Epílogo

9.5K 1K 120
                                    

El tibio aire en Seúl los recibió luego de un año de no estar ahí.

Parecía una ciudad nueva, se habían acostumbrado a la hermosa Londres.

Pero, vamos, para Jungkook cualquier ciudad sería preciosa si Taehyung estaba ahí.

Un sentimiento de nostalgia le invadió profundamente cuando al bajar del avión fue recibido con tanto cariño por la madre de su novio, su hermano y Jimin. Debe admitir que, incluso, soltó algunas lágrimas debido a la emoción del momento.

Volvió a Seúl y regresó a su antigua vida, sin embargo, ya no era el mismo Jeon Jungkook.

—YeonTan, ven— Dijo Taehyung mientras alzaba en sus brazos al cachorro que habían adoptado hace un par de días

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—YeonTan, ven— Dijo Taehyung mientras alzaba en sus brazos al cachorro que habían adoptado hace un par de días. —Vamos a despertar a Papá Jungkook para que desayune—

Caminó desde la sala de estar del departamento hasta la habitación que compartía con el azabache junto con el pequeño animalito en sus brazos, quien movía su cola al presentir a dónde se dirigían.

Taehyung se había mudado al departamento de su novio una semana después de regresar a Seúl. Y, la verdad, era realmente encantador convivir con él en la misma vivienda. Sobre todo, desde que el pequeño YeonTan comenzó a acompañarlos.

Eran como una familia.

Abrió la puerta de la habitación, caminó silenciosamente hasta la cama y dejó al cachorro sobre esta, para luego recostarse sobre el azabache y comenzar a jugar con su cabello.

Jungkook, al sentir peso extra sobre su cuerpo y algo húmedo en su oído, frunció el ceño ligeramente y abrió lentamente los ojos. Sonrió al ver de quiénes se trataba.

—Buenos días— Susurró.

—Buenos días, señor dormilón— Dejó un pequeño beso sobre sus labios. —¿Qué tal dormiste?—

—Estabas a mi lado, así que excelente— Volteó la cabeza cuando pequeños gimoteos comenzaron a pedir su atención y acarició suavemente la cabeza del cachorro, quien gustoso se dejó mimar. —Y, por supuesto, con YeonTan también—

—Tengo el desayuno listo, levántate a comer—

—Mmh...— Se quejó bajito. —¿No puedo pedir servicio a la habitación?—

—No, arriba oso perezoso— Sin más que decir, se levantó de su lugar y se dirigió a la cocina.

Jungkook, divertido, se apresuró a levantarse y alcanzar al castaño, para luego tomarlo por la espalda y alzarlo en el aire. —Te atrapé—

Taehyung rió. —¿Acaso me vas a llevar a la cocina así?—

—¡Por supuesto!—

Las pequeñas patitas de YeonTan en el piso resonaron mientras seguía a sus dueños, quienes reían ante cada movimiento que el azabache hacía.

Definitivamente, la vida no podía ser mejor de lo que ya era.

La escuela, la universidad, el trabajo; lugares que pueden dejarnos recuerdos tanto buenos como malos, donde encontraremos todo tipo de gente con la que conviviremos o no.

Y entre ese grupo de personas, casi siempre hay un "rarito".

Una persona que no habla con los demás.

Una persona que parece no interesarle su entorno.

Una persona que con el tiempo terminarás por ignorar y con suerte recordarás que existía.

En la universidad a la cual asistió Jeon Jungkook, esa persona fue un chico llamado Kim Taehyung.

Y Jungkook lloró y maldijo tantas veces por ese chico castaño, que le enfadaba aún más no odiarlo.

Su corazón y mente se volvieron un lío cuando lo volvió a ver. Los sentimientos enterrados florecieron más fuertes que nunca.

"Cuando dos personas están destinadas a estar juntas, el destino siempre volverá a juntarlas."

No creía en leyendas, no creía en ese hilo rojo, pero si sus barreras fueron derribadas nuevamente por aquel que fue el rarito de la universidad, ¿cómo no creer en ello cuando la vida le recordó que Kim Taehyung era su todo?

Porque en la obra que fue su historia de amor, la escena final fue un felices para siempre.

Y lo agradecía, porque amaba más que a nada a Kim Taehyung.

Fin.

Ending Scene | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora