\•|Capítulo Seis|•/

261 36 41
                                    

Aquella declaración tan repentina lo dejó hecho piedra. En especial por el rostro y tono con el que lo dijo. ¿Es que acaso era algo normal para él? Esperaba el momento en el que le dijese que era una broma, para poder reír de lo asustado que está ahora. — ¡Oh, pero tranquilo! No te mataré, eres diferente. —- Killua posa su mano en el hombro del moreno intentando calmarlo, al ver lo pálida que estaba su cara, y sus ojos bien abiertos. — ... De hecho — Gon vuelve a la realidad, y con sus ojos miel se da cuenta de que el albino lo observaba. Más bien, observaba su pecho, en donde está su corazón. Lo observaba confuso, con un dedo en el mentón. — ... Tu corazón brilla raro, para ser un humano. — ¿Brillar? Deja que la confusión se forme en su rostro, ¿A qué se refiere con brillar? ¿Es retórico?

El albino le devuelve la mirada, parece también confundido. Parece que está confundido por su confusión.
Algo raro, pero así era. Porque para Killua que los corazones brillasen era algo tan normal. — ... ¿Qué?
— ¿A que te refieres con "brillar?

— Si, bueno, ya sabes... — Los ojos azules se posan en el, buscando que le dijese; Oh, si, ya entiendo.
Pero no, no iba a pasar porque el rostro de Gon seguía igual de confundido que antes. Tal vez, peor. — No puede ser, ¿Los humanos no pueden ver el brillo? — Niega. — ¡Woah, que raro! — "El sentimiento es mutuo". ¿Como es que puede ver el brillo en los corazones y no sabe lo que es un papá? — Bueno, todas las criaturas tienen un brillo diferente. El tuyo es muy raro, realmente dudo que un humano tenga un brillo así.
— ¿Así cómo?
— Así... Brillante. Es cegadora. Nunca había visto una luz así, ¿Seguro que eres humano? — Gon sonríe suavemente nervioso. ¿Que si es humano? Claro que lo es... En parte.
— Bueno, tú lo dijiste hace unos minutos, ¿Por qué dudas ahora?
— Bueno, no le tomé importancia al brillo. Pero ahora que estamos cara a cara, realmente es molesta. — Por impulso lleva sus manos a su pecho, intentando reprimir aquello que dice el de cabello plateado. — El corazón, y tú luz, no están en el lado izquierdo. Se supone que el corazón está en el centro del tórax.
— ¿¡Qué!? ¡Mi tía Mito me mintió!
— De todas formas, aunque lo ocultes seguirá allí. Tú brillo es... Peculiar. Me gusta.... Al igual que a los otros.
— ¿Otros? — el albino asiente y señala a los alrededores, algunas criaturas que nunca había visto se asomaban, y lo observaban. Ahora que sabía de su presencia, se sentía un poco ansioso.

— Los otros son atraídos por tu luz, yo también te encontré gracias a ella. De hecho, es... Hipnotizante. — El de ojos azules se queda paralizado, observándolo. Gon rasca su nuca nervioso, y suelta suaves carcajadas, antes de golpear suavemente el hombro de su compañero, buscando despertarlo del trance. — ...Supongo que si me quedo viéndola por mucho tiempo, habrá consecuencias. — Sintió un poco de miedo por ello. Era como si su luz, fuese un cartel pegado en su espalda, diciendo: ¡Cómeme! A quien sea que lo leyese. En el caso de Killua, era peor. Porque la única "persona" que conocía en el lugar se quedaba parilazada viéndolo. — A las criaturas violentas les encantará. A las criaturas apasibles, las atraerá. Creo que solamente a mi me parece... ¿Cautivante?, Supongo que es porque es mi deber. No lo sé. — ¿Deber?

— ¿Qué quieres decir con "Deber?
— Mi deber es proteger. Matar a los intrusos, cuando un humano entra, se supone que debería de estar en modo de ataque, o algo así. Realmente no recuerdo, nunca he visto a un humano antes. Creo que el modo de ataque se descompuso. Tal vez, debería de ir a ver a Kurapika... — Lo último parecía más un comentario para si mismo. Pero gracias a que pudo escuchar ello, sintió curiosidad por quien sería Kurapika. Tal vez, otro elemental agradable con quién charlar.
— ¿Quién es Kurapika? — El de hebras plateadas se levanta, y le extiende la mano, la cual toma sin dudar. Gon observa el cielo, ahora estaba en un suave tono rojizo, anaranjado. Estaba atardeciendo.
Realmente esperaba que Killua se ofreciera a darle posada, porque no tenía a donde ir.

— Kurapika es... Como... Él es mi... ¿Conocido? — "¿Me lo preguntas, o aseguras?".   Ambos comenzaron a dar pasos lentos, a quien sabe dónde. Gon solamente seguía a Killua, quien avanzaba sin dudar mirando al frente.
— ¿Es tu amigo?
— ¿Qué es eso?  — El moreno se sorprendió por segunda vez en el día. ¿Es que acaso había alguien más así, cómo Killua? ¿Había alguien más que no supiese ese fácil concepto? — ¿Me lo dirás? — Pregunta, cansado de sentir los ojos miel en su persona.
— Bueno, un amigo es... ¡Alguien a quien quieres mucho! Y que no es de tu familia. — Killua sintió muchas ganas de preguntar a qué se refería con familia, ¿Qué era eso exactamente? Pero tampoco quería hostigar a su compañero. — ¡Oh! Y una familia son un grupo de personas, unidas por la misma sangre, o amor. — Afortunadamente no fue necesario.
Porque el azabache lo supuso al analizar, y recordar que el albino no sabía lo que era un padre.
— Bueno... Supongo que es mi familia. — Algo verdaderamente trágico debió de pasarles, como para que Killua no supiese lo que era. O tal vez, aquello que Gon creía raro era normal en ese mundo fantástico. De cualquier forma, sentía duda por saber que tipo de familia tendría un elemental.
— ¿Es tu hermano?
— ¿Mi qué? — No, no era su hermano. O simplemente no lo sabía. — Yo, bueno... No lo sé. Él solo... Estaba allí cuando aparecí.
— ¿Apareciste? ¿En dónde? ¿Te refieres a nacer? — ¿Entonces Kurapika era su mamá? Realmente estaba confundido, y el albino no se salvaba.

De repente llegaba un humano, y le comenzaba a decir cosas que no entendía, pero que siente que debería. — bueno, apereci en el tercer nivel, hace unos quinientos-
— ¿¡Quinientos!?
— ... Quinientos cuatro años, ¿Me dejarás continuar? — El moreno asiente, sin prestarle atención. Simplemente lo observaba con los ojos bien abiertos.
¿¡Quinientos!? Eso no podía ser posible, tenía su edad. Aquél chico, se supone que debía de tener su edad. — ... Supongo que son 6 años humanos. — Gon no sabía que allí el tiempo pasaba diferente, pero le favorecía. Tal vez más tarde haría las cuentas, y sabría cuanto equivalía cada minuto que pasase, en el mundo humano. — Él me encontró, y me enseñó a donde debía de ir, qué tenía que hacer, y pues... Técnicamente eso. — El moreno se sintió estúpido por no haber notado que el albino decía él. Ya había adoptado la idea de que Kurapika era su mamá.

— Hablemos en mi casa, ¡Vamos!

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 10, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Fantasy World //GonxKillua//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora