다섯;;

2.3K 281 77
                                    

Las lágrimas salían sin parar por los ojos verdosos de nuestra protagonista, sus mejillas estaban rojizas y su garganta comenzó a arder gracias a los gritos ahogados que había soltado anteriormente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las lágrimas salían sin parar por los ojos verdosos de nuestra protagonista, sus mejillas estaban rojizas y su garganta comenzó a arder gracias a los gritos ahogados que había soltado anteriormente.

Corría lo más rápido que sus piernas se lo permitían.

Corrió hasta la entrada y al encontrarse con su amiga la tomó por los hombros, desesperada.

—¡Vámonos!— exclamó mientras sostenía la mano de Sabrina y se dirigía hacia el auto de ella.

—¿Qué? ¿tan rápido terminaron tus clases?— preguntó desconcertada.

—¡Arranca el auto!— su voz sonaba desesperada y su voz parecía romperse.

—¿Por qué? ¿qué pasó?

—¡Solo arranca!

Su acompañante saltó ante tal grito.

Encendió el auto y salieron del campus tan rápido como pudieron.

Mientras iban de camino al centro comercial, Brina se dio cuenta de que la menor no tenía su bolso.

—Oye, ¿y tu mochila?— la miró por un par de segundos para devolver la vista a la carretera.

La contraria simplemente se mantuvo callada. No dijo absolutamente nada.

La rubia mencionó su nombre, pero siguió sin obtener respuesta alguna.

Continuó insistiendo hasta que la castaña le volteó a ver.

—No quiero hablar de eso aquí... — murmuró.

—Linda, no hay nadie, puedes estar tranquila, solo somos tú y yo, en este semáforo. — detuvo el auto ante la luz roja.

Hubo unos segundos de silencio abrumador, hasta que quien estaba sentada en el asiento del copiloto suspiró.

—El maestro... Él... De mí... — susurró apenas audible.

—¿Qué tiene tu maestro?

—Él...

Antes de que pudiera hablar de nuevo, escucharon el claxon del automóvil de atrás de ellas, la luz ya había cambiado a verde.

—Trató de abusar mí...

—¿Qué?

—Sabrina, enserio no quiero repetirlo... — le interrumpió.

—No hace falta que lo repitas. — habló.

Aceleró el auto y dio una vuelta rápida para cambiarse al carril del sentido contrario.

—¡¿A dónde te diriges?!

—¡Por ese maldito bastardo!

—¡Por ese maldito bastardo!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
「️다애」️𝐩𝐨𝐥𝐢𝐚𝐦𝐨𝐫. ━━ soobin, yeonjun. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora