Capítulo - 4 - INFECCIÓN

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Gerardo regresó al cuarto de residentes a bañarse después de que Velasco le dio la noticia en Terapia Intensiva de que los pediatras tenían una urgencia quirúrgica; el niño que acababa de revisar Rulo Presto tenía también un problema congénito de tubo digestivo, una malformación anorrectal, o algo así; el caso es que requería cirugía urgente. Bien sabía que por cuestiones éticas y hasta legales, los niños tienen preferencia en el momento de hacer "Triaje". 

-Grupos vulnerables... ¡Mis pelotas! -va murmurando mientras camina-. Que si es mujer embarazada, desplaza a los de cirugía general, que si pediátrico desplaza a cirugía, LGBTTTQ y a la madre cirugía. ¿Y los adultos mestizos, heterosexuales que se los cargue la chingada? No le gusta eso de las preferencias en medicina, pero se resigna a que se le vaya de las manos su cirugía del paciente perforado, y la chica de la apendicitis también, pero ya su guardia está por terminar y tendrá que dejar que los que vienen llegando frescos lo releven. Para colmo, será Alfredo "el negro" Durazo, el jefe de residentes tan odiado por él. Ya parece que lo escucha con su fingida voz amable: "No dejes cirugías pendientes por favor Gera, sobre todo de pacientes graves".  De nada le valdrá explicarle que las interconsultas llegaron casi al mismo tiempo que el herido de corazón y que se atravesó la cirugía pediátrica; siempre podrá encontrarle un defecto a la manera en que llevó la guardia. Para colmo, mientras abre la puerta del cuarto de residentes de cirugía, recuerda que le pidió a Gloria que le tomara al perforado la radiografía tangencial que le gusta a Menchaca... ¡Le hizo un favor al jefe de residentes! Pero, bueno... tendrá para  presumirle su herido de corazón al pesado del negro Durazo. Se sirve un gran vaso de agua que termina en un instante, se desviste también apresuradamente mientras continua reflexionando en los últimos acontecimientos de la guardia; no acaba de asimilar lo que acaba de escuchar entre el Dr. Artur Montevenero y  Peranza  Tachas la "Bristol cero", jugando descuidadamente con la salud de la gente mientras que otros luchan por cuidarla. "Que poca madre" (piensa). El cuarto está solitario, así que no le importa botar su ropa en una de las camas y entrar desnudo al cubo de la ducha mientras el asunto de la bacteria le sigue dando vueltas en su cabeza. El agua caliente no sale al instante, por lo que un estremecimiento lo hace retroceder un poco cuando siente el líquido frío en sus piernas sacando de tajo a Tachas y Montevenero de su cabeza. Conforme cambia la temperatura se anima a meterse bajo esa lluvia reconfortante. Se empieza a enjabonar mientras masajea sus músculos adoloridos. El quitarse el sudor de la guardia siempre le ha ayudado a mantenerse despierto durante la mañana, así que nunca perdona un buen regaderazo en la madrugada. Frota su cuerpo mientras el agua le cae encima; se mantiene en buena forma, sin panza y con músculos firmes y bien proporcionados, no como los forzados músculos llenos de esteroides del negro Durazo, aunque él diga que no, Gerardo se sospecha que sí se mete algo, y a él no le parece que se vea precísamente bien con esas bolas de carne tan exageradas "Está bueno pero para el asador" (piensa con una sonrisa), prefiere su cuerpo normalito. Como bien dicen: "Lo único que debe preocuparle a un hombre tener duro, es el chile, que si se le ponen duros los bíceps, los cuadríceps o los glúteos... eso es de maricas". Su mente dispersa vuela de una escena a otra, ahora está recordando la escena con Rosi y en cómo se veían sus nalguitas moviéndose con ese vaivén tan sugestivo mientras lavaba el instrumental, eso hace que el lavarse su entrepierna se convierta mas en una estrujante caricia que en un acto de limpieza. Casi se imagina como deben estar de suavecitas esas protuberancias que traen locos a varios de sus colegas y como disfrutaría de darle una buena nalgada y porque no, una buena mordida. 

Al escuchar ruido mientras se está quitando los últimos residuos de jabón, se paraliza un instante aguzando el oído mientras grita entre el chorro del agua:

-¿Terminaste toda la papelería Velasco?....-silencio, piensa que solo imaginó escuchar ruido.

-¿Velasco, llegaste? ¿Eres tú?

AZUL PRIAPISMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora