❝ 10 días en los que escribo sobre diez shipps diferentes de gta v roleplay. ❜❜
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[ contenido homosexual ]
ㅤ⠀ ⠀[ basado en los personajes de gta v roleplay ]
[ nada de hate por favor, si algo no te gusta, simplemente no lo veas ]
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⠀⠀␥ꦿ Eughth Day ᬻྲ᭄ྀ ╭╍╌╍─━╌╍╯ ┇M a m a r ╰╮.·⸙͎*ૢ↴ ˋ ཻུ۪۪❀ˎˊ- ╭╯꒰꒰🔪;; ,,, ଼⸼˟͛⁚⁕* 〉 ┇〈଼⸼* .. ;💛꒱꒱╰╍╌╍╌╍─━╌━╌─╍╌
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Ambos jóvenes miraban la puerta de cristal indecisos. Llevaban un tiempo queriendo hacerse un tatuaje en conjunto, eso era cierto, pero aún no habían planeado que diseño sería y que significaría para ellos. Sobre todo aquello le importaba más a Lamar, aunque pareciera que le daba igual si pintaban sobre su piel otro dibujo más teniendo tantos, pero no era así. Ninguno de sus tatuajes carecían de significado ni de importancia, por lo cual, ni uno solo fue elegido por ser bonito o molón.
El más moreno suspiró con levedad, queriendo no llamar la atención de su pareja, pero inevitablemente lo hizo. Macaco le dedicó una mirada cargada de compresión, nervios y desilusión que ocultaba tras una sonrisa.
─── Sí no quieres, no lo hagamos.─── Le habló con calma, transmitiendo esa sensación de que lo entendía.
─── No es eso, solo...
Juanca negó ligeramente con la cabeza, dándole palmadas suaves en la espalda. Estaba claro que tenía muchas ganas de hacerse un tatuaje, más si era uno con su novio, puesto que no tenía ninguno, pero entendía si Lamar se echaba para atrás. Habían ido a aquel estudio sin pensarlo mucho. Además, el pensamiento de que ocurriría en un futuro entre ambos les carcomia la cabeza. Nada en la vida estaba asegurado.
─── ¿Vamos a tomar algo, tío?─── Preguntó el más joven al notar el silencio.
El de rastas bajó la cabeza al escucharle, sintiéndose mal consigo mismo. Le estaba quitando esa ilusión de tener por fin algo que durante tantos años había deseado, solo por sus inseguridades.
─── Mmh, no me apetece mucho, la verdad.
La expresión del castaño se volvió algo triste, aún sin borrar la sonrisa. Ahora mismo Blaky estaba seguro que por la mente del contrario pasaban todo tipo de pensamientos sobre él, que era un corta rollos de primera. Sin embargo eso no era verdad, Macaco solo pensaba que Jackson necesitaba sentirse seguro de una vez por todas y dejar de pensar tanto en el futuro, soltar sus emociones y vivir la vida.
─── ¿Y si nos hacemos unas llaves?
Fue lo primero que se le ocurrió a Juanca, pero nada más pensarlo y buscar un significado, lo creyó perfecto. Podría parecer cursi, de hecho demasiado para él, pero aún así le gustaba.
─── ¿Unas... llaves?
─── Sí. Cada uno una en la muñeca, nada de uno la llave y el otro el candado. Los dos somos los que nos hemos salvado el uno al otro, y los dos tenemos la llave que abre las puertas de nuestra propia vida, y ahora mismo estamos en el mismo llavero.
Podía sonar tonto, pero lo cierto era que le había encantado la idea a Lamar, lo suficiente para convencerlo. Ambos las llaves de su propia vida, en el mismo llavero y si en algún momento se llegaban a separar, cada uno seguiría abriendo sus puertas sin tener un hilo que los retuviese. Una sonrisa llena de felicidad se dibujó en los labios del moreno con rastas rubias, provocando la misma acción a su pareja al verlo.
─── Tío, por una vez en tu vida has tenido una buena idea.
─── Grac- ¿Cómo que por una vez en mi vida?─── Frunció el ceño molesto por el comentario de Blaky, pero su expresión cambió al escuchar una risa, dándose cuenta de que era una broma.─── Serás cabrón.
─── Venga, vamos dentro, tengo ganas de ver mi pequeña llave.─── Le tomó de la mano para arrastrarlo directamente dentro del estudio, mostrando impaciencia.
Macaco dejó escapar una diminuta risa bajita, contento al ver que había conseguido que se decidiera y que olvidará las inseguridades. Aunque no sabía cómo lo había hecho y tan rápido, pero prefirió no darle más vueltas y disfrutar de su logro.
Fue así como ambos se hicieron una pequeña llave sin color en la muñeca, Lamar en la derecha y Juanca en la izquierda.
Salieron del estudio de tatuaje con unas sonrisas plasmadas en sus rostros, aunque soltaron alguna que otra queja por el precio excesivo que les había cobrado el hombre encargado del local. Era un tatuador muy bien reconocido, hasta Chino lo halagaba y hablaba de él de vez en cuando, enseñando una de las obras de arte del tatuador impregnada en su piel. Pero igual que decía buenas palabras, no faltaban sus típicos insultos, y eso se debía al alto precio. Era el mejor estudio de todos Los Santos, y de todo el país prácticamente. Valía la pena ir allí, porque la profesionalidad se respiraba en el aire.
Lamar se sentía más animado que antes y esa emoción fue contagiada al menor.
─── Ahora si me apetece ir a tomar algo.
─── Ahora sí ¿no?─── El castaño le dio un leve golpe en el hombro a su pareja de forma amistosa.
El de rastas rubias asintió con la cabeza a la vez que reía, tomando con delicadeza la mano izquierda de su amor y entrelazó sus dedos. Las dos llaves estaban juntas.