Capítulo 4

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Tras unos 40 minutos de travesía llegamos a la terminal, una gran cantidad de autobuses llegaban de todas partes, repletos de soldados que desde aquí partirían a Europa,

-Steve, ve a sacar los boletos, te espero por aquí- ordena la rusa. Sacándome de mi ensoñación

Todo aquí me era increíblemente familiar, las ropas, la música, los llantos de las madres despidiendo a sus hijos. el aire se sentía más limpio, era como volver a casa después de un viaje muy largo.

-buenas tardes señorita, 2 boletos hacia Brooklyn por favor-

-enseguida señor, su nombre? -

-Steve Rogers-

-ahora vuelvo con sus boletos- afirma retirándose por unos instantes, dejándome apreciando el lugar, cualquiera diría que era horrible, pero para mí era nostalgia pura.

-hola fortachón- una rubia me saca de mis pensamientos

-eh... hola? - respondo incómodo

-te diriges a Europa? - pregunta acercándose cada vez más, a cada paso que ella daba yo retrocedía, pero el mostrador cerró mi camino de huida

-a Brooklyn... yo...-

-amor, como vas con los boletos- la voz de la rusa viene a socorrerme, sus ojos verdes se encontraban clavados en la chica frente a mí que dejó de avanzar inmediatamente.

-sr Rogers, sus boletos- dice la chica de boletería entregándome ambos papeles. –su autobús partirá en 5 minutos, terminal 12-

-gracias señorita- ambos nos retiramos directo hacia la terminal indicada

-Steve, no puedes decir tu nombre, tienes que usar el de Clint, ese está en nuestros documentos-

-tienes razón Nat, simplemente se me escapó-

-pues debes controlarlo, podría traernos problemas... definitivamente no tienes madera de espía- finalizó entre risas

-gracias Nat por salvarme- digo tras unos segundos de silencio mientras ingresábamos al transporte

-wow... el gran héroe de América asustado por una rubiecita- se burló de mi mientras nos sentábamos, este tipo de bromas abundaron durante nuestros últimos 5 años

-nunca me gustaron las rubias-

-no parecías pensar eso con Sharon-

-cuantas veces debo decirte que Sharon no me gustaba...-

-por más de que "te crea", es divertido molestarte-

-eres malvada Romanoff... y bien, cuál será nuestra coartada??-

-tengo algo en mente... que te parece una pareja? - **que?!?** -, ya lo hemos hecho cientos de veces- un remolino de sentimientos e ideas se cruzan por mi cabeza, por un lado, me encanta la propuesta, pero por el otro...

--Nat estas segura??, siempre que hicimos esa coartada era para asistir a alguna fiesta juntos, lo más lejos que llegó fue al beso de la escalera mecánica, aquí debemos convivir un buen tiempo, es algo arriesgado-

-tienes una mejor idea? - repregunto con su tipica media sonrisa

-que te parece ser amigos?-

-no puedo creer que Steve Rogers me este friendzoneando- respondió fingiendo estar indignada, tratando de ocultar su risa –la próxima no te salvare...-

-pero es buena idea, verdad? -

-no, no lo es, estamos en 1945, que clase de coartada es "ser amigos" nos sería creíble, no es el siglo XXI Rogers. -

Hasta el fin de la lineaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora