Recuérdame

Aterrada

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Tengo un nudo en la garganta, siento como mi corazón late rápidamente, mis manos están húmedas y siento unas enormes ganas de lanzarme a llorar como si no hubiera un mañana, y no soy experta en estás cosas, pero creo que todo esto se debe a que estoy sumamente nerviosa... No, más bien estoy aterrorizada.

Mamá... Papá... -inicie- ella es Amber, mi novia -senti algo extraño al llamarla asi-

Es un gusto -dijo mi padre con su acostumbrada seriedad-

Igualmente -dijo la morena que aprieta mi mano con fuerza-

Hola, Amber -dijo mi madre genuinamente feliz-

Hola... -sonrio tensa- espero que no les molesté que Jane me haya invitado...

Oh, no -afirmo mi mamá- hay espacio suficiente y siendo tu la novia de mi pequeña por supuesto que eres bien recibida...

Gracias -dijo con una sonrisa más auténtica-

Ellos dos caminaron hacia el comedor donde se encuentra el resto de mi familia mientras nosotras soltabamos el aire contenido. Hoy es mi cumpleaños y por eso mis padres me organizaron una reunión familiar donde yo decidí presentar oficialmente a Amber como mi novia, decir que estábamos aterradas ahora mismo parece exagerado, pero en su momento fue una gran realidad.

¿Estás bien? -la mire divertida-

Si, ya puedo respirar tranquila -suspiro- ¡Que miedo!

No exageres, ellos ya sabían que existías -afirme-

Aún así es aterrador que te presenten a tus suegros -bese sus labios con dulzura- aunque si cada vez que lo haga me van a pagar con un beso tan tierno, bien podría acostumbrarme -le golpeé el hombro-

Ya no van a presentarte a más suegros, estos serán los únicos de ahora en adelante -afirme "molesta"-

¿Ah, si? -paso su brazo por mi cintura y me atrajo más a su cuerpo- ¿Piensas quedarte conmigo el resto de tu vida?

Si -sonrei- ¿O no quieres que sea así?

Claro que lo quiero -beso mis labios efimeramente- estos meses contigo han sido perfectos...

Si, así es -sonrei aún mas- ¿Algún día me pedirás que me case contigo?

Preferiría que me lo pudieras tú a mí, no soy buena con las cosas cursis -afirmo divertida-

Entonces lo haré yo... -asintio-

Házlo lo más pronto que puedas, ¿Si? -pidio con dulzura-

Claro -dije sellando una promesa que a mí me resultó demasiado importante-

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Tengo un nudo en la garganta, siento como mi corazón late rápidamente, mis manos están húmedas y siento unas enormes ganas de lanzarme a llorar como si no hubiera un mañana, y no soy experta en estás cosas, pero creo que todo esto se debe a qué estoy sumamente nerviosa... No, más bien estoy aterrorizada.

Hace un rato que termino la presentación de mi novia, ella y yo salimos a cenar para festejar su excelente desempeñó, ahora estamos en el restaurante cenando entre platicas sobre lo magnífica que es ella y lo mucho que yo la he apoyado durante este tiempo que llevamos juntas.

Siempre me ayudas en todo... Eso es invaluable para mí -afirmo con dulzura- cada vez que estoy asustada o nerviosa por algo solo pienso en que cuando todo termine estarás ahí... dándome tu apoyo incondicional y todos mis miedos se esfuman... Todo vale la pena si te tengo a ti al final

Hoy nos pusimos cursis... -tome su mano por encima de la mesa y la apreté un poco- tengo algo para ti...

¿Ah, si? -asenti- ¿Y que es? -pregunto emocionada-

Primero... quiero decirte algo -respire profundamente- cuando nos conocimos yo supe desde el primer momento que todo cambiaría contigo en mi vida, sabía que nada volvería a significar lo mismo y estaba en lo cierto... Llegaste a cambiarlo todo con tu humor ridículo, tus rabietas de niña consentida, tu extraño gusto musical, con los bailes que haces cuando te sientes feliz, con tus gestos, con tus preciosos ojos, con ese perfume que tanto amo y con tu presencia dulce... Llenaste mi vida de luz, Amber -una lágrima resbaló por mi mejilla- me diste todo lo que no sabía que quería y que ahora ni siquiera puedo imaginar cómo se sentiría ni tenerlo...

Jane... -me miró con ternura-

Eres una mujer increíble, una bailarina maravillosa y... sin duda eres el amor de mi vida -sonrei- lo eres todo... 

Tú también lo eres todo para mí, lo sabes -asenti ligeramente-

Metí la mano en mi bolso y saqué la pequeña caja negra, mire a la castaña que me sonríe con amor puro y entonces mis miedos se fueron; abrí la caja y le mostré su contenido, un jadeo de sorpresa escapo de sus labios y todo el lugar se sumió en el silencio.

¿Te casarías conmigo? -pregunte bajo la mirada expectante de todos los presentes mientras sostengo el anillo entre mis dedos-

Amber se quedó pasmada observando el anillo con total sorpresa, luego me miró a mí y sus ojos se cristalizaron. Un sin fin de recuerdos se acumularon en mi mente, recuerdos de todos estos años a su lado... Cada sonrisa, cada beso, cada «Te amo», cada discusión que forjó nuestra relación y cada susurro dulce que ella me decía cuando pensaba que estaba dormida pasaron rápidamente por mi mente y al mismo tiempo las visiones de una vida a su lado me nublaron la mente mientras esperaba su respuesta.

Si... -dijo en un susurro-

¿Si? -pregunte abrumada-

¡Si! ¡Si quiero! ¡Claro que quiero! -ambas nos levantamos de la mesa y nos abrazamos con fuerza-

El mundo dejo de importar, sus brazos me apretaron contra ella y yo solo podía pensar en lo mucho que la amo; nos alejamos un poco y unimos nuestros labios en el mejor beso de mi vida, sus labios temblaban un poco y por nuestras mejillas bajaban incesantemente lágrimas de felicidad, con ese beso sellamos nuestro compromiso a ser todo en la vida de la otra... Desde ese momento nuestras almas se unieron por la eternidad, o al menos así lo sentí yo.

¿Me lo pones? -dijo emocionada-

Si... -sonrei-

Tome el anillo y lo deslicé por su dedo viéndolo brillar de una forma preciosa.

Te amo... -susurro mientras unía su frente a la mia-

Te amo aún más -afirme sintiendome más feliz que nunca-