Capítulo -5 - INFECCIÓN (Continuación)

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Cielo Estrada se acomodó un mechón de su planchado y teñido cabello castaño claro detrás de la oreja izquierda mientras escribía la última nota del paciente que acababa de salir de su consultorio de dermatología. Había acordado recibir a la doctora Lore Kaas haciéndole un espacio en su concurrida consulta del miércoles solo porque le pareció escucharla un tanto angustiada al teléfono. No eran muy amigas precisamente, ya que habían tenido algunos pequeños roces porque discrepaban en los casos de cáncer de piel que a Cielo le gustaba atender dado que había sido entrenada para ello, solo que Lore Kaas no estaba muy de acuerdo con eso.  Pero a pesar de todo, la curiosidad clínica le picaba como una comezón en el paladar al recordar los datos que le comentara Lore acerca de su motivo de consulta, una rara erupción en el periné al parecer producto de una depilación apresurada o algo así. 

Cuando escuchó los tímidos toquidos en la puerta supuso que era Lore y la imagen que recordaba de ella vino a su mente, una médica de actitud juvenil y de figura estilizada, tal vez demasiado para la edad que debía tener, motivo de no pocos suspiros entre el personal tanto masculino como femenino y de algunas envidias entre sus compañeras, pero no la de la doctora Estrada, ya que Cielo se esmeraba en cuidar su apariencia con mínimo una hora de gimnasio la mayoría de las tardes y varios trucos propios de su especialidad que celosamente se guardaba para cuidar la piel de su cara. 

-Pase... -dijo alzando ligeramente la estudiada voz.

Cuando la vio entrar con sus esbeltas piernas al aire se dijo una vez más a sí misma, forzando una sonrisa, que no le tenía envidia a esa flaca. 

-Buenos días Dra. Kaas. -evitó llamarla Lore como sabía que la mayoría de sus compañeros lo hacía. Y no se puso a pensar en la razón por la cual evitó impulsivamente ese trato tan familiar que todos acostumbraban.

-Buenos días Dra. Estrada -dijo Lore un tanto intimidada por la formalidad y viéndose forzada a imitarla. -Gracias por recibirme así de improviso.

-No hay problema, para eso somos compañeras. -volvió a sonreír, esta vez se esforzó por hacer notar un poco más de sinceridad. -Siéntese.

-Gracias, espero no hacerla demorarse mucho.

-Bien, entonces como decimos las dermatólogas... "Vayamos al grano" platíqueme.

Lorenza Kaas sonrió y se sintió un poco más en confianza, le vino bien, sobre todo pensando en la región de su cuerpo que tendría que revisarle Cielo. 

-Como le anticipé por teléfono tengo una extraña dermatitis o dermatosis, en las ingles. Me la noté hoy al levantarme, no me alcanzo a ver ninguna lesión y apenas sí siento una mínima molestia con la ropa interior, pero... -hizo una pausa.

-¿Pero? -preguntó Cielo inclinando levemente la cabeza hacia adelante.

-Es que... se trata de una mancha de un tono azuloso que me preocupa. Y creo que me ha ido avanzando conforme pasa la mañana.

-Y me dice que lo relaciona con un rastrillo usado.

-Bueno, no recuerdo ningún otro factor de riesgo, el rastrillo solo yo lo he usado y lo he dejado ahí en la ducha por dos o tres días, no más.

-Su... ¿Pareja sexual? -preguntó cielo arqueando una ceja.

-Bueno, vivo sola y tengo algunas semanas o... mas bien meses -aclaró desviando la vista hacia abajo-  sin tener una relación.

-¿Ni ocasional?, Es decir... perdón por la pregunta, pero creo que es importante.

-No, no... yo... no hay problema. Es que... vamos, terminé con alguien y me estoy dando un tiempo para mí sola.

AZUL PRIAPISMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora