CASETE 5: CARA A

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La puerta de vidrio del Rosie se cierra detrás de mí, y escucho cómo inmediatamente tres pestillos entran en sus huecos correspondientes. ¿Y ahora adonde? ¿A casa? ¿De vuelta al Monet? O quizá vaya a la biblioteca, después de todo. Puedo sentarme fuera, sobre los escalones de cemento. Escuchar las cintas que quedan en la oscuridad. —¡Clay! Es la voz de Tony. Unos brillantes faros de coche se encienden y se apagan tres veces. La ventanilla del lado del conductor está bajada y la mano estirada de Tony me hace un gesto para que me acerque. Me subo la cremallera de la cazadora y me acerco hasta la ventanilla. Pero no me inclino hacia ella. No tengo ganas de hablar. Ahora no. Tony y yo nos conocemos desde hace años, de hacer trabajos juntos y bromear en clase. Pero en todo este tiempo nunca hemos tenido una conversación profunda. Ahora me temo que quiere tener una. Lleva aquí sentado todo este rato. Simplemente sentado en el coche. Esperando. ¿Qué otra cosa podría tener en la cabeza? No me mira. En lugar de eso, se echa hacia fuera para colocar el espejo retrovisor con el pulgar. Después cierra los ojos y deja caer la cabeza hacia atrás. —Entra, Clay. 

—¿Va todo bien? Tras una breve pausa, asiente lentamente. Rodeo el coche por la parte delantera, abro la puerta del copiloto y me siento, manteniendo un pie sobre el asfalto. Me coloco la mochila, dentro de la cual está la caja de zapatos de Hannah, sobre el regazo. —Cierra la puerta —dice. —¿A dónde vamos? —Venga, Clay. Cierra la puerta —gira la manilla que hay en su puerta y la ventanilla se cierra—. Fuera hace frío —su mirada se desliza sobre el salpicadero, la radio y después el volante. Pero a mí no me mira. En el momento en el que cierro la puerta, como si apretase el gatillo de una pistola que da la salida, comienza. —Eres la novena persona a la que he tenido que seguir, Clay. —¿Qué? ¿De qué estás hablando? —El segundo juego de cintas —dice—. Hannah iba en serio. Las tengo yo. —Dios —me cubro la cara con las dos manos. El latido ha vuelto a instalarse tras mi ceja. Lo aprieto con la base de la palma de la mano. Bien fuerte. —No pasa nada —dice. No puedo mirarle. ¿Qué sabe él? ¿De mí? ¿Qué ha escuchado? —¿Por qué no pasa nada? —¿Qué estabas escuchando ahí dentro? —¿Qué? —¿Qué cinta? 

Puedo intentar negarlo, hacer como si no tuviese ni idea de que me está hablando. O puedo salir de este coche y marcharme. Pero de cualquier forma, lo sabe. —No pasa nada, Clay. Sinceramente. ¿Qué cinta? Con los ojos todavía cerrados, aprieto los nudillos contra la frente. —La de Ryan —digo—. El poema —después le miro. Reclina la cabeza hacia atrás, con los ojos cerrados. —¿Qué? —pregunto. No hay respuesta. —¿Por qué te las dio a ti?  Toca el llavero que cuelga del contacto. —¿Te importa si conduzco mientras escuchas la siguiente cinta? —Dime por qué te las dio a ti. —Te lo diré —dice—si escuchas la siguiente cinta ahora mismo. —¿Por qué? —Clay, no estoy de broma. Escucha la cinta. —Entonces responde a mi pregunta. —Porque es sobre ti, Clay —suelta las llaves—. La siguiente cinta es sobre ti. Nada. El corazón no me da un vuelco. No parpadeo. No respiro. Y entonces. 

De un golpe echo el brazo hacia atrás y clavo el codo en el asiento. Después lo golpeo contra la puerta y quiero darme cabezazos de lado contra la ventana. Pero en lugar de eso me doy un cabezazo contra el reposacabezas. Tony me pone una mano en el hombro. —Escúchala —dice—. Y no salgas del coche. Enciende el motor. Vuelvo la cabeza en dirección a él, las lágrimas me resbalan por la cara. Pero él mira hacia delante. Abro la tapa del walkman y saco la cinta. La quinta cinta. Un número nueve escrito en azul oscuro en una esquinita. Mi cinta. Soy el número nueve. Meto la cinta en el walkman y, mientras sostengo el reproductor con las dos manos, lo cierro como si fuese un libro. Tony mete la marcha del coche y atraviesa el aparcamiento vacío, en dirección a la calle. Sin mirar, paso el dedo gordo por la parte superior del walkman, y palpo el botón que me introducirá en la historia. 

(PLAY)

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⏰ Última actualización: Dec 31, 2014 ⏰

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THIRTEEN REASON WHY (En Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora