Capítulo 22 - Constance

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- ¡Feliz cumpleaños Jared! - grité a los cuatro vientos mientras corría hacia él para abrazar al chico de ojos azules - Espero que lo pasemos genial hoy - lo abracé muy fuerte.

- Gracias Amelie, me sorprende tu efusividad, aunque no me gusta mucho que me saluden por mis cumpleaños - nos soltamos y estornudó de un segundo a otro.

- ¿Estás bien Jared? - pregunté nerviosa.

- De eso quiero que hablemos cuando lleguemos a casa - tosió - ¿Y dónde has dejado a mi hermano pequeña? - me sonrió.

- Es que me bajé del vuelo corriendo para saludarte, solo traje mi maleta, él debe venir más atrás - me volteé y logré divisar su figura a la distancia - Te lo dije.

- ¡Hermano! - se abrazaron - Omitiré comentarios en cuanto a eso - se rieron.

- Vámonos ya, mamá nos está esperando en casa - dijo Jared mientras se volteaba.

La estadía en mi casa había sido corta, reconozco que cuando mamá nos dejó en el aeropuerto no pude aguantar las lágrimas, me abrazaba de una forma única, me pidió disculpas una y otra vez, y lloró de una forma desesperada, como nunca antes. Me rompió el corazón de un segundo a otro, me di cuenta que quizás algo estaba pasando y ella quería ocultármelo. No pude seguir dándole más vueltas al tema, ya que teníamos programado el vuelo hacia Los Ángeles para pasar el cumpleaños de Jared en casa de su madre, y luego continuar con la gira. Jared nos llevó en su auto hasta la casa de su niñez, vaya, era enorme, aunque no tan grande como la mía. Bajamos y Shannon sorpresivamente tomó mi mano para entrar, mientras el pobre cumpleañero bajaba nuestras maletas refunfuñando. De la nada, se abrió la puerta, y una mujer de cabellos largos y blancos se lanzó sobre el baterista.

- Bienvenido a casa Shannimal - dijo la mujer.

- Hola mamá - respondió el chico mientras le daba un gran beso en la sien.

- Que bueno que ya estén aquí - sonrió y volteó su mirada hacia mí - Amelie Murray, ¿verdad? - preguntó sonriente.

- Hola señora Leto... - rasqué mi cuello y sonreí devuelta.

- Soy Constance cariño - tomó mi mano - Vamos, entren, deben estar cansados por el vuelo - nos hizo entrar.

La casa era hermosa, nos sentamos en el living que había a la entrada, había un rico aroma a comida, de seguro la madre de los chicos había preparado algo para recibirnos de aquel viaje, y en celebración del cumpleaños de su hijo menor, a pesar de que a éste no le gustara. Divisé un piano en una esquina de la casa, se veía hermoso, incluso por un momento mis manos temblaron por ir a tocarlo. Shannon notó mi rostro de emoción al contemplar tan hermosa madera, después de todo, él es el que me hizo volver a amar la música, tal y como lo hacía antes. Constance nos invitó a la mesa, porque todo estaba listo para que fuéramos a comer lo que había preparado. Dejé mi maleta al lado del sillón, hoy por fin pasaría la noche en mi casa, o mejor dicho, en la casa que Shannon me ha prestado para vivir por un tiempo. Nos sentamos a la mesa, y charlamos mientras disfrutábamos de un rico almuerzo vegetariano.

- ¿Y de qué era lo que querías hablarnos Jared? - preguntó Shannon mientras se llevaba un trozo de ensalada a la boca.

- Estos últimos días he estado muy resfriado, así que se han cancelado los conciertos que teníamos que dar estas dos próximas semanas - sonó su nariz - Ya he hablado con la productora, y encontraron que sería lo mejor, no nos conviene hacer shows deficientes, y sé que los fans lo entenderán - siguió comiendo.

- Estoy de acuerdo - respondió Shannon - Tu salud y la de todos los integrantes del laboratorio de Mars es lo más importante, ya habrá tiempo para continuar con la gira.

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