VII.- LA PROPUESTA

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Las veces que había tomado una ducha como aquella en toda mi vida podían contarse con los dedos de una sola mano. El agua caía en forma de lluvia personal y continua, mojando mi cabello, mi rostro y el resto de mi cuerpo. El agua que salía de la regadera estaba templada y se sentía como un revitalizador de cada área que tocaba de mi anatomía. El lodo que tenía adherido a mis piernas y pies caía con el contacto del líquido y se esparcía rápidamente por el piso de la ducha, antes de caer por el agujero que daba a las cañerías. Eran aún menos las ocasiones en las que mi cuerpo había tenido encuentro con un jabón de tocador. La sensación que ofrecía al contacto con la piel me era graciosa y me hacía cosquillas, su olor, a flores de campo, me parecía tranquilizador. El baño de aquella casa era espacioso, con cerámicas blancas que cubrían el piso y las paredes a dos tercios de su altura, las cuales continuaban con una pintura del mismo color hasta llegar al techo. Solo había un lavamanos, un escusado, un par de ganchos y la ducha, la cual se encontraba separada de lo demás por tan solo una cortina de plástico. Después de unos quince minutos en los que permanecí en el baño de Ilda, cerré la llave del agua con una nostalgia propia del fin de una experiencia que vives con gran entusiasmo, con el pensamiento de que, así como aquel flujo de agua, todo en mi vida se cerraba y se terminaba, creía yo, injustamente rápido. Fue solo un baño, pero se me quedó grabado en la memoria y me acompañaría por el resto de mi vida.


Cuando salí de aquella habitación me esperaban Caleb, Aidan y Saúl. Los dos últimos ya habían tomado su baño y con la ropa que llevaban puesta parecía lejano el recuerdo de la calle y sus caminos. Aidan llevaba un Jean que le quedaba a la medida y una camisa azul claro de cuadros a la cual le había arremangado las mangas, unos zapatos blancos completaban el vestuario. Se había peinado su cabello hacia un lado, todavía se mantenía húmedo y compacto en su posición. Pensé en la ironía que enmarcaba la situación, este chico estuvo a punto de robarle su cartera a una anciana, por esto, la misma, lo invita a su casa, le da de comer y le regala ropa nueva, sin temor a equivocarme podría decir que ese había sido su mejor trabajo en toda su carrera delincuencial. La idea me hizo mucha gracia y sonreí para mis adentros. Saúl se veía muy bien, eso me llenó de satisfacción, él llevaba un pantalón negro y una franela de algodón amarilla con un gran pez azul bordado en la parte trasera y unos zapatos negros. Podía ver que estaba contento y se sentía cómodo con su ropa nueva, pensé en que, si la vida fuera otra, él y yo compartiríamos unos padres amorosos y atentos, seríamos felices en un hogar caluroso y reiríamos todas las noches antes de ir a adormir con cuentos e historias que nos contaría nuestro padre y sellaríamos todos los miedos y preguntas en un lugar oscuro, al final del camino, con un beso de nuestra madre. No me imaginaba otra cosa diferente. No quería saber de un mundo en el que no estuviera Saúl en él. Mi eterno compañero. Yo había tomado una franela roja que tenía un escudo en la parte izquierda del frente, me gustó desde que lo vi. En el escudo había un ave que extendía sus alas, mientras que dos cuernos se entrecruzaban en la parte superior y dos espigas bordeaban los laterales. Tomé un pantalón color caqui que tenía varios bolsillos en las piernas, pensé en lo práctico que podría ser tenerlos para cuando volviéramos a nuestra vida y nos tocara trabajar para obtener lo que necesitábamos, allí podríamos guardar aquellas cosas que consiguiéramos. Mis zapatos eran negros, hacía tiempo que mis pies no estaban cubiertos completamente, sentía que pesaban mucho al caminar.


–Mailda me pidió que los llevara hasta la sala –nos informó Caleb aparentando desinterés.


–¿Por qué la llaman así? –preguntó Saúl.


–¿Mailda? Pues se llama Ilda y nos cuida como una madre, así le decimos de cariño.


–¿Y por qué viven con ella? –quiso saber Aidan –¿por qué no viven con sus padres?

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⏰ Última actualización: Jul 09, 2020 ⏰

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