Capítulo 11

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-Clint, te encuentras bien? – me preguntó Steve casi a los gritos debido a las ruidosas turbinas del avión.

-por cuarta vez Rogers, si- **en serio yo soy así de insistente...**

-pues avísale a tu cara que todavía no lo sabe- se burló con una sincera sonrisa

-solo me duele un poco el cuello- mentí rápidamente.

-oh, Jim es masajista- **mierda, lo olvidé** -ven Jim- gritó aún más fuerte

-Cap? –

-le haces unos masajes a Clint, no se siente muy bien-

-Steve, no hace falta-

-si lo hace Barton, te necesito para la misión-

Sin muchas ganas Jim comenzó, tras unos quince minutos me sentía como nuevo, aunque seguía molesto...

Tras una larga hora de viaje llegó el punto de salto hacia la primera base de HYDRA.

La misión fue sin muchas dificultades, para mi suerte todo fue tal cual lo recordaba. Tras dos horas de lucha activamos la autodestrucción de la base y nos dirigimos a tomar la pista de aterrizaje mas cercana (la cual estaba a algunos kilómetros) el avión había vuelto al campamento principal, por lo que mañana en la mañana pasaría a recogernos por allí para partir al siguiente objetivo.

Jacques no soltó la cámara en ningún momento, grabando así toda la misión. Una vez esta finalizó comenzó a tomarnos algunas fotografías.

Una vez liberamos el insípido aeropuerto montamos las tiendas a un costado de la pista. Me ofrecí a montar guardia durante la noche y una vez todos se fueron a dormir fui a un galpón a intentar hablar con la rusa.

-Nat?... Nat?... Nat me oyes- decía tocándome el cuello –esta porquería no debe tener señal-

durante toda la misión en lo único que podía pensar era en la dulce y furiosa ex pelirroja que estaba en el campamento.

Pero no hubo manera, tras unos minutos de intentarlo me rendí volviendo al campamento.

(...)

-Barton tú y morita vayan a aquellos edificios, los cubriremos... necesito que nos saquen de encima a los francotiradores de la torreta al norte- ordenó Steve con una increíble determinación

Obedecimos las ordenes mientras los demás nos daban fuego de cobertura, tras unos minutos despejamos la torreta.

-capitán, se acerca un pelotón por el norte- le hablé a través del rudimentario comunicador que nos dio Stark.

De repente unos agudos gritos retumbaron por las escaleras del edificio donde estábamos.

Ambos subimos corriendo y tras derribar la puerta de la habitación 237 nos encontramos con una imagen penosa y terrible. Un soldado de HYDRA usaba a unas niñas de rehén.

-suelta tu arma o la mato!! – me gritó, Jim logró ocultarse tas la pared evitando ser visto

-sí, tranquilo viejo- le respondí lanzándola al suelo

-el cuchillo también!!-

-enseguida- lo apoyé en el piso y me fui moviendo hasta que él le dio la espalda a la puerta... grave error

Solo tuve que decir un "ya" para que Morita se asome por la puerta y le dispare limpiamente en la cabeza. Las niñas salieron corriendo totalmente aterradas

-Jim toma su rifle y cubre al equipo, yo iré tras ellas- ordené corriendo tras las niñas, hallándolas cruzando el umbral de aquel edificio yendo directo hacia el tiroteo.

Hasta el fin de la lineaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora