Capítulo 9 - Agresividad

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El día de la boda había llegado. Emily fué a mi casa para ayudarme con el maquillaje y peinado, pero al momento de mostrarle el vestido que había confeccionado con tanto cariño, quedó loca, me felicitaba a cada momento, por que según ella, había quedado hecho como por manos de un verdadero experto en la materia. Me puse el vestido, mientras ella seguía alagándome por lo bien que me veía. Me senté en una silla y Emily comenzó peinándome, hizo una trenza en la mitad de mi cabello, dejando el resto para un solo lado. Como mi cabello es relativamente largo, me hizo unas ondas, así le daba un estilo diferente pero formal. Me maquilló con tonos azules y negros, para hacer una especie de combinación de colores que resaltaran mis ojos. Quedé maravillada, mi amiga siempre había sido muy buena maquillando, así que la abracé agradecida.

- Me pondré un solo aro y ningún otro accesorio - dije.

- Si, no necesitarás nada más, ya te ves hermosa así - me sonrió.

- Gracias amiga - me puse los tacos - Espero que sea un matrimonio bonito.

- Ojalá amiga - reímos - Ya estás en la hora, así que te iré a dejar en mi auto.

- No sé qué haría sin tí - tomé mi carterita negra, salimos de casa y me subí de copiloto al geep enorme que tenía Emily - Me encanta tu auto, es muy espacioso - me puse el cinturón.

- Es del fruto de mucho esfuerzo - echó a andar el auto - La relación con Nicholas ha sido de lo mejor, me ayuda mucho en todo lo que necesito, sobre todo a ahorrar.

- Si... - suspiré - Me encanta verte feliz con él, hacen una muy linda pareja.

- Hablando de lindas parejas... hay algo que debo contarte amiga - se sonrojó.

- ¡¿Qué pasó?! No me vengas con sorpresas ahora... - dije intrigada.

- Es que... Nicholas y yo nos iremos a vivir juntos - lanzó una carcajada.

- ¡De verdad! Que emoción, no sabes cuánto me alegro por ustedes - reímos.

Sí que me alegraba enterarme de esa buena noticia. Emily era una buena chica, por eso mismo me ponía muy contenta saber que comenzaba a vivir una nueva etapa de su vida con la persona que amaba y que al mismo tiempo le correspondía.

Emily me dejó en la iglesia, le agradecí mucho, bajé de su geep y caminé un poco, hasta que mi celular sonó. Lo busqué en mi cartera pequeña, y vi el contacto... Mierda - pensé.

- ¿Qué quieres? - contesté molesta.

- Hablar contigo - dijo el chico.

- Te escucho - suspiré agobiada.

- Quiero que sea en persona.

- Alex, estoy en la iglesia, la boda comenzará en unos minutos y ya es de noche - dije molesta.

- Por favor, juro que después de esto no te buscaré nunca más y te dejaré tranquila para siempre - me suplicó.

- Esta bien, creo que hay una plaza cerca de la iglesia en la que estoy ahora, ¿te parece si nos vemos allí? - miré a mi alrededor.

- Acá estoy esperándote... - colgó.

Mierda, de verdad era un sicópata, miré a mi alrededor, y la gente ya estaba dentro de la iglesia, la novia aún no llegaba, y tampoco logré divisar a Shannon o Jared para que me acompañaran por si me pasaba algo. Me armé de valor, y caminé algunas cuadras, hasta encontrarme con una pequeña plaza, algo oscura, pero silenciosa, logré ver a un joven alto, apoyado en uno de los arboles. Apreté mis puños, respiré hondo, y caminé hasta él.

- Amelie - se me acercó - Estás hermosa.

- Alex, por favor, quiero que seas breve, y que de verdad me dejes tranquila - dije algo nerviosa.

- Pero Amy - tomó uno de mis brazos - No quiero terminar nuestra relación, te juro que cambiaré, intentó abrazarme.

- No - me alejé - Ya está decidido, nuestra relación terminó, no quiero volver a verte nunca más, si voy a estar con alguien, será para que me ame, y me respete, no como tú, que lo único que has hecho es maltratarme, ya no seré la tonta que se guarda lo que piensa, así que olvídate de una última oportunidad.

- ¿Tú? - rió - ¿Tú piensas terminar de esa forma conmigo? - sujetó uno de mis brazos fuertemente - Si hay alguien que va a ponerle fin a esto seré yo, no una niñita estúpida como tú.

- ¡Suéltame! - grité y le di una cachetada, mi cuerpo se llenó de adrenalina, y Alex no dejaba de apretar mi brazo.

- ¡Estúpida! - me abofeteó y caí al suelo - Ahí quédate, en el piso, donde perteneces, no vales nada, ni siquiera fuiste capaz de hacer el amor conmigo alguna vez, no te buscaré más, no vales la pena de nadie - se fué.

No lograba entender nada, estaba allí arrodillada en el suelo sin reaccionar. Sentí sus pasos alejarse, y mis lágrimas caer al unísono. Apreté mis puños, mientras el fuerte dolor en mi mejilla derecha seguía sintiéndose. No sabía qué hacer, no había nadie cerca, nadie que pudiera ayudarme siquiera. Mordí mi labio inferior, pero sentí un sabor extraño en él. Llevé uno de mis dedos hasta mi boca y logré notar ese líquido rojo saliendo de ésta. Era sangre. Sabía que estaba cerca de la casa de Jared, y quizás aún no se había ido al matrimonio. Me puse de pie lentamente, quité mis tacos y me puse a caminar, pensando en lo que había pasado recién. ¿Por qué nunca lo había dejado antes?... Era la interrogante que daba vueltas en mi cabeza una y otra vez. Me sentía una estúpida total, agradecía que nadie me hubiera visto, menos en el estado en el que me encontraba ahora, sería una gran vergüenza, estaba completamente humillada, mi maquillaje corrido, lágrimas en todo mi rostro y de seguro la sangre de mi labio, ya que sabía que seguía saliendo. Al caminar unas cuadras, me encontré con la enorme casa, pero no había luz, aún así caminé hasta ella, toqué el timbre, esperé, pero nadie abrió. Que tonta soy - me reí. Era obvio que no abría nadie, era el matrimonio de su mejor amigo, así que di la vuelta y caminé unos pasos, hasta que escuché la puerta, y la voz de un chico que ya se me hacía muy común.

Solo Quédate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora