Capitulo 3 Celeste

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He intentado escaparme de todas las formas posibles, pero nada, este guardia me tiene muy  bien sujeta. Pero ha ocurrido algo raro, me ha llevado hasta el interior de una casa.

¿Me está protegiendo?

He forcejeado una vez más y he conseguido liberarme de su agarre, gracias a que él ha dejado de hacer fuerza. Me he girado y he visto al guardia que me ha atrapado, yo aún seguía con lágrimas en los ojos, pero el desconcierto de la situación en la que estaba me había hecho olvidarme de que aún sigo en peligro de muerte.

Me he quedado mirándole fijamente, más concretamente a sus ojos hipnotizantes, esos mismos ojos azules por los que casi me atrapan.

-Eres... ¿El chico de la plaza?- le he preguntado limpiándome las lágrimas.

Se ha transformado delante de mí.                                          

-No te asustes, no te voy a hacer nada- ha dicho el chico de cabello carbón acercándose a mí.

-¿Quién dice que este asustada de un crío como tú?- he dicho dando un paso atrás.

He despertado una sonrisa de burla en él.

-¿Crio? Soy mayor que tú.

-No sabes la edad que tengo- le he contestado, en toda la conversación he intentado no mostrar muchas emociones.

-¿14? ¿15? ¿16?- ha dicho tratando de adivinar.

-16

-Soy mayor que tú, tengo 18.- me he quedado mirándole, expresándole indiferencia, al darse cuenta de eso se ha pasado una mano por el pelo y desviado la mirada- ¿Por qué te perseguían esos sátiros?

-¿No te lo imaginas?- le he preguntado al ver su afición por adivinar cosas.

-Pues no sé, diría porque eres la hija de un rico que ha intentado escapar de su casa o algo así.- No he podido evitar reírme ante su suposición a lo que él me ha mirado extrañado.

-Tú pareces un humano...- parece que decir eso le ha molestado- Pero un humano no puede transformarse en lo que desee.

-¿Un humano? No me compares con esa escoria.

Y ahí está, esa es la respuesta que da todo el mundo. Todos con la misma mentalidad, los humanos somos escoria, solo somos esclavos.

-Cierto, su realeza, no puedo compararle con semejante ser de insignificante valor, discúlpeme.- le he dicho sarcástica.

En ese momento han pasado los guardias, estaban a escasos metros de la entrada.

-¿Habéis encontrado a la humana?- he mirado al chico que me devolvía la mirada.

-No

-Nosotros tampoco, se habrá escondido en alguna casa.

¿Y si empiezan a buscar aquí?

Estaba con los nervios de punta, prestando atención a la siguiente acción de los guardias, cuando por fin se han ido, me he relajado y me he dado cuenta que de la tensión no estaba respirando.

He cogido aire y he intentado volver a mi anterior ritmo cardiaco, luego he mirado de nuevo a mi salvador, si se le puede decir así. Estaba mirándome fijamente.

-¿Eres humana?- me ha preguntado antes de que pudiera hablar, sé que es retórica pero aun así le he respondido.

-Sí, lo soy, soy la escoria con la que te he comparado antes- le he dicho molesta- Ahora si me disculpa, su majestad, me gustaría irme. Gracias por salvarme.

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