Capítulo II: La vampira de fuego.
Fénix se encontraba aturdida, era sorprendente eso que acababa de ocurrir.
No sabía si era miedo, fascinación o sorpresa, pero algún sentimiento fuerte se encontraba en ella.
Fénix se detuvo en el cielo, era imposible que un vampiro se trasladara a otro mundo, las barreras parecían ser infinitas.
Al ver un lugar seguro, tan lejos de esos demonios oscuros, Fénix hizo una parada para pensar.
¿Qué es realmente ella? ¿Hija del fuego? ¡Era absurdo!
En su mente se encontraba la posibilidad de que quizás la profecía sí era cierta, pero si de ser así ¿A quién iba a buscar ella?
Los cuatro sellos restantes.
Una voz totalmente diferente se pronunció, ésta era profunda y potente, muy diferente a la que siempre le había hablado.
—¿Quién eres? ¿Dónde estás?—Fénix ya se había puesto a la defensiva, miraba a todos los lugares atenta a cualquier peligro demostrando sus colmillos en prueba de que podía destrozar a cualquier persona o cosa que la quisiera dañar.
Soy uno de los caídos y necesito que lo busques a él, a mí de ahora.
—No entiendo ni mierdas, ¿Tú de ahora?
Los colmillos de la vampira se hacían cada vez más filosos haciendo notar demostrando la frustración y enojo que sentía por las preguntas que hacían formular en su mente y de las cuales no obtenían respuestas claras.
Ve a Ficubil, en el pueblo de los licantropos me encontrarás. Tú sabrás quien soy cuando me veas.
Esa petición la hizo sorprender, los vampiros no eran recibidos por los lobos y mucho menos después de que la raza de los vampiros encontrara un acceso al mundo de los humanos.
—¿Cómo voy a pasar? Las barreras que dividen nuestros mundos es infinita y mi raza es la más odiada.—Fénix habló con obviedad, mirando a cualquier lugar simulando que la voz estuviera allí.
En ese momento el suelo se sacudió abruptamente y para la perplejidad de la vampira un agujero del tamaño de su cuerpo se hizo notar en la barrera de tierra.
Ve rápido.
Fénix siguió la orden de aquella voz, sentía que esto era una locura. Ya que literalmente se estaba metiendo en la boca del lobo.
***
El pueblo de Ficubil era el más resguardado de todos, los licantropos eran precavidos en ese aspecto y sobre todo luego de que la raza enemiga hiciera de las suyas encontrando una manera de robar humanos.
Koppa, uno de los lobos viejos y más antiguo de su linaje, se encontraba montando guardia en la oscuridad del bosque Arfich, el cual era su más importante lugar ya que aquí los licantropos encontraban animales para comer.
El hombre estaba transformado en su forma lobuna viendo con detalle cada tramo del lugar donde se encontraba.
Mientras vigilaba, por órdenes del gran alfa, pensaba en como era posible que aquella muralla era tan fuerte y densa como para hacerla casi imposible de penetrar.
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Buscando a los cinco.© (Pausada)
FantasyLos dioses elementales murieron, el hermano oscuridad ganó. Las esperanzas de todas las razas están en la leyenda de los descendientes de los dioses. Dice la leyenda que luego de cien años de ruina el sol brillará para todos y que las cinco reencarn...