"Cuando dos personas están destinadas a estar juntas, el destino siempre volverá a juntarlos."
Jungkook creía que su vida estaba en orden y no necesitaba a nadie ni a nada... Hasta que él volvió.
➤ Segunda temporada de Done For Me.
➤ Estado: termi...
Trató de dormir lo mejor que pudo la noche anterior, sin embargo, estuvo casi toda la noche despierto.
Estaba nervioso. Demasiado nervioso.
Había algo sobre aquella paciente que le daba un mal presentimiento. Pero tenía que tratar de ignorarlo.
Se comprometió a dar lo mejor de si mismo y más como siempre. No podía fallar.
Saludó a Chanyeol con la mano y juntos se dirigieron en un completo silencio a la zona de cirugía, lavaron sus manos y, finalmente, ingresaron a la sala.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Jungkook...— Comenzó el más alto cuando salieron de la sala y quitaron las prendas que cubrían su uniforme.
—No— Interrumpió. —No quiero escuchar nada—
—Pero... tú-
—Estoy bien— Interrumpió nuevamente. —Necesito estar solo— Dijo mientras se recargaba en la pared.
—Bien— Susurró.
El castaño le dio un último vistazo y se alejó lentamente del azabache y el área de cirugía cabizbajo.
No era su primera vez en esa situación, pero sabía que sí lo era para Jeon, y no sabía cómo consolarlo o acercarse a él para que pudiera decirle cómo se siente.
—¿Chanyeol? ¿Estás bien?—
El nombrado levantó la cabeza al escuchar la conocida voz de Baekhyun, quien estaba acompañado por Taehyung.
Sonrió tristemente. —Estoy preocupado—
—¿Pasó algo?— Preguntó el rubio.
—Acabo de salir de una cirugía con Jeon y... perdió al paciente— Suspiró. —Es su primera vez y no quiere decirme nada, debe estar pésimo...—
Antes de escuchar un comentario de Baekhyun o incluso de que Chanyeol terminara de hablar, Taehyung ya se encontraba caminando acelerado a la zona de cirugía, esperando que Jungkook siguiera ahí o si no tendría que recorrer el hospital buscándolo.
No le importaba, sólo quería encontrarlo pronto.
Para su fortuna, el azabache estaba sentado en la pared contigua a la sala de operaciones, con su cabeza escondida entre sus piernas y sus manos apretando fuertemente sus brazos al punto de que probablemente dejarían una marca.