CASETE 3: CARA A

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(play)

Courtney Crimsen. Qué bonito nombre. Y sí, una chica bonita, también. Sonrisa bonita. Piel perfecta. Y también eres muy agradable. Todo el mundo lo dice. Me quedo mirando la foto del libro de visitas. El brazo de Hannah alrededor de la cintura de Courtney en una fiesta cualquiera. Courtney está nerviosa. Pero no tengo ni idea de por qué. Sí, Courtney, eres dulce con todos los que te encuentras en los pasillos. Eres dulce con todos los que caminan contigo hacia el coche al salir de la escuela. Le doy un sorbo a mi café que se está quedando frío. Sin duda eres una de las chicas más populares del instituto. Y eres… simplemente… tan… dulce. ¿A que sí? Pues no. Le pego un buen trago al café para vaciar la taza. Sí, mis queridos oyentes, Courtney es agradable con quien sea que entre en contacto o con quien sea que hable. Y ahora preguntaos: ¿no será todo una farsa? Llevo la taza a la barra de autoservicio para rellenarla. Yo creo que sí lo es. Y ahora dejarme que os explique el porqué. Antes de nada, para todos los que estéis escuchando, dudo que Tyler os deje ver las fotos que me sacó masajeándole la espalda a Courtney. 

El recipiente de mezcla de leche y crema se me escurre de la mano y golpea la barra. Lo agarro antes de que caiga al suelo, y luego miro por encima de mi hombro. La chica que está tras la caja registradora echa la cabeza hacia atrás y ríe. ¿Era Courtney la que estaba en la habitación de Hannah? Hannah hace una pausa mucho más larga. Sabe que esta información tiene que asentarse. Si has visto esas fotos, eres afortunado. Estoy segura de que eran muy sensuales. Pero como ya sabes, también estábamos posando mucho. Posar. Qué palabra más interesante para resumir la historia de Courtney. Porque si estás posando, es porque sabes que alguien te está mirando. Pones tu mejor sonrisa. Dejas que brille tu personalidad más dulce. No como en la foto de Courtney en el libro de visitas.  Y en el instituto siempre hay alguien que te mira, así que siempre hay una razón para posar. Aprieto la parte superior del termo y un chorro de café negro se derrama dentro de la taza. No creo que lo hagas a propósito, Courtney. Y es por eso por lo que te he hecho aparecer en estas cintas. Para que sepas que lo que haces afecta a los demás. Más en concreto, me afectó a mí. Courtney parece ser dulce por naturaleza. Escuchar su historia aquí, en estas cintas, debe de haberla matado. Courtney Crimsen. Hasta el nombre suena casi demasiado perfecto. Y como ya he dicho, tú también pareces perfecta. Lo único que te falta… es ser perfecta. Vuelvo a mi mesa con el café, la leche y los azucarillos mezclados. 

Y ese es tú merito. Podrías haber tomado el camino de ser una pita y seguir teniendo todos los amigos y novios que te diese la gana. Pero en cambio tomaste el camino de ser dulce,  así le gustarías a todo el mundo y nadie te odiaría. Déjame ser clara. No te odio. De hecho, ni tan siquiera me caes mal.  Pero hubo un tiempo en el que pensé que tú y yo nos estábamos haciendo amigas. No recuerdo aquello. Ni tan siquiera creo que las haya visto nunca saliendo juntas. Resultó ser que  tú solo me estabas preparando para que fuese otra marca más bajo el título “Gente que piensa que Courtney Crimsen es una chica estupenda”. Otro voto garantizado para “La que cae mejor” en el anuario del último curso. Y cuando me lo hiciste a mí, y me di cuenta, vi cómo se lo hacías a otros. Aquí Courtney, está tu contribución a la antología de mi vida. ¿Te ha gustado eso? ¿La antología de mi vida? Me lo acabo de inventar. Me subo la mochila al regazo y abro la cremallera del bolsillo más grande. El día después de que Tyler tomase las fotos espontáneas de nuestros cuerpos de estudiantes comenzó como cualquier otro. Sonó el timbre de la primera clase y Courtney, como de costumbre, entró corriendo un par de segundo más tarde. No es que importase, ya que la señorita Dillard tampoco había llegado. Como de costumbre, también. Saco el mapa de Hannah y lo desdoblo sobre la mesita. Cuando acabaste de hablar con la persona que estaba delante de ti, Courtney, te di un golpecito en el hombro. En el instante en el que me miraste a los ojos, las dos nos echamos a reís. Intercambiamos dos o tres frases, pero 

THIRTEEN REASON WHY (En Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora