3. Dudas

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Sin duda habrá gente que se sienta confundida por esta narración. Quizá unos pocos se sientan decepcionados. La mayoría, simplemente, sentirá que no debería existir.

-Extracto del prólogo del libro "El camino de los héroes", de autor desconocido.


Habían pasado un par de días desde que comenzaron las clases y varias cosas sin importancia —a percepción de Izuku— habían pasado, miradas nerviosas y furiosas, algunas otras curiosas, nada de lo que preocuparse, después de todo, era obvio que la gente se preguntaría por qué solamente uno de los dos hermanos gemelos entró a la academia por recomendación.

Izuku tuvo la oportunidad de hablar un poco con los otros dos alumnos de recomendación. Por un lado, Todoroki era callado y algo repelente, pero no mala persona, y por el otro lado a Yaoyorozu se le veía realmente nerviosa e insegura. Desde el fondo de su corazón, Izuku les deseó la mejor de las suertes.

Vio la hora, faltaban 15 minutos para la hora en la que normalmente despertaba, ¿era quizás la ansiedad? No, era la emoción. Descubrir que su héroe favorito de toda la vida era uno de sus profesores lo tomó completamente por sorpresa, a su vez causando que sus sentidos de fanboy se pusieran al cien por ciento.

Se levantó de un salto y se fue a desayunar, no podía esperar a pararse nuevamente dentro de aquella academia. Sinceramente aún le transmitía algo de respeto, e Izuku era tímido, pero pensaba sinceramente que se lo había ganado.

No se olvidó de dejar guardada su katana en el armario y poner su haori dentro del bolso. Se vistió y se encaminó a la academia.

El clima estaba apacible e impasible, y la relajante brisa de verano le provocaba caminar más lento simplemente para sentirla por más tiempo. No le cabía duda de que estaba pasando por su mejor momento.

«¿Cómo podría pedir m...? —pensó Izuku, pero se vio interrumpido por un estruendo a la vuelta de la esquina.»

Se apresuró para ver qué había pasado, y vio a una chica casi de su misma altura, de cabello negro y unos brillantes ojos rojos con una extraña marca en la frente sosteniendo una katana, y a su lado lo que parecía ser una manta negra tendida en el suelo. Izuku entornó los ojos y logró ver que se trataba de una túnica muy grande que le faltaba un trozo en la parte superior. La mirada de la chica rápidamente se fijó por un milisegundo en Izuku, a lo que rápidamente el chico reaccionó escondiéndose tras la pared.

«Oh dios, ella es... —pensaba Izuku intentando calmarse. —Por favor dime que no se dio cuenta.»

Escuchó pasos acercarse, pero no supo cómo reaccionar. Sudando mares se intentó deslizar por la pequeña abertura que había entre las murallas de dos casas, pero era demasiado estrecho, por lo que quedó en una posición algo ridícula en el momento en que la chica lo encontró.

«Diablos.»

—¿Me viste? —preguntó la chica con voz amenazante.

—Bueno, sí, pero... —intentó decir Izuku.

La chica tensó el agarre, pero terminó guardando su espada.

—Por favor, olvida todo lo que acabas de ver, fuera lo que fuera —pidió haciendo una reverencia.

—S... Sí, no hay problema —respondió Izuku sintiendo su corazón latir a mil por hora.

Sin decir una sola palabra más, la joven dio media vuelta y siguió su camino.

«¿Acaso ella no se dio cuenta? —pensó el chico confundido.»

Intentó restarle importancia, sin éxito aparente. Siguió su camino a la escuela de igual manera, verla a ella de alguna manera había convertido su tranquila mañana en algo extraño y lleno de aún más luz.

El Camino de los Héroes | BNHA x KNYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora