🇪🇸 Propuesta Indecente 🇩🇴

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EspañaxRD
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El dominicano se sentía un poco fuera de lugar, estas no eran el tipo de fiestas que frecuentaba. Desde el traje blanco que le obligaron a usar hasta el hecho de que tuvo que peinarse, se sentía algo intranquilo. No quería causar mala impresión ni nada por el estilo. Solo, esto no era lo suyo.

Hacia más de un rato que había perdido a sus amigos entre todos los países que habían asistido a la fiesta. Fiesta organizada por España. ¿El motivo? Realmente no lo conocía, pero tenía la intención de no hacer muchas preguntas, estaba ahí porque tuvieron la cortesía de invitarle.

Por cuarta vez, trato de aflojar su corbata. Lo que no logro. Maldijo por lo bajo, iba a morir por asfixia, o tal vez solo eran los nervios de no saber que hacer en estas situaciones.

Entre sus manos sostenía una copa alta, para champagne. Suspiro y trato inútilmente de encontrar a los otros caribeños. Caminó entre la gente, mirando el lugar, debía admitir que era algo impresionante.

— Española — reconoció ese acento. Aparte de que era la única persona que lo llamaba de dicha forma. —

— ¡Oh! España — se giró, encontrándose con el recién nombrado. Vestía con un traje, muy elegante, no podía esperar menos. —

— No te había visto en toda la noche. ¿Dónde te habéis metido, huh? — de forma paralela a la que hablaba, se acercaba. Dejando a la pobre isla sin una ruta de escape. — Creí haberte mencionado que estaba muy emocionado por tu presencia —

— Si, lo recuerdo — el dominicano solo retrocedía disimuladamente, sonriente ante el otro. — Lo que pasó fue que, cuando llegamos... Se me olvido —

Lo cierto era que unas semanas antes se había enterado, por España, que la fiesta se daría acabó y fue invitado, por España, de antemano. Al principio se lo tomó como una broma pero cuando recibió la invitación entró en pánico.

Hace unos meses, España y el han tenido... Roces, ocasionales. Pequeñas visitas que terminan en pequeñas sesiones de besos, toqueteos leves por aquí y por allá. Miraditas cómplices durante las juntas y uno que otro coqueteo. Ni siquiera recordaba cómo habían empezado con esa extraña relación, pero lo que sí sabía es que el español se empezaba a cansar de que aquella isla, como esta mismo diría, somos calentará la comida.

El Quisqueyano no le permitía al europeo ir más allá, porque bueno, no iba a dejarse tan fácil porque cuero no era.

— ¿Lo olvidaste? — el europeo detuvo su caminar y solo admiro al otro frente a él. — Te vez muy bien, pequeña isla —

— Gracias — el dominicano se mantenía calmado, creía que el mayor no intentaría nada pues había mucha gente que podría verlos. Pobre chico. — Me tocaba bañarme. Pero u'te no está nada mal —

— España rio. — Gracias — respondió igualmente, rodeando al dominicano con su brazo para acercarlo. —

— No empieces — mencionó el más bajo mientras miraba hacia otro lado, asegurándose de que no los vieran. — Aquí como que hay mucha gente y capaz nos ven —

Recibió un gruñido ronco de respuesta por parte del europeo, más, no lo soltó. Su brazo recorrió la espalda del caribeño siendo obligado a quedarse en su espalda baja, el dominicano no le permitió descender más.

《Dominican Days》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora