《Era Trujillista》

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En este One-short incorporaremos una idea que pertenece a SrSugarPlay.

Esta consiste en que RD puede escoger y cambiar de género a su gusto. Los cambios en su cuerpo son más evidentes cuando viste con ropa ajustada o en el tono de su voz. A muchos países les atrae esto, lo que lo lleva a ocultar este hecho cuando esta en público.

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Headcanon

Durante la era Trujillista República Dominicana era obligado a permanecer como una mujer debido al amor que tenía el tirano hacia estas.

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Cerro los ojos antes de que el arma fuese disparada. Dejo escapar un grito algo agudo cuando el fuerte sonido que  emitio el proyectil interrumpió las plegarias y súplicas de aquel inocente hombre, abrió los ojos en el momento en que el cuerpo inerte de uno de los opositores del régimen caía al suelo.

Lloró silenciosamente, le dolía el que dañaran a su pueblo pero le dolía muchísimo más el no tener la fuerza de hacer algo al respecto.

Bajo la cabeza, corriendo un poco el maquillaje que portaban. Hacia más de un año que estaba obligado a ser una mujer todo el tiempo y todo porque aquel monstruo así lo deseaba.

— Ya, no llores — hablo uno de los subordinados del tirano. — Solo era una basura que se oponía al gobierno. Sabes que no se les puede perdonar —

— Hipidos, no más que eso fue la respuesta que recibió el hombre por parte de la mujer. —

— Vamos, el Generalísimo debe estar impaciente por verte —

República Dominicana tembló, solo con pensar que debía ver a ese hombre se le revolvía el estómago. Lo único que hacía era obligarla a besarlo, a dejar que la toque o la hacía probarse ropajes finos pero eróticos para él. No quería eso. Tenía miedo de lo que podría hacer.

¿Por qué un country le temeria a su propio presidente? No debería ser así pero era un tirano, la torturaria si desobedece o peor aún, mataría más gente inocente. Dominicana no podía permitir que su pueblo sufra por su culpa. No sé lo perdonaría jamás.

Fue escoltada hasta el automóvil negro, con claras intenciones de llevarla con el presidente. El camino fue corto, demasiado para la tricolor en el cual pudo arreglar lo poco que se corrió de su maquillaje. Al llegar al palacio nacional bajo del vehículo, arreglo su vestido y siguió a los soldados que la llevarían con el "jefe".

Ya frente a las puertas del despacho, tocó suavemente e ingresó cuando escuchó el permiso. Se asomó temerosa mirando al intimidante hombre tras el escritorio.

— Mi amada Quisqueya — su voz retumbó en los oídos de la dominicana. Nunca podrá olvidar su voz. — Te estuve esperando, ven aquí —

Ella no dijo nada solo se acercó al mandatario hasta el punto en que el pudiese sujetar su mano, la cual besó suavemente. Subió sus besos por el brazo hasta el hombro de la country, la cual tembló cuando su cadera fue sujetada con firmeza.

— Oh, estás tan bella como de costumbre — la isleña no entendía el porque de la actitudtan cariñosa de ese hombre. No le daba buena espina. — Ese vestido te sienta de maravilla —

— Gracias... Mi Generalísimo — dijo casi en un susurro la aterrada mujer. —

— Realmente te he extrañado — sujeto firmemente el cuerpo ajeno, envolviendola en un abrazo. — ¿Cómo estuvo todo? ¿Ya se ocuparon del asunto que les ordené? —

— A - Así es, señor — contesto algo nerviosa por la cercanía. De verdad, no le gustaba estar ni en la misma habitación que ese sujeto. —

Escucha una risa satisfecha y como más besos fueron depositados en su hombro.

— Bien hecho. Muy bien hecho — sonrío, dando ligeras caricias en la curvatura de sus caderas. — Tal vez pueda recompensarte por tu esfuerzo —

República Dominicana cerró los ojos. Si se distraía tal vez todo termine más rápido.

Deseo el no estar ahí. Deseo que ese hombre no haya sido elegido como presidente y por sobre todo, deseo que alguien la sacara de allí. Que no tuviera que pasar por eso nunca más.

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El cielo se teñía de rojo y amarillo, dándole la despedida al día. República Dominicana apenas y llegaba a su hogar, cuando estuvo adentro se recargo en la puerta de entrada; deslizándose hasta quedar sentada en el suelo. Lloró de impotencia y del asco que se tenía así misma. Sus hijos la miraban desde lejos, corriendo a abrazarla y a intentar consolarla.

Tan solo en ese momento, Dominicana olvidaba todo lo que ha pasado y lo que le espera. El solo abrazar a sus queridos hijos la hacía sentir como si nada de eso estuviera pasando.

Si tan solo pudiera vivir en aquella fantasía por siempre.

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Trujillo era un gran amante de las mujeres, en especial si eran jóvenes y vírgenes.

Premiaba con ascensos y recompensas monetarias a las familias que le entregaran a sus hijas para que pudiese satisfacerse.

《Dominican Days》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora