The last time I saw Paris | Albalia

21. We will fight

Dover, 4 de Junio de 1940

- Disculpe, señorita. Estoy buscando a un compañero, me han dicho que debía preguntar aquí

La enfermera - una joven de pequeña estatura y pelo rizado - sonríe con amabilidad, y Natalia cree apreciar cierto grado de sorpresa en su expresión al fjarse en su uniforme, probablemente preguntándose dónde ha aprendido a hablar inglés sin ningún rastro de acento.

- ¿Buscas a un soldado francés?

Natalia asiente, esforzándose por mantener las manos quietas a pesar de su nerviosismo. La enfermera vuelve a sonreír, y le hace un gesto con la mano mientras camina para indicarle que le siga.

- ¿Cómo se llama tu compañero?

- Santi La— Pausa un momento - Santiago Lacunza

La chica le lanza una mirada divertida, sujetando un bolígrafo entre sus dedos y rebuscando entre los ficheros que guardan en el control de enfermería.

- Creo que voy a necesitar que me deletrees eso - Ríe.

- Claro - Le devuelve la sonrisa Natalia, haciendo lo que se le ha pedido.

Una vez la enfermera tiene el nombre completo de Santi, comienza a buscar eficientemente entre la pila de documentos. Los segundos parecen arrastrarse perezosamente mientras la mujer trabaja y después de unos largos instantes, Natalia comienza a sentir el miedo recorrer su espalda y viajar hasta la punta de sus dedos.

Aprieta los puños con fuerza para mantener sus manos quietas.

¿Por qué tarda tanto?

Finalmente, la enfermera parece dar con algo, porque se gira hacia Natalia con una pequeña sonrisa.

- Tu compañero está ingresado aquí - Confirma con amabilidad. Duda durante unos segundos antes de continuar - ¿Quieres que busque a su médico? Para que puedas hablar con él

Natalia asiente enérgicamente.

- Por favor

Espera apoyada en la pared del pasillo hasta que ve aparecer a la misma enfermera de antes, ahora acompañada por un hombre bajito y de barba blanca. Ella se excusa, marchándose para continuar con su trabajo y el médico se acerca a Natalia, extendiendo su mano.

Después de las presentaciones, el doctor Anderson echa un vistazo a sus papeles antes de levantar la vista para dirigirse de nuevo a Natalia.

- ¿Preguntaba usted por el señor...? - Mira de nuevo el papel, frunciendo el ceño.

- Lacunza - Aporta ella con un deje de nerviosismo. Como respuesta, él asiente, dedicándole una fugaz sonrisa de agradecimiento.

- ¿Es usted familia?

Sí.

- No - Responde en voz baja. Rápidamente añade - Pero le prometí a su familia que cuidaría de él - Al menos eso no es mentira.

El médico asiente, mirándola con empatía; como si supiese por lo que está pasando.

Natalia se pregunta si es porque se ha visto en una situación similar o si simplemente se le da bien hacer sentir comprendidos a los demás. Él se aclara la garganta, haciendo que todos los sentidos de la joven se centren en él.

- Verá - Comienza, atusándose la barba blanca con la mano que no sostiene la carpeta - Llegó al hospital con una sepsis - Pausa un momento para estudiar la expresión de Natalia - ¿Sabe lo que es?

La palabra le suena, desde luego. Pero ahora mismo no es capaz de pensar con claridad, así que niega con la cabeza mientras traga saliva.

- Coloquialmente se conoce como envenenamiento de la sangre - Explica - Se produce cuando una infección llega a la sangre. Sin tratamiento, a menudo provoca la muerte