c i n c u e n t a

24.7K 2.8K 1.7K
                                    


—¡Corre, hijo de la chingada! ¡Corre como si el diablo te estuviera persiguiendo para picarte la cola! —se decía a sí mismo el mexicano, tratando de encontrar alguna fuerza muy en su interior para poder completar la "caminata familiar", aunque más parecía una carrera.

Desde que el latino se había vuelto la pareja de Rusia, comenzaron a hacerse visitas de forma muy frecuente. En una de estas visitas el mexicano conoció a Prusia, quien apesar de no saber su idioma le agrado bastante, al punto de tratarlo como si fuese parte de su familia.

—Ich mag es nicht, mich körperlich anzustrengen (No me gusta hacer esfuerzos físico) —solto Prusia, en tono de queja. No sabía ni cuánto tiempo llevaban corriendo, pero él ya sentía que moriría del cansancio. Lo que más le molestaba era que Rusia estuviera a la delantera, luciendo super tranquilo, además de no ser cargado en brazo de la misma forma que México llevaba cargando a Paco.

Lo único que podía consolar a México y Prusia era que justo al final de su recorrido había una pastelería. Probablemente Rusia les diría que calmaran sus mexicanas y prusas ganas de comida, pero los tres sabían que terminarían devorando una exquisita tarta de chocolate. De solo pensar en aquel postres corrían más de prisa.

Apesar de los grandes cambios que hizo en su rutina, México no se mostraba para nada molesto o cansado. Claramente no le gustaba tener que acompañar al ruso a sus rutinas de entrenamiento, más que nada porque al igual que Prusia; odia el esfuerzo físico, pero al final del día se sentía contento gracias a todas esas cosas nuevas que hacía, gracias a su nueva familia.

—Похоже, мы победим их снова, Пушинка (Parece que volveremos a vencerlos, Pushinka) —le dijo Rusia a la blanca felina que llevaba en brazos, con una gran sonrisa, viendo al par que se encontraban completamente fatigados a sus espaldas. Se sentía bien por ganar todos los días desde que empezaron con la "caminata familiar".

—Vielen Dank, dass Sie nicht kontaktiert werden können, denn wenn ich das tue, werde ich Sie treten! (¡Agradece que no puedo alcanzarte, porque cuando lo haga te voy a patear!) —le contestó el de blanco y negro, tratando de recordar cómo es que había aceptado participar en esa tortura llamada ejercicios diarios.

Por su parte, Rusia también había cambiado mucho su forma de vida. Hace tiempo quien lo despertaban eran Pushinka y Prusia pidiéndole alimento, pero ahora, cada que México lo visitaba, era él quien lo despertaba con el aroma del desayuno listo y el sonido de buena música a todo volumen, acompañado de los quejidos de Prusia.

Definitivamente el ruso amaba lo cálido que se había vuelto su hogar desde la llegada del latino.

—¿Y si hacemos una paradita para tomar agua? —propuso México, sintiendo que si seguía corriendo terminaría tirado en el piso medio muerto— No hice agüita de jamaica para que ni nos la tomemos.

—Очень мало, чтобы закончить, мы не можем сейчас остановиться (Falta muy poco para terminar, no podemos parar aquí) —contesto el más alto, sin bajar en ningún momento la velocidad, menos cuando Prusia se le acercó peligrosamente con los ojos llenos de maldad y la clara intención de patearlo.

—Chinguen a su madre todos. No puedo más —susurro cansado, dejando de correr para solo caminar. En estos momentos lo único que mantenía en pie al latino era saber que se chingaria un rico pastel después de todo eso, además de que tomaría su agüita de jamaica.

—¡Sí! ¡Chingar madre todo! —añadio Prusia, dejando de lado sus ganas de patear a Rusia para empezar a caminar de la misma forma que México lo hacía. No pensaba seguir corriendo ni un segundo más— ¡No puder más!

" ¿Y si no me da la gana? "  🔽 RusMex 🔼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora