La muerte cuidando la vida

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Pasaron dos días desde esa noche en el bosque. Cansado y con intenciones de pensar, me senté en la sima de un pequeño monte no muy lejos de donde acampabamos , cuando escucho unos paso acercándose hacía a mi.

—¿Estas bien?—Preguntó Sofía mientras se sentaba junto a mi.

—Si —Le respondí— Sólo estaba pensando que hacer cuando lleguemos a la ciudad — En realidad pensaba en mis sentimientos, las cosas a las que me estoy enfrentando para recuperar una vida que ya ni recuerdo.

  —¿ Y que piensas que hará el Rey Al enterarse que por nuestra culpa mataron a su hija y que también viene un ejército de monstruos en camino a su ciudad?.

—¿Eso fue lo que pasó? Yo recuerdo que pasábamos por el camino y vimos que de pronto vimos a unos maleantes atacar la caravana.

—...A veces eres muy sádico, pero no tenemos más opción que mentir.

Mentiría al decir que la muerte de Jessica no me dolió y que está farza no duraría mucho, pero pienso mantenerme vivo cueste lo que cueste... al menos está vez.
Según el mapa que traía Sofía, la Ciudadela no quedaba muy lejos de donde estábamos, asique decidimos descansar e ir al amanecer a hacerle una visita al rey. Nos quedaban pocos días antes de que llegarán los Necrofagos.

Es una noche fría y el dormir en el suelo no ayuda mucho que digamos, los chicos duermen mientras yo hago la guardia, de pronto, en medio de la noche me pareció ver algo entre la oscuridad y la niebla, si hay algo que aprendí es que eso nunca es bueno, por eso me levanté de inmediato y vi saliendo de los árboles un rostro familiar.

— Recién la segunda prueba y ya están en problemas—Era la anciana, la muerte, la parca o como quieran decirle.

— Cuando hablamos por última vez dijiste que nos ayudarías a entender lo que pasaba... o eso entendí—Le dije.

—...Entendiste mal, yo te dije que te diría lo que tendrías que saber, pero por alguna extraña razón que no conozco, la vida se interesa mucho por ustedes cuatro y eso cambió mis planes.

—Pues esa mocosa me tiene las pelotas por el... un momento... ¿Cómo que cuatro?  —Le pregunté confundido.

—Alex, no confíes en ella—Dijo mientras caminaba de vuelta al bosque—La vida hara todo lo posible para que no superen las pruebas, uno de ustedes tiene un pasado tan oscuro que hasta a ella le molesta.

—¡¿Cuál de nosotros?! —Le grité mientras me acercaba a ella—¡¿Por qué la vida nos quiere muertos?!—Pero era inútil, la anciana se había desvanecido en las tinieblas de la noche, la noche tan oscura como la manta que la cubría.

Y así pase la noche, pensando en las cosas de la que me hablo la muerte y analizando como evitar que me mate una niña. Ya amaneció, el día tres de los cinco que nos quedan.

— Anoche hablaste con alguien o lo soñé?—Preguntó Jonh. Ah lo que respondí:

  — Lo habrás soñado—Le respondí mientras me levantaba - Dormi toda la noche.

— Creo que me estoy empezando a volver loco ¿No crees? — Y luego se fue detrás de un árbol a vaciar el tanque.

—¿Por qué le mientes así?— Preguntó ella que estaba escuchando todo.

-...¿De qué hablas? —Le respondí a Sofía mientras la miraba fijo.

— Te escuché hablar con la muerte anoche ¿Cuál es tu problema? ¿Por qué es necesario mentir?.

—No me molestes, no tengo que darte explicaciones. Recuerda que sólo estoy aquí para volver a la vida y no para hacer amigos—Di media vuelta y me fui, empieza a caminar por el sendero. Quizás fui un poco duro con ella, la verdad poco me importa lo que piensen, mi objetivo es volver a leer esa carta y nada más.
Cuando me doy cuenta que estoy muy lejos del campamento miro un lago, casas, personas y hasta un imponente castillo en el centro de la ciudad. Al fin había llegado a la Ciudadela, de pronto esquivo de suerte una flecha que roza mi nuca, me doy vuelta para defenderme , pero un fuerte golpe en la cabeza me tira al suelo...

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