijo de puta que entrego a Raven?-Preguntó Trip con rabia incrementada.

-Yo los llevo.- Dijo Sarah.

-Llama a Dereck y dile sobre esto.-Dijo Adam a Nathan y miró a Palmer.-Mejor quédate con él.

-¿Por qué?-Preguntó ella lista para llevarle la contraria.

-Lo que haremos no es algo que una dama deba ver.- Contestó Adam y sin darle tiempo a que le diga algo comenzó a caminar seguido de sus hermanos.

El recorrido no fue tan largo pero si incómodo, Trip podía notar como Sarah los miraba cada cierto tiempo confundida pero no decía nada, seguro se preguntaba ¿Que hacían estos hombres tan interesados en Raven? Si buen Adam dijo que era su novia estaba claro que Trip también tenía un interés muy importante por ella.

-Es ahí.-Dijo la mujer señalando la puerta.- El señor está trabajando en la oficina o bien está con alguna prostituta, es adicto a ese tipo de mujer la única mujer decente que tuvo en su vida es la madre de Raven.

-No conozco a este hombre y ya me está saqueando.-Dijo Marcus.

-Vamos.-Dijo Trip.

-Yo evitaré que seguridad acusa a él por si las moscas.-Diji Jhon, parecía emocionado de que maltraten a Carl, vaya a saber cómo era el "Señor" con sus empleados.

Los hermanos asintieron y caminaron hacia la puerta, no tuvieron ninguna delicadeza o modales al abrir y entrar como si nada. A unos metros estaba un hombre con cierto parecido a Raven solo que más gordo y mucho más viejo dejando lo que alguna vez fue el vestigio de la joventud y la belleza.

-¡¿Quienes carajo son ustedes?! ¡¿Cómo se atreven a entrar así?!-Gritó el hombre levantándose indignado de su silla.-¡Llamaré a seguridad!

-Yo no haría eso si fuera tú.-Dijo Adam sacando su arma y apuntándole como un profesional, aún recordaba su entrenamiento en seguridad. El hombre de inmediato levantó las manos asustado.

-¿Quienes son? ¿Que quieren de mí? ¡Mí dinero no está aquí, está en Alaska así que dinero ya no les puedo dar!

-Bastardo, no queremos tu dinero, queremos a Raven.-Dijo furioso Trip.

-¿A Raven?- Carl sorprendido.-Ella no está aquí.

-No, claro que no está, porque tú le entregaste a Chad Bragton, a ese psicópata maldijo hijo de perra.- Gruñó Adam.

-No sé de qué hablan ¿Quienes son ustedes?-Dijo Carl sudando frío.

- Mí hermano .-Dijo Trío señalando a Adam quién aún no bajaba el arma.- Y yo no somos ni más ni menos que los novios de Raven.

-¿Novios?-Repitió el hombre molesto.-¿Ahora es una puta como para tener dos novios?

Adam no espero y le disparó al adorno de vidrio cerca de Carl logrando que se asusté demasiado.

-¡Raven no es ninguna puta y si le vuelves a decir así juro que te lleno ese asqueroso cuerpo de agujeros!-Gritó furioso Adam.

Marcus puso su mano en el hombro de Adam para tranquilizarlo y miró a Carl quién temblaba de miedo, era patetico, parecía que pronto le daría un ataque cardíaco.

-Dinos donde está Raven y nos iremos.-Dijo fuerte y claro Marcus.

El hombre dudaba frío y temblaba, se podía ver cómo se debatia entre ser un hombre egoísta y codicioso o ser un buen padre y un buen hombre. Era una batalla muy difícil y casi imposible saber quién ganaría, al final el campeón fue el egoísmo y la codicia.

-No sé dónde está y no quiero verla nunca más en mí vida.-Escupió con rabia y rechazo.

- Bien, es una respuesta que esperaba.-Dijo Noah y sonrió con malicia.- No es por nada pero mis hermanos y yo hemos estado en demasiadas peleas y hemos aprendido tantas cosas malas como buenas.-Dijo tronando se los nudillos.-Una de esas cosas es que nada vale más que las bolas de un hombre, puedes amar el dinero pero créeme que lloraras sangre cuando te quiten las bolas.

-¿Que quieres decir?-Dijo el hombre pálido.

-Lo que mí hermano dice es que ¿Para que tienes bolas si no las usas?-Dijo Trip sonriendo.- Si no eres suficiente hombre para proteger y amar a tu hija sobre el dinero ¿Para que las necesitas?

Entonces algunos hermanos cerraron las puertas con sillas y luego caminaron amenazantes hacia Carl quién retrocedía asustado.

Ni Trip ni Adam ni nadie  tuvo compasión o pena por ese bastardo, no les importó los golpes de acero  ni los gritos de dolor de ese maldito hombre. No sé detuvieron hasta que al fin dió la respuesta entre gemidos y lamentos, finalmente dijo dónde estaba Raven ahora solo faltaba ir por su ángel.

Peligrosa TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora